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-Perfecto- dice Eva poniendo su snow encima del coche.- Otra noche que nos abandonas, eh Sam- me guiña un ojo.

-¿No me habeis dicho que aproveche? Pues eso hago

-Claro que si, tu disfruta- me sonríe Anaju cerrando el maletero.

-Pues nada, ya nos avisas si venis mañana a esquiar o algo- me dice Nia, dándome mi mochila.

-Muchas gracias por todo chicas- les agradezco.

-No hay de qué, venga, ve- me abraza Eva, y después soy yo la que abraza una por una a las tres.

Me voy en dirección al coche de Flavio, tal y como me dijo, hoy duermo en su casa, por lo que voy a ir en su coche, y con Hugo y Rafa por lo que veo.

-¡Hombre! Aquí está- dice Hugo, tan alegre como siempre.

-Aquí estoy, ¿Lo pongo aquí?- pregunto refiriendome a mi snow.

-No tranquila, ya lo hago yo- se ofrece Flavio.

-Mirale, todo un cavallero nuestro Flavio- responde Hugo bajando del coche para dejarme entrar.

-Adelante por favor- me hace pasar. Y una vez dentro, me siento en el centro, al lado de Javi.

-No, pone aquí, que yo voy delante- dice Hugo sentándose en el sitio del copiloto.

-Lo que me digais- digo riendo, volviendo al sitio que me ha dicho Hugo.- Lo siento Javi, se que me querías al lado, pero... otro día será- exagero.

-Con lo que me apetecia tenerte a mi lado- me sigue la corriente él, cruzandose de brazos.

-Javi que te estoy escuchando...- escuchamos a Flavio, por lo que todos nos ponemos a reír.

El camino pasa relativamente rápido, primero dejamos a Javi en su casa, para seguir el recorrido que dicen que hacen siempre, oara llegar a casa de Hugo.

-Bueno chicos- dice abriendo la puerta- nos vemos mañana, o no

Abre la puerta, y se va hacia el maletero para coger sus cosas, y su tabla de encima del coche.

Yo aprovecho ese momento para salir del coche y ponerme de copiloto.

Al sentarme, Flavio me sonríe, y Hugo viene hacia mi ventanilla.

-Bueno chicos, tan solo quiero deciros una cosa....- cierra los ojos y respira hondo.

-Con condon por favor, que con un Flavio ya tengo suficiente, no quiero otro miniFlavio, ¿Entendido?

-Eres idiota...- dice Flavio negando con la cabeza.

-No os avergonzeis, no sois los unicos, voy a llevarme a Eva de cena por la ciudad- chule.

-Pues vete a preparar anda...- me río.

Nos despedimos de él, y finalmente emprendemos el camino hacia su casa, por fin.

Cuando aparcamos, ayudo a Flavio a sacar todas sus cosas del coche y entramos en casa.

Al entrar, veo como enciende las luces hasta del comedor, y yo, tras quitarme mis botas de snow, me voy hacia la mesa del comedor.

Allí, me quito la chaqueta y el jersey que llevaba, para quedarme en térmica.

-Oye...- digo.- ¿Te sabe mal si me ducho? Es que no huelo precisamente bien... después de sudar durante todo el día...

-Sí, no sabes lo mal que me sabe- dice con ironía.- Pues claro que te puedes duchar, como si estuvieses en tu casa Samantha.

-Gracias, ah, y...- le pregunto, pero no me deja terminar la frase.

Un Golpe de SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora