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*Narra Flavio*

Subo las escaleras rápidamente, para encerrarme en la ducha y poner un poco de música en el altavoz que tengo, pero me doy cuenta de que me he dejado el móvil abajo.

Resoplo, ~¿por qué siempre me pasa lo mismo?~ me pregunto a mi mísmo.

Vuelvo hacia la cocina, y escucho que Samantha está hablando con alguien.

Y hago algo que no debería haber hecho, escuchar lo que decía.

~

-¿Y dónde están las otras?- me pregunta de repente.

¿Y ahora qué le digo?

-Eh... están arriba, Eva se está duchando, y las otras dos en el cuarto hablando- miento.

-Ah, es que como no las escuchaba- responde.

~

Se le notaba bastante nerviosa, como si quisiera esconderle esto.

Está en mi casa, no con sus amigas, ¿por qué tiene que mentirle?

Y ahora es cuando me doy cuenta de que no tenía que haber bajado a por mi móvil, ni haber escuchado de qué hablaba Sam.

Subo otra vez, intentando no hacer ruido y me meto a la ducha.

Tengo mil cosas en la cabeza...

No sé que me pasa, es como que se me ha venido todo encima.

Recuerdos de mi infancia vuelven a mi mente, recuerdos en los que aparece mi madre.

Hacía ya varios días en los que no recordaba esto. Estaban siendo unos días llenos de felicidad.

El estar con ella me había hecho olvidarme de mi mierda de vida.

Todo