Capítulo 15

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Takeda.

No podía alejarme del área de emergencias. Desgraciadamente la reacción alérgica de ese sujeto había sido demasiado agresiva, apenas si lo habías traído a tiempo al hospital. Golpe la pared que estaba frente a mí. Todo era mi culpa, ese maldito no podía morir, era la única pista que teníamos para encontrar a su compañero.

Retrocedí y deje caer mi peso en la silla del corredor, ocultando mi cabeza entre mis brasa, tenía que calmarme, no había nada que podía hacer en estos momentos, solo esperar que ese tipo no muriera.

Esto era irónico, recordaba todas las veces que había intentado atraparlos y en los momentos que rogaba que ambos murieran de una forma extremadamente dolorosa, haciéndolos pagar por todos los crímenes que habían cometido. Ahora que uno de mis deseos más oscuros se estaban volviendo realidad, deseaba que se detuviera.

Hinata

Tak – puede ser raro, lo se, pero cada vez que estoy a su lado pienso que no lo es, - pude notar como los ojos de Takano se iluminaban cuando hablaba de Onodera. Ya me había dado cuenta del sentimiento que compartían el uno por el otro.( Tendría que estar uno ciego para no verlo)

Pero viendo mi relación con Takeda.... Bueno, yo siempre lo había visto como un gran colega. Era un terco, desordenado, pero sabía que siempre podía contar con el cuándo lo necesitaba y... no podía negar que estar lejos de el en estos dos meses, me hacía sentir... solitario.

Hin – yo..... No sé lo que siento por Takeda, o si él siente lo mismo por mí, - escuche una pequeña risa por parte del editor. Lo mire mal, me estaba abriendo ¿y el se rea?, ahora no me arrepiento de haberle dicho acosador cuando llegue al departamento y encontré a onodera alterado y cubierto por una cobija.

Hin – ¿de que te ríes? – pareció recobrar la compostura

Tak – acabas de decir "o si el siente lo mismo por mi" – abrí grande los ojos ante su comentario. Sentí como mis mejillas se calentaban intensamente – eres idiota o ¿Qué? –

Hin – voy al baño – corrí como un idiota y me encerré en el baño, sentía como mi corazón comenzó a latir tan fuerte que pensé que saldría de mi pecho. Me recargue contra la pared y deje que mi peso me llevara hasta el suelo.

¿Qué se supone que acababa de decir? En mi mente se lleno de Takeda, desde la primera vez que lo vi en el hospital, hasta cuándo nos vimos en la cafetería. Solo era el.

Onodera

Estaba tan metido en mis pensamientos que no podía creer que no me percatara de lo que sucedía a mí alrededor, habia generado varios desastres tirando cajas, o chocando contra las montañas de documentos de la oficina, regándolos por todo el suelo. Pero no podía evitarlo. No podía dejar de pensar lo que Yokozawa me había dicho.

Takano había esta tan al pendiente, siempre preguntando por mi estado, a pesar de la distancia que había entre nosotros él buscaba saber cómo estaba

"- tranquilizarte,-" la voz de Takano resonó en mi mente "- quédate donde estas te encontrare –" el no había roto su promesa, me encontró y me protegió. El seguía preocupándose por mí, y aunque fuera una idea que me hice a base de mi propio egoísmo, ahora era mi turno.

No importaba si ahora me odiaba, el me había esperado 10 años, y nunca se detuvo de decirme que me amaba, aunque fuera difícil, aunque el ya no me amara, ahora es mi turno de decirle que lo amaba.

Tome mi teléfono y estaba dispuesto a marcarle en este preciso momento, busque su número, pero me detuve "no" no se lo diría por teléfono, se lo diría esta noche, frente a frente.

El secuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora