Capítulo 5: Zarpando

15 0 0
                                    

Azula: deberías agradecerme -entró a mi habitación

Eshne: ¿Tengo algún motivo para hacerlo?

Azula: Te salvé de una cruel condena, lo que dije a Ozai fue para salvarte el cuello, sé que tienes más potencial de lo que cualquiera imagina.

Eshne: Una no maestra podría morir durante la captura del Avatar y lo sabes.

Azula: Se que sabrás como protegerte y cuando al fin lo tengan entrarás como heroína junto a mi hermano. Por cierto, papá hizo que subieran a su embarcación ropas para el viaje -Salió de la habitación ¡Claro que había gato encerrado! Fui hacia el puerto, Zuko y Iroh ya estaban ahí.

Eshne: Tal parece que seré su compañera de viaje

Iroh: Entonces será un viaje divertido -Zuko nos estaba ignorando, por fuera estaba con la cara en alto, pero por dentro sabía que era demasiado, primero su madre y luego esto. Que diera una sonrisa sería difí...

Mai: ¡Zuko! - hablé demasiado rápido fue a ella a abrazarla - Lo lamento...

Zuko: Volveré con el honor que perdí

Nada más porque mis palabras no son proféticas, pero parecía que estaban a nada de besaese

Iroh: Si no te calmas el humo empezará a ser visible, Eshne -Tragué saliva y traté de tranquilizarme. Esa misma tarde zarpamos.

Eshne:¿Quieres comer algo, Zuko?

Zuko: no me apetece nada

Iroh: un té para relajarte

Zuko:-explotó - ¡No quiero nada! ¡No quiero que me molesten ni que se preocupen por mí! - se levantó de dónde estábamos y se fue a su camarote, al menos no dañó la puerta. Luego de eso no lo vi durante un mes, podía escuchar sus golpes contra la pared.

NARRA ZUKO

Mi padre me desterró, a mi madre se la tragó la tierra, estaba en una misión para recuperar mi honor con un ansiano y una no maestra... Claro que estaba enojado. Me tomó tiempo saber cómo actuar, hasta que supe que, mi honor dependía de mi nación y debía seguir esos ideales. Salí a la cubierta.

Iroh: ¡Príncipe Zuko! Siéntate con nosotros a beber el té -Eshne se levantó

Eshne: le pediré al cocinero que te prepare algo rico...

Zuko: No hace falta, salí a tomar el aire y a entrenar un poco ¿Crees que puedas acompañarme?

Eshne: Por supuesto -me descuidé dos segundos y el tío Iroh le estaba dando codazos y ella los apartaba

Y en la misma rutina transcurrieron 2 años, de puerto en puerto buscando hasta debajo de las piedras al Avatar.

NARRA IROH

Todos estábamos cansados, y yo más de lo que debo admitir, viajar con dos adolescentes suele ser muy estresante, por lo menos cuatro veces al mes peleaban por algo, eran peor que un matrimonio, pero sabía que el destino los uniría bajo mejores circunstancias. Ella era noble, pero aguerrida y él era orgulloso y humilde.

Zuko: ¿Aún no baja Eshne?

Iroh: Aún no, príncipe Zuko –él estaba molesto –¿sucede algo?

Zuko: sucede que llevamos dos años sin obtener rastro alguno del Avatar.

Iroh: Tiempo al tiempo, las cosas están escritas y así deben pasar –se alejó

Eshne: Estoy list... –la atacó con fuego control – ¿Qué te sucede!

Zuko: El enemigo no tendrá compasión de ti, seas o no maestra fuego

Eshne: ¡Pues eso no ocurrirá si tu me asesinas antes!

Zuko: ¡Qué no ves que me preocupo pos lo que te pueda ocurrir! ¡Porque te... –ese hubiera sido mi momento favorito si Zuko hubiera terminado antes de que se dieran cuenta del rayo de luz– ¡Es el Avatar!

Iroh: O un simple rayo de luz, podrías acabar tu oración anterior.

Zuko: ¿ah?

Eshne: Avisaré a los soldados –huyó porque sabía lo que, probablemente, Zuko sentía

NARRA ESHNE

Después de tanto tiempo había algo a lo cual aferrarnos, íbamos a entrar a la Tribu Agua del Sur.

Iroh: No dejes que haga alguna tontería

Eshne: No te preocupes – entramos, prácticamente, a la aldea.

Zuko: Debe ser un anciano de 112 años: un monje.

Eshne: ¿No crees que es demasiado alboroto por un anciano?

Zuko: –volteó a verme – de esto depende mi honor y lo necesito. Ayúdame, Eshne. –Acentí y bajó yo me quedé observando para localizar al Avatar. Abajo lo esperaba un chico un poco... Mhj... Bueno... Trató de atacarlo, pero su condición era débil.

Eshne: General Iroh ¿El Avatar puede ser una mujer?

Iroh: En otra vida tal vez, pero en esta estoy seguro que es un hombre –descarté a la anciana. El chico lanzó un bumerán, pero ni siquiera rozó a Zuko.

Eshne: El único "hombre" –acentue las comillas con los dedos –es ese chico que no pudo –el bumeran regresó y golpeó a Zuko –¡Carajo! Retiro lo dicho, sí lo golpeó

Iroh: El vocabulario, Eshne –susurré un  "perdón" y cuando volteé un chico calvo en un pingüino derribó a Zuko.

Eshne: Maldita sea– bajé– ¿qué te crees, niño? – Zuko avanzó y el niño causó una ráfaga de nieve ¿el es el Avatar!

Zuko: Vaya, he pasado años buscándote ¡y mira! Te en condes en un niño

Aang: Y tú eres un adolescente –comenzaron una pelea, al final el Avatar se entregó "para que dejáramos en paz la tribu"

Katara: ¡No se lo pueden llevar! –trató de atacarme con una lanza, creyó que era tan débil como ella: la rompí y la tome de las muñecas – Más te vale no acercarte – la teté mientras ella procesaba el uso de los guantes de metal, la solté y calló a la nieve. Di un vistazo a la gente de la tribu, no hicieron nada.

Iroh: ¿un niño?

Zuko: Basta, tío, no hay que subestimarlo –lo encerraron y pude hablar con Zuko, por primera vez en mucho tiempo pude ver una sonrisa.

Eshne: Príncipe Zuko –volteó y me abrazó

Zuko: Por fin podremos volver a casa

Eshne: Me alegra verte feliz –mi corazón latía cada que lo veía, sea como sea el tenía algo que me enloquecía

Zuko: –tomó nis manos – lo primero que haremos es ir a buscar un sanador para que puedan quitarte los guantes y puedas ser libre – era un gesto tan tierno, pero yo sabía que eso era imposible porque todos se darían cuenta que no tengo quemaduras.

~En el Fuego~ [Zuko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora