Capítulo X

291 28 10
                                        

Día 10: Lo que en verdad puedo hacer

- ¡Debemos darle un nombre a nuestra nueva habilidad! - exclamó emocionada Lily

- Bajen el tono de voz, despertarán a la mujer... - dijo el espada

- Shhhh, perdón... - dijeron los rikka

- Además ustedes me recuerdan a los cuatro gigantes del cielo del mito de los Navajo... - comentó el ojiverde

- ¿Escudo sagrado del rechazo de los cuatro cielos? - les dijo Ayame

- Es largo pero los describe bien... - les dijo el espada

- Tú tienes el mérito por nuestro gran avance señor Ulquiorra... - le dijo Hinagiku

- No lo necesito, ni su agradecimiento, simplemente les mostré el potencial que siempre tuvieron... - dijo frío

- ¡He!, ¿por qué no?, se lo merece... - dijo Lily

- Es cierto... - dijo Tsubaki

- Esta bien, no se molesten demasiado por algo así... - dijo el hollow volviendo a ser humano

- Creo que se está sacrificando demasiado... - dijo Ayame

"¿Sacrificando?", pensó el pelinegro, guardó silencio.

- Perdoné mi atrevimiento, pero creo usted está enamorado de Orihime... - le comento Shun'o

Miró a la pequeña, manteniéndose callado el ojiverde, su idea confundió al hollow, lo que hizo que agachara su cabeza, su negro cabello ocultaba su pensativo rostro.

- Solo alguien que ama tanto es capaz de sacrificar tanto por amor... - dijo Baigon

- ¡Usted a hecho más por nosotros que nadie! - exclamó Tsubaki

- Incluso en el Hueco Mundo, pudo matar a Orihime, pero no lo hizo... - reclamo Lily

- ¿Porqué no toma el mérito? - preguntó Ayame

- No importa lo que siento, si me sacrifico o no, lo hice porque quise... - contestó el ojiverde

- ¿Qué es lo que en verdad quiere? - cuestionó Shun'o

- No le digan lo que hice, en unas horas demuestren su desarrollo en el entrenamiento, vayan a descansar... - ordenó el pelinegro

- Ulquiorra, haríamos buen equipo... ¿a qué le temes? - le recalcó Tsubaki

El caballero no dijo una palabra, se metió a su habitación, pensativo "¿qué es lo que quiero?, ¿a qué le temo?", se recostó para dormitar un poco, no necesitaba dormir mucho tiempo, la ventaja de ser un hollow. A las dos horas se levantó y se metió a bañar, se vistió casual, hizo el desayuno, su corazón latía aprisa, quizá ansiedad, pero al ver que Orihime no se había levantado, fue a verla, entró en silencio a la habitación, se sentó en la orilla de la cama de la pelirroja y acarició su cabello.

- Mujer, ya es tarde... - le dijo suavemente al oído el ojiverde

La joven dama se despertó con el sonido de esa fría voz, al abrir los ojos casi se le sale el corazón al toparse con el rostro de Ulquiorra.

2 SemanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora