Capítulo 2: Incertidumbre

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Takano

No había podido dormir nada en lo absoluto. Me la pase como loco buscando alguna pista sobre el paradero de Onodera, todavía tenía una pequeña esperanza de que había sido un error y que el se encontraba a salvo en su departamento. Pero cuando recibí una llamada del departamento de policía para hacerme preguntas sobre Onodera... mi temor se hizo realidad.

Al parecer la familia de Onodera había estado recibiendo cartas de amenazas contra ellos. Su madre estaba preocupada y por eso le había pedido a Ritsu que se quedara con ellos aunque fuera una corta temporada.

Pero el se negó, diciendo que tenía mucho trabajo y que le era imposible regresar. La culpa me carcomía por dentro, si me hubiera esperado, si hubiera estado con él, tal vez, si no le hubiera dejado tanta trabajo, nada de esto habría pasado. –Takano – la voz de Kisa me regreso a la realidad

-perdona – puse mis ojos sobre los documentos - ¿Qué decías? -

-lo papeles están al revés – demonios, los coloque en su posición correcta, para comenzar a leer los documentos.

Kisa.

Takano estaba revisando la propuesta para el nuevo manga, sin embargo podía notar que le costaba concentrarse en los documentos. Pero antes de que pudiera continuar una de las secretarias la llamo y el se dispuso a acompañarla – estas muy distraído – dijo con pesar, pues había notado que no había racionado al llamado de la joven en un principio. Caminaba con paso lento y desanimado hasta que lo vio desaparecer.

-y no es para menos – Hatori, estaba sentado en otro de los escritorios observando hacia donde estaba parado su compañero de trabajo. – ha estado así desde la desaparición de Onodera –

-entiendo que esté preocupado, pero nunca lo había visto en ese estado – dije, a todos nos había afectado y estábamos preocupados, pero Takano parecía el más perjudicados.

Takano

Caminaba lentamente por la calle, realmente no me importaba que mis jefes me hayan pedido que me tomara unos días (hasta cierto punto lo agradecía), sin embargo no podía ir a mi departamento, ya que no podía apaciguar mis pensamientos respeto a Ritsu, sentía la constante necesidad de entrar a su casa, imaginaba que lo abriría y hay estaría reclamándome por intenta entrar a su casa sin su permiso, imaginaba la forma en lo que lo abrasaba y lo besaba, el cómo lo llevaba hasta la cama. El cómo nuestros cuerpos se volvían uno, sentir su calor , pensando que todo esto era solo una entupida pesadilla.

Sabía que si esperaba en casa no podría obtener información de su estado, pero me estaba volviendo loco, había pasado gran parte de la noche recorriendo las calles buscando alguna señal, o pista, no se cuantas veces visite ya el callejón donde encontré su celular y pregunte a un sin número de personas, al grado que me advirtieron que no indagara en asuntos policíacos, pero no avía obtenido gran información. Por eso me dirijo al único lugar donde podría enterarme si algo mas le pasaba. me dirigí a la casa de Onodera.

Ya habían pasado 5 días desde el secuestro y los criminales solo habían llamado una vez. No teníamos gran información en donde estaba. Pero rezaba que el estuviera bien y si esos desgraciados se les hubiera ocurrido tocar aunque sea uno solo de sus cabellos, deberían darse por muertos.

Al llegar a la casa de Ritsu uno de los trabajadores me abrió la puerta y me guío a la sala, mediante el pasillo perfectamente decorado y diseñado a un estilo un poco antiguo, pero que resultaba elegante.

Había ido todos los días desde que me entere de su desaparición, y sus padres parecían sorprendidos por mis constante visitas, pero no parecía molestarles. Al llegar me recibieron con una sonrisa afligida.

El secuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora