𝐃𝐈𝐀𝐍𝐀, jasper hale

xxii. Decision

Estaciono el auto que Carlisle me había prestado para que volvamos a casa. Sabíamos que ni Alice ni Jasper estaban en condiciones como para traernos. Estrello mi cabeza sobre el volante, soltando un suspiro.

—Tranquila, todos sabemos que Jasper no lo quería hacer. Es apenas es nuevo siendo vegetariano —me consola Nico —. Aunque te arriesgaste al intentar calmarlo, recuerda que, para un vampiro, la sangre de su compañero es muy atrayente hasta este. Pudo morderte.

—Y no me importa, él me necesitaba Nico, no me iba a quedar de brazos cruzados viéndolo de esa forma. Y no sé qué vendrá después de todo esto. Tengo un mal presentimiento.

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En esta semana, los Cullen no se presentaron a la escuela, ni Jasper me ha escrito o llamado. Ni Alice a Nico, ni Edward a Bella. No sabíamos que les pasaba a ellos.

Me comenzaba a preocupar, pero más me preocupaba que seguía sin encontrar una respuesta. He leído como cincuenta libros en menos de una semana, me comenzaba a sentir una hija de Atenea, aunque porte el 5% de su sangre.

Veía como la mesa de los Cullen se encontraba vacía, sin ningún rastro de ellos. Separo la vista de ellos para ver a Jack, quién me hablaba.

—Sigo sin creer que tu hermano ahora se encuentre de novio con Alicey tú con Jasper. Qué suerte tienen.

—Por cierto, ¿y dónde están? Ya llevan días sin venir. —Qué metiche eres Eric.

—En verdad, no lo sé. Supongo que hoy iré a su casa para ver qué pasó.

Estos simplemente asienten, después de largas horas escolares. Salí del infierno, me subo a mi auto y veo por el retrovisor los lugares de estacionamiento que normalmente se ponían los vampiros. Totalmente vacíos.

Me pongo el cinturón de mala gana para después arrancar directo al bosque, no estaba de humor para ir a mi casa.

Después de unos minutos parqueo mi auto y me bajo de este, agarro mi mochila y me sumergí al bosque.
Me tiro al suelo repleto de flores que amortiguaron mi caída. Aun así, me dolió.

—Auch. —me sobo la parte afectada.

Me siento en el suelo y saco mi libro de mitología griega, comienzo a leerlo, en busca de alguna respuesta. Pero, no me podía concentrar. En mi mente solamente vagaba el nombre de aquel vampiro que me cautivó.

—Maldita sea. —gruño cerrando el libro con brusquedad.

—Te he dicho que no digas vulgaridades. —susurra alguien a mis espaldas. Era Jasper.

—Sabes que nunca lo dejaré de decir. —murmuro. Me levanto del suelo viéndolo —. ¿Por qué no me has hablado en toda la semana? ¿Pasó algo?

Este suspira y agarra mis manos con delicadeza, sobando con sus pulgares mis nudillos.

—Por lo que pasó en el cumpleaños de Bella. Edward quiere irse, Carlisle dudó un poco, pero a la final aceptó. Así que nos iremos de Forks. —Claramente se le dificultó decírmelo.

Arrugo la nariz ante lo que me dijo, separo lentamente mis manos de las de él y me separo de él.

—¿Se irán? —pregunto aún en shock. Este asiente lentamente. Paso mi mano por el cabello apartándolo de mi rostro —. Es un poco injusto, sí, pero sabes que jamás te haría escoger entre tu familia y yo. Jamás lo haría —. Suspiro —. Al menos prométeme que seguiremos en contacto, Jasper, que cada noche me llamarás o me mandaras algún mensaje.

Este sonríe, al parecer, pensó que me lo tomaría muy mal. Fue una noticia un poco brusca, pero debía de respetar la decisión del líder de su aquelarre. Sé que por él no se irían.

—Pensé por un momento que me gritarías o algo así. —este me abraza, algo que acepté

—Parece que no me conocieras. Sabes que mi madre me crió respetando las decisiones de los demás. —digo aún sin separarme de él, su perfume me relajaba demasiado.

—Desearía no irme, no quiero irme de tu lado. —este se separa un poco de mí, dejando una diminuta distancia entre los dos.

—Yo tampoco quiero que te vayas, Jasper. Al menos seguiremos en contacto. —Y como lo esperaban, nos besamos.