Capítulo 9

70 7 0
                                    

El arma punzante se coloco al lado izquierdo del cuello del castaño, su captor jalaba sus cabellos de Onodera con la mano izquierda, para impedir que se moviera.

-1, 2, 3 .... –

Tak – detente, te juro que no sé quién es él, - gritaba mientras el sujeto seguía contando

-4, 5, 6, - poco a poco la precio del cuchillo contra el cuello del Ristu y lagrimas empezaron a correr

Tak – vine solo como dije – hacia un esfuerzo sobre humano para zafarse, al igual que el policía, que intentaba evitar que ese crimen se llevara a cabo.

-7,8,9 – una gota de sangre empezó a asomarse, donde el filo corto la carne –

Tak –HINATA – grito respirando dificultosamente, tras oír el nombre el secuestrador sonrió,

-¿Qué dijiste? – el azabache se quedo callado por unos segundos, dándose cuenta que había perdido

Tak - Hinata, su nombre es Hinata – poco a poco el maleante alejo el cuchillo de su víctima, quien pareció volver a respirar

-así que si se conocen.- Sonrió amplia mente hacia los dos.

Tak – yo no lo llame – dijo – estaba con migo cuando marcaste, fuiste tú quien lo involucraste – el tipo paso si cuchillo por sus dedos contemplando la hoja - No llamamos a nadie mas, por favor – lo último fue casi un lamento – deja ir a Ritsu – Takano podía sentir la respiración y la risa de su captor.

-déjame jugar con el – el mastodonte pego mas el cuerpo de su víctima con la de el, Takano podía sentir como pegaba si intimidad a su trasero y respiraba en su cuello. Por otra parte, su compañero parecía analizar la información que le había dado el editor, le dedico una mirada al policía y después se la regresaba al su nuevo juguete, comparando versiones.

-baya, es un problema – sus dedos seguían el filo del cuchillo – por una parte dije que no avisaras al policía y tal parece que fui yo quien les notifico – levanto el arma a la altura de sus ojos – por otra parte, te dijo que vinieras solo, cosa que no hiciste –

Tak – pero llegue antes del amanecer - replico – encontré este lugar con las pistas que tenia, la victoria es mía – se callaron un momento, mientras el secuestrador analizaba su punto.

Takano pudo sentir una risa seca detrás de su nuca, lo que le hiso volverse a sentir desesperado.

-tienes razón, ganaste el juego – la mirada de Takano se encontró con la de Onodera, encontrando un poco de esperanza, el pelinegro afirmo con la cabeza, tratando de decirle que todo saldría bien – pero.... –la sonrisa de ambos malhechores – como ambos rompimos la reglas el juego es invalido-

Tanto Hinata como Onodera, querían protestar pero sus voces eran silenciadas por la mordaza.

Tak – eso es injusto – reclamo, el criminal hiso girar el cuchillo con mucha habilidad, para después apuntar con este la cara de Takano.

-posiblemente lo sea – dio un paso hacia Takano – por eso te propongo otro juego, si ganas, no solo dejare ir al hijo de mami, - movió la cabeza hacia el castaño - sino que el policía también podrá irse – conforme fue hablando se acerco al editor, con el cuchillo cada vez más cerca de sus ojos.

Takano, se quedo pensando por un segundo, sus ojos buscaron los de subordinaría quien le miraba de forma suplicante. Apenas había escuchado las palabras de su secuestrador sabia que lo que le proponía no traería nada bueno. Luego miro a Hinata, quien negaba fervientemente e intentaba decirle algo que era callado por la mordaza. Su vista volvió a la de Onodera

El secuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora