capitulo 4

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MALOS ENCUENTROS.
MONICA
Esta semana salí en una revista por primera vez por ser una de las empresarias mas jóvenes en lograr una cierta fortuna en tan poco tiempo, cerré varios tratos que me beneficiaran mucho lo cual agradezco ya que si sigo así podre extenderme a nivel multinacional en pocos años y por suerte no vi a el idiota de Maxwell pero lo que si es que recibí una invitación a el cumpleaños de su padre Robert un hombre igual que el hijo. El señor Wembley es muy respetado en el mundo de los negocios, un dia en mi juventud lo conocí, es un hombre serio pero muy sabio por que triplicó el imperio de su padre además que sus negocios son de los más socialmente éticos, su cumpleaños es un gran evento que celebra hoy en la noche y al que claro voy a asistir, ni que le tuviese miedo a Maxwell, para no presentarme, ahorita estoy en mi oficina trabajando como siempre, a veces creo que tengo una vida muy monótona, del la casa al trabajo y del trabajo a la casa a terminar el trabajo, claro que a veces salgo a divertirme pero solo son diversiones privadas de una noche, ninguna persona a llamado mi atención para algo más que una noche en estos años, pero claro mis amoríos nadie los conoce porque en el mundo de los negocios está mal visto para cualquiera tanto que podría dañar mi imagen. Trabajo tanto para cumplir mis metas que me sorprende no usar lentes de tanto que veo la computadora o leo con poca luz y lo bueno ya que no quiero que tapen mis ojos color avellana, pero en fin después de un día largo en la oficina lleno de cosas que hacer me dirijo a mi casa a bañarme para luego maquillarme con sutileza, pero lo que si me pinte con un color fuerte fueron los labios que fue de un rojo mate y me vestí con un vestido verde esmeralda pegado al cuerpo y suelto de abajo, largo, salí de mi casa y me fui a la casa wembley, esperando a divertirme pero más que nada esas fiestas son excusas para conocer gente y planear futuros negocios, cuando llegue un señor me ayudó a salir de mi carro y le di las llaves para que lo estacionara le agradecí y entre a la casa me sorprendió ver lo grande y lujosa que era tanto por dentro que por fuera, habían ya varias personas entre ella socios míos así que los fui a saludar.
-Qué hermosa se ve esta noche señorita Mónica- dijo uno de mis socios tomando mi manos derecha y besándola, yo puse la sonrisa que aprendí a hacer en estos años para saludar a la gente con la que hago tratos aunque no quiera sonreír siempre les tengo que sonreír.
-Gracias por sus halagos, usted también está muy guapo hoy señor Durand- le dije a mi socio el que por cierto tenía unos veintisiete ósea casi mi edad, un hombre de cuna de oro como la mayoría de los que están aquí, pero el es muy trabajador y a hecho muy buenos negocios para su corta edad y eso de el es muy admirable y en parte eso me motivó a hacer negocios con el.
-Dígame Josh por favor como también yo la tutearé claro si es que le parece- dijo sonriendo, por supuesto porque no pensé.
-Claro Josh- sonreí y me quede hablando un rato de cosas triviales, una charla amena y él tiene temas de interés de que hablar, un hombre culto
- ahora si me disculpa saludare a los demás, nos vemos en un rato- dije y este asintió, nos despedimos y yo camine para irme a otro grupo de conocidos, cuando iba caminando tranquilamente saludando al que se me topara, alguien choco contra mi y se derramo toda una copa de vino, yo la mire con cara de que poca suerte tienes amiga, pero lo bueno es que mi vestido a seguía intacto.
-Qué te pasa estúpida no sabes cuanto cuesta este vestido, mi vestido cuesta lo que vale tu casa, fíjate cuando caminas- dijo muy enojada y gritando haciendo un show ya que muchos nos voltearon a ver, yo me quería ir para que no pareciera un espectáculo, así que sin perder la compostura dije calmadamente y tratando de guardar lo mas que puedo el impulso de insultarla ya que estoy en un lugar donde eso es imposible.
-Por favor no me insulte y lo siento pero usted fue la que chocó contra mi y eso le pasa por no fijarte por donde camina señorita - dije refiriéndome a su vestido que para su mala suerte era blanco, muy mal día para esa elección, trate de irme y dejar la discusión hasta ese punto.
