Un Golpe de Suerte

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Pues resulta que habían preparado una barbacoa para mi cumple, con todos los que conocimos el primer día en el pub.

-O sea, que si no os hubiera despertado yo, aún estaríamos durmiendo, ¿no?

-Claramente- dice Nia, levantándose las gafas de sol por un momento.

-Vaya resaca que me llevas Nia- le dice riendo la chica pelirroja.

-No lo sabes bien- suspira.- Hacía mucho que no bebía tanto.

-La universidad chica, que te ahoga- le responde Anaju.

-Ya...- suspiro yo.- ¿Alguna ha entrado al correo de la uni? Porque quizá tenemos que hacer algo...

-Tía, lo hicimos todo antes de irnos expresamente. Para no preocuparnos, así que no lo vamos a abrir, ninguna- dice Eva levantándose.- ¿Sí?

-Si...- respondemos al unísono las otras tres, cosa que hace que todos rían.

-Y aquí está la última tanda de carne, ya podemos comer- llegan Flavio y Hugo a la mesa.

No sé como lo hace, ni cómo lo hago yo, pero siempre acabamos sentados uno al lado del otro...

Nos sentamos, y tras servirnos cada uno, y echarnos un par de fotos para recordar este momento, empezamos a comer.

-Sí que teníais hambre- se ríe Hugo.-Nadie dice nada.

-Hombre, son casi las dos y media, y yo no he comido apenas- dice Flavio.

-Pero porque tú no has querido- le pica Hugo, a lo que él responde tirándole un trozo de patata, Hugo responde del mismo modo.

-Chicos, me pongo en medio de la conversación, no empecemos- me río.- Que esto puede acabar mal...

La comida se pasa entre risas y alguna que otra patata volando por ahí.

Finalmente traen un pastel, mejor dicho, otro pastel, ya que será el segundo en el que sople las velas.

Una hora más tarde, nos encontramos todos esparcidos por el patio. Eva y Hugo tumbados en una hamaca abrazados, algunas tumbadas en la hierba, otros aún en la mesa, creo que jugando a algún juego de cartas...

Y luego estoy yo, que me he tumbado al lado de la piscina, cerrando los ojos y disfrutando del sol, con los pies dentro de la piscina.

Aunque no lo parezca, el agua está hasta caliente, por lo que supongo que la deben calentar durante la mañana.

De repente, noto como una sombra me tapa el sol, por lo que abro los ojos.

-Hey- me dice Flavio sonriendo.

-Hola- le respondo de la misma manera.

-¿Puedo?- me pregunta, señalando a mi lado.

-Es tu casa- me río.- Puedes hacer lo que quieras.

-Pues quiero tumbarme a tu lado- me dice sentándose, para después tumbarse.

Me pongo paralela a la piscina, sacando los pies para que él tenga espacio, y eso hace, se tumba.

-¿Qué?- le pregunto, ya que no deja de mirarme.

-No sabes las ganas que me dan de....- me dice mirándome.

-¿De qué?

-De tirarte- dice, antes de que suceda lo inevitable.

Saco rápidamente la cabeza del agua.

-¡Flavio!- le grito desde dentro de la piscina.- ¡Que estamos en diciembre!

No me lo creo... ¡Me ha tirado con la ropa!