Capítulo 20

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Takeda

Acomode las cobijas y use una de los cojines del sofá como almohada y tras cambiarme en el baño me deje caer en el sofá. Tratando de que el sueño llegara.

No puede evitar recordar la reacción de onodera con lo que proponía, aunque de alguna forma lo que propuse había sido egoísta. Todavía no me sentía con el valor de enfrentar a Hinata y por lo que vi el tampoco.

Apenas desapareció la pareja en el piso de arriba Hinata se encerró en la segunda habitación, no me pareció extraños, apenas si habíamos hablado y las cosas estaban tensas entre nosotros por lo que creí sería mejor darle su espacio.

Mi mente recordó claramente la noche anterior, nunca lo había visto perder el control de esa forma, por lo general era de mente firma y verlo así.... me destrozaba.

Hinata

Me sentía como un león enjaulado, Takeda ni siquiera se había acercado a la habitación desde que entre y esto me molestaba. Después de que se decidió lo de las habitaciones me había estado repitiendo a mi mismo que era momento de poner las cosas en orden, que era una oportunidad. Cosa que no sucedería al menos de que Takeda estuviera aquí.

Respire profundamente y decidí salir. Cuando llegue a la sala me encontré con que el sofá estaba acomodado para que una persona durmiera hay, (por eso no había entrado) sentí una punzada de dolor.

-¿no puedes dormir? – al mirar me encontré con Takeda saliendo de la cocina, había sustituido su ropa por una camisa holgada azul y pantalones de manta de cuadritos. En la mano derecha llevaba lo que supuse era café.

Hin – parece que no soy el único – el me dedico una sonrisa de medio lado.

Tak - ¿quieres un poco? – accedí a su invitación y volvió a perderse en el interior de la cocina, al paso de unos minutos volvió con una segunda taza que me proporciono. El se sentó en el sofá más grande que había vuelto su cama, mientras yo lo hice en el asiento individual. Contemple la taza en mis manos con su oscuro contenido.

El silencio me ponía tenso no sabía por dónde comenzar la conversación. Pasaron unos segundos que para mi me parecieron horas. Una leve risa me distrajo de mis pensamientos.

Takeda

Hin - ¿Por qué te ríes? – cuando frunció el seño me provoco un poco mas de gracia,

Tak - lo siento – me controle – solo recordé cuando empezamos a trabajar juntos, recuerdo perfectamente que cuando querías preguntarme algo te quedabas viendo algo justo como lo haces ahora – un leve sonrojo apareció en sus mejillas.

Hin - bueno... eso era porque no sabía bien cómo hacerlo – se veía adorable, comenzamos a hablar sobre los casos en los que habíamos participado, anécdotas, los buenos y los malos momentos que compartimos, era una charla dichosa. Sin embargo note un leve cambio en su mirada.

Hin – Takeda, - note la presión que colocaba en la taza – sobre a noche.......gracias – su voz parecía una mezcla de alivio y nerviosismo – de no ser por ti, yo.... –

Tak – no dejes que eso te agobie – le sonreí - bueno mentiría si te digiera que no estaba preocupado, pero yo sabía que tomarías la decisión correcta – el sonrió aliviado y susurro un leve "gracia" seguimos hablando sobre cosas sin importancia.

Hinata

Sin darnos cuentas se hizo mas de media noche, y Takeda parecía listo para ir a descansar, envitándome a que yo también me fuera a la cama.

Hin – oye – el me miro fijamente – recuerdas el día del hospital – note como el también se puso rojo y empezó a balbucear cosas sin sentido – ¿Por qué me besaste? – el parecía un poco asustado y temerario – yo... solo quiero saber – pasaron unos segundos que para mi fueron horas.

El secuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora