•95• Sirius Black

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Dedicado a:AlwaysBeTogether

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Hago una mueca cuando mi mirada choca con la del arrogante y narcisista Black. Me guiña uno de sus orbes de plata y yo alejó los míos sintiendo mis mejillas quemar. A mi lado Severus me lanza una extraña mirada pero la ignoro olímpicamente levantadome de mi asiento en el Gran Comedor y dirigiéndome hacia la salida de este sin decirle ni una palabra a mis "amigos"

Ya afuera trato de distraer mi mente de cierto León pero la misión es un total fracaso cuando minutos después sale del comedor y camina en mi dirección.

— ¿Cuándo les diremos? — es lo primero que pregunta pasando un brazo por mi cintura y posando sus labios en la comisura de los míos.

— No va hacer fácil. Severus ya esta sospechando mis salidas sin ellos — digo sintiéndome desanimada hacia la idea. Severus es mi mellizo y aunque seamos muy diferente aun así lo amo. No creo que apruebe mi relación con Sirius y menos si este se la pasa lanzándole bromas y demás.

— Pero lo tendrá que aceptar — levanta mi barbilla suavemente y clava sus claros iris en los míos — no me alejaré de ti solo porque Quejicus no me quiera cerca — ante el apodo que tiene hacia mi hermano arrugó el ceño.

— Y menos te va a aceptar si sigues con tus bromitas y apodos Sirius — me quejo y me separó de su cálido cuerpo caminando hacia los pasillos lejos del Gran Comedor.

Siento como me sigue pero no le tomó mucha importancia. Ambos tienen que entender que son importantes para mi y por lo tanto tienen que aceptarse mutuamente. Al llegar al corredor al aire libre me siento sobre uno de los muros bajos y Sirius se sienta a mi lado. Ambos viendo hacia la nada realmente.

— ¿Y si no funciona como queremos creer? — pregunto con un nudo en la garganta. De verdad que me gusta mi relación con Sirius pero no puedo dejar que mi hermano y mi novio se maten cada vez que se enfrentan — ¿Qué si todo...

Soy interrumpida por unos labios chocando con los míos y una mano sujetando mi nuca con firmeza. Su otra mano la coloca en el borde de mi falda tocando la piel expuesta de mi pierna. Sin perder el tiempo sigo el beso y justo cuando todo se torna más caluroso una voz chillona nos hace separarnos.

— ¡¿Qué hacés con las manos en mi hermana, asqueroso pulgoso?! — exclama nada más ni nada menos que mi querido hermano más pálido que un papel a pocos metros de nosotros.

Doble mierda.

One Shots [Harry Potter] EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora