Capítulo VIII

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Día 8: Las horquillas

Entre sueños Orihime alcanzó a ver al hollow recostado junto a ella, dormía profundamente enzima de las cobijas en una orilla de la cama, se sonrojo al pensar en acariciar su rostro, pues lucía tan solemne que le era tentador, sentía la curiosidad de tocar esa blanca piel, se ahogó en sus dudas y se volvió a quedar dormida, pensando que aquello era un sueño lujurioso de su corazón desaforado.

Despertó la pelirroja con el recuerdo seductor de Ulquiorra durmiendo junto a ella, escuchó la regadera en el eco del pasillo, supo entonces que el caballero tomaba un baño, ella necesitaba una de agua helada para calmar el calor de su cuerpo, ese deseo que crecía y que quería controlar, después de todo amaba a Kurosaki Ichigo ¿o no?, se dio vueltas en su cama hasta que se volvió a quedar dormida, probablemente fueron unos minutos, cuando el toque de la puerta interrumpió su sueño.

- Jo... joven Ulquiorra... - dijo sorprendida la mujer viendo al ojiverde de pie en el umbral de la puerta

Vestía casual pero elegante, con su mano en su bolsillo, con la derecha tocaba la madera, sus miradas se cruzaron, en esos ojos verdes Inoue perdía todo control de sus emociones, tanto que incluso sus poderes se activaron, sus flores volaron hacia el pelinegro.

- ¡Ulquiorra! - dijeron al unísono los Rikka

Se posaron los pequeños en su cabeza, hombros y Tsubaki en su mano.

- Es hora de desayunar - dijo sin inmutarse por las horquillas

- ¡Ha si!, ¡Buenos días joven Ulquiorra!, ¡perdón por las molestias...! - dijo sumamente apenada la chica

- Hace tiempo que no los veía, ya no suelen mostrar su forma, solo usan sus habilidades... - dijo el espada sereno

- ¿¡No te molestan!? - preguntó confundida la dama

- No, pero vamos que se enfría el omelet - dijo nuevamente el arrancar

Se levantó aún estaba en pijama, pero sorprendente lo siguió en silencio, no pensaba que el pelinegro se llevará también con ellos, recordaba que se los había mostrado y presentado en Hueco Mundo, realmente le gustó que no pasara desapercibida esa parte de ella ante el hollow. Todos se sentaron a la mesa, Orihime a lado del arrancar, entonces notó las flores en la mesa, un hermoso ramo lleno de colores, el silencio fue roto por Tsubaki.

- ¡Oye Ulquiorra!, ¿me enseñas a usar tu lanza del relámpago? - preguntó el pequeño

Casi se detiene el corazón de la chica ante la duda de su propio Rikka.

- Interesante, aunque no se si sea posible, hay algo que si descubrí en mi última batalla sobre ustedes... - se detuvo, no sabía si la mujer se molestaría, no quería discutir con ella

- ¿En verdad cree qué podamos hacer algo así? - intrigada preguntó la chica

Eso sorprendió al arrancar así que continuó con su explicación.

- Descubrí que tus habilidades están limitadas por la densidad y la onda de frecuencia de cada reiatsu... - interrumpió Ayame

- ¿Frecuencia de cada reiatsu? - preguntó atónita

- Sí, los reiatsu de los shinigami y humanos tienen cierto rango, en física se llamaría rango de luz visible, al igual que los colores en el espectro de luz, el reiatsu puede variar y refractarse desde el violeta hasta el verde, tu habilidad es capaz de rechazar el espacio tiempo incluso de un lapso largo de meses humanos, pero no ocurre lo mismo con un reiatsu de baja frecuencia y alta densidad... - dijo el espada

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