One Shots [Harry Potter] EN EDICIÓN

•88• James S. Potter

Dedicado a -G_Hdez-

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Ruedo los ojos al ver al idiota de Potter con su nueva víctima. Muy en el fondo me duele, pero tampoco me arrastrare detrás de él al igual que todas.

— ¡Verónica! — escucho un grito, volteó y me encuentro nada más y nada menos que al Potter menor.

— ¿Qué sucede Albus? — pregunto viendo de reojo como James nos observa serio y con las manos hechas puño a sus costados.

— Te quería pedir los apuntes de pociones — dice con simpleza sin notar la mirada asesina de su hermano en nosotros.

Me acerco un poco más a Albus tratando de probar mi teoría y funciona. Ya que James deja por completo de lado a su antigua víctima que viéndose ignorada sale del lugar con el rostro rojo de furia.

— Eh, ¿Verónica? — pregunta Al un poco sonrojado por nuestra cercanía.

— ¿Qué decías? — vuelvo a la realidad lejos de Jameslandia viendo el confundido rostro del Potter menor.

— Sí tienes los últimos apuntes de pociones, ¿me los podrías prestar? — vuelve a preguntarme observandome con sus orbes esmeraldas.

Claro que a mi me tenían que gustar unos ojos mieles traviesos.

— Claro, no hay ningún problema — rápidamente saco los pergaminos correspondientes de mi mochila y se los entrego.

— Gracias Verónica — dice sonriendo y se acerca a dejar un casto beso en mi mejilla antes de irse tranquilamente por donde vino.

En pocos segundos tengo a un molesto James a mi lado que observa mi mejilla con asco. Alza su varita y de repente un chorro de agua impacta en mi rostro empapandome en segundos.

— ¡James Sirius Potter Weasley! ¡¿Qué hiciste?! — exclamó histérica tratando de secar mi rostro con las mangas de mi túnica.

— Mucho mejor — veo su satisfecha y burlona sonrisa resplandecer en su rostro — ya no tienes germenes de Albus en ti — parece satisfecho con su respuesta.

Voy a replicar pero entonces se da la vuelta  y camina unos pasos, antes de desaparecer del pasillo observa sobre su hombro.

— Espero no seguir limpiando babas de Albus en ti, Verónica. Tu solo tendrás las mías — y con esa declaración me deja sola y con miles de cosas por pensar.