-Además de estúpida tonta, ¿que no sabes quien soy?- negué sin interés, y la verdad es que no se quien es ella -yo soy la novia y futura esposa de Maxwell wembley hijo del que hizo esta fiesta que por cierto invita a gentuza- dijo viéndome con superioridad como si fuera obvio quien es ella a lo que yo reí ósea que es una mantenida, y con poca clase ya que por algo que ella hizo arma un espectáculo como si estuviéramos en un lugar para discutir y eso podría hacer un escándalo y afectarme pero no puedo aguantar que me insulte.
- No tengo ganas ni tiempo de pelear pero bueno solo te diré, que bonito que te presentes como una prometida, eso en palabra de negocios es una mantenida o alguien que no aporta nada, tu "titulo" es por otra persona no por ti osea que si el te deja ya no serias nadie, bueno al menos que te cases y le quites la mitad lo cual dudo, yo digo que le saques todo el dinero que puedas, hasta luego señorita- dije a lo que ella se enojo mas, trate de pasar a su lado tratando de irme pero ella me sostiene del brazo, me suelto de un jalón ya que no permito que nadie y mucho menos ella me ponga las manos.
- Mira- me señala mirándome de arriba a abajo- no se quien seas pero yo soy una futura wembley una de las familias más respetadas internacionalmente así que me respetas y te disculpas o si no- yo la interrumpí alzando esto y me arrepentí de venir, nunca nadie ni en mis comienzos se me había plantado tan descaradamente.
-O sino qué, ¿me pegaras?, o ¿me correrás de fiesta que no es tuya? -dije desafiante, queriendo terminar esto ya.
-O sino te la veras con mi prometido- yo me reí ya que de lo mucho que pudo decir dijo eso, lo mas ridículo que quise soltar una carcajada pero me abstuve, si supiera que su prometido es un idiota, el cual solo sirve para hacer las cosas mal.
-Tu prometido no es nada, y dudo que se atreva a hacerme algo, así que muévete que no tengo tiempo que perder, y esto me esta llegando a fastidiar, tu en estos diez minutos no ganaste ni perdiste dinero pero yo en estos diez minutos ganó treinta y cinco mil euros ahora entiendes la diferencia entre tu y yo, mientras pierdes el tiempo peleando con una desconocida que no tuvo la culpa de tu desequilibrio y mucho menos ganas de pelear, no te metas conmigo que este es mi trabajo, y ahorita estoy perdiendo dinero y tiempo contigo y creeme que lo que menos quiero hacer es seguir discutiendo con alguien que denigra a las personas por sus propios errores- dije con una sonrisa para dirigirme a unos conocidos, ya que perdí suficiente tiempo con ella y ese tiempo lo puede ocupar para establecer próximos negocios.
Me encuentro con el padre de Maxwell después de unos minutos.
- Señor wembley feliz cumpleaños me alegra verlo, no lo he visto desde hace meses- lo saludo, el me agrada es un hombre centrado y cariñoso por lo que he visto con su esposa, una pareja perfecta, lo conocí una vez en mis años de novia con Maxwell, pero recuerdo estar tan nerviosa que no hable tanto con el, hace algunos meses lo volví a ver pero ya no recordaba su cara en ese entonces, hablamos y establecimos el trato que tenemos ahorita, un hombre que yo no tenia idea que era el padre de Maxwell ya que no se parecen en nada.
- Muchas gracias un gusto volverla a ver, me alegra que el trato ya se cerró y que conociera a mi hijo, es un buen hombre, escuche que una invitada la incomodo por un accidente- asiento y tomo de mi copa para luego hablar.
- Así es señor, ella no dijo su nombre pero me insulto, teniendo ella el error pero no se preocupe lo solucione aunque déjeme decirle que de educación tiene nada- él volteó a una dirección suspirando, volteo y veo que mira a Maxwell con la señorita del problema, miro que ella le está contando todo a Maxwell la cual se ve muy enojada.
- Disculpe el inconveniente señorita, le prometo que no volverá ocurrir, mi hijo es joven pero es muy responsable- dice.
- No se disculpe lo entiendo - claro que no lo entiendo pero que se le puede hacer es su único hijo- además ya lo resolví no se preocupe por ese pequeño inconveniente- hablamos otro rato y se despide de mí para hablar con las demás personas he ir con su esposa la cual no he visto, miró a la dirección donde está Maxwell oyendo los reclamos de la señorita sin poner atención, la cual se ve enojada, tomó de mi copa y el me voltea a verme cuando siente mi mirada por lo que yo le guiño un ojo y levanto mi copa a su dirección.
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Agradezco a los que están empezando a leer esta bella historia, espero que les guste.

Incítame a pecarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora