capitulo 28

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FERIA

MONICA

La verdad me gusto la cita que tuve con Maxwell además que platicamos de todo un poco, después de esa cita tuvimos otras dos en la ultima semana pero las tuvimos con la condición que seriamos lo mas discretos ya que a este hombre lo rodean decenas de fotógrafos de farándula que parecen buitres esperando una buena y escandalosa noticia de el.

Hoy amanecí con mejor humor que otros días, cuando llegue a la empresa salude a los que me saludaban, varios me vieron raro y murmuraban pero le reste importancia, cuando estaba en mi oficina adelante trabajo ya que hoy tendría otra cita con el desgraciado de Maxwell la verdad el si cumple su palabra ya que cuando dijo que recuperaríamos todas las citas de estos tres últimos años pensé que mentía y ahora vi que es un hombre de palabra, al principio acepte las citas por dos cosas, una: el es muy insistente y no me dejaba de molestarme , y dos: quería ver si era cierto que a cambiado porque juraba que solo lo hacia para llevarme a su cama pero ahora no se que pensar de todo esto.

estuve revisando las contrataciones y la habilitación de mi nueva empresa la cual ya esta lista, y si esto tiene buenos resultados podre abrir otras en diferentes paises, cuando iba a dejar los papeles para descansar un poco mi secretaria me informa que Maxwell esta aquí a lo que yo le digo que lo haga pasar.

-Buenas tardes para la mujer mas hermosa- entra sonriendo y con las manos atrás.

-¿Que llevas atrás, en tu espalda?- pregunto curiosa.

-¿Que? ¿esto?- dijo mostrando un hermoso ramo de margaritas y dalias, mis flores favoritas.

- Todavía lo recuerdas- dije asombrada de que todavía recordara mis gustos.

-Como olvidarlo- dijo acercándose y dándome el ramo el cual yo tome para olerlo, llame a mi secretaria diciéndole que traiga un florero con agua y que pusiera mis flores en el.

-Creo que me merezco una recompensa -se inclino un poco y señalo con su dedo índice sus labios.

-Sabia que querías algo a cambio, no lo haces por que se te da hacerlo- me cruce de brazos.

-Solo uno pequeño-yo rodé los ojos.

-Esta bien- me incline y le di un beso en la mejilla, cuando me iba a separar el en un rápido movimiento agarro mi nuca y junto nuestros labios, yo no le respondí al principio porque me impresione de ese acto pero a los segundos le respondí, este no era un beso agresivo y lujurioso sino lo contrario, era un beso lento y tierno cuando nos íbamos a separar por falta de aire yo mordí su labio y lo jale.

-Eres salvaje- dijo Maxwell alejándose de mi asiento y tocándose su labio inferior el cual estaba hinchado y rojo gracias a la mordida, el no tenia labial en su boca ya que gracias a estos besos me vi en la obligación de comprar labiales resistentes y permanentes.

-Eso te pasa por besarme así de repente espero que hayas aprendido- me levante de silla acomodando mi vestido.

-Yo no dije que no me gustara, es mas creo que le dio el toque esa mordida, eres una fiera- me tomo de la cintura acercándome a el- y yo no vi que te quejaras cuando te bese.

-Ya vámonos- me solté de su agarre y tome mi bolsa para dirigirme a la puerta.

-Como ordene capitana- el se adelanto y me abrió la puerta, yo pase a su lado dirigiéndome al ascensor.

Cuando estamos en el primer piso, para dirigirnos a la salida todos mis empleados voltean sus vistas a nosotros y se nos quedan viendo, yo solo miro para enfrente ya que no quiero molestarme en mirarlos y enojarme, cuando estamos afuera el carro de Maxwell nos espera y como siempre es manejado por un conductor y atrás viene una camioneta negra que es el equipo de seguridad de Maxwell, este hombre si que es precavido.

Maxwell me abre la puerta y entro, ya cuando estamos los dos adentro le pregunto:

-¿Adonde me llevas?- el voltea a mi dirección y toca su barbilla como si pensara.

-Sorpresa- no me gusta no saber las cosas y con este hombre siempre es todo así.

-Dime- el niega.

-Dime- otra vez niega.

-Odio las sorpresas- el pone una mano en mi muslo.

-Y a mi me encanta sorprenderte- aprieta mi muslo, y esto hace que sienta corrientes recorrer hasta mi parte intima.

Luego de un rato el carro para enfrente de una feria a lo que yo miro a Maxwell.

-¿Enserio una feria?- digo alzando una ceja.

-Si, además ¿Cuánto tiempo a pasado desde que no vas a una feria?- y en eso tiene razón no he ido a una feria desde hace años.

-Esta bien vamos- dije bajándome de el auto, espere a que Maxwell estuviera a mi lado, el agarro mi mano y la entrelazo con la suya, este gesto me gusto pero recordé a los paparazis.

-Y los paparazis, ¿Qué pasa si nos ven juntos?- el me sostuvo mas fuerte la mano ya que yo me quería separar.

-No te preocupes- dijo sonriendo, yo no muy convencida asentí.

El compro la entrada y pasamos, yo me quede viendo mi alrededor ya que hace tiempo no estaba en lugares como este.

-¿Que quieres hacer primero?- dijo Maxwell.

-Primero vamos a los juegos- le señale las tasitas giratorias y el asintió.

Después de recorrer varios juegos nos decidimos a recorrer el lugar para comer y descansar.

-Te debo de confesar que desde hace mucho tiempo que no me divertía tanto- tome un pedazo de algodón de azúcar el cual porciento es enorme.

-Ni yo- me abrazo por los hombros y pude oler su perfume el cual me encanta- pero esta bien darse un descanso de vez en cuando ¿no?- yo asentí y seguimos caminando hacia un juego de pistolas de goma, que si logras derrumbas una torre de botellas ganas.

-Te voy a conseguir el peluche que quieras- yo asentí ya que no creo que gane nada.

Luego de varios intentos lo logro, y me dio un peluche de un panda el cual es muy bonito.

Cuando seguimos caminando una niña pequeña con un tutu rosa choco con la pierna de Maxwell asiendo que su paleta se cayera y esto provocara que la niña llorara, Maxwell se arrodillo y acaricio el rostro de la niña asiendo que esta parara de llorar y lo mirara el le dijo palabras alentadoras y saco de su pantalón  su billetera y de esta saco un billete de cien euros y se lo dio a la niña y esta  salto emocionada abrazándolo y el le devolvió el abrazo sonriendo cuando esta se separo de Maxwell y corrió a la que creo que es su madre, Maxwell se paro y hay pensé que Maxwell no está tan idiota y hasta podría ser un excelente padre, yo con ese pensamiento sonreí como una tonta enamorada.

Incítame a pecarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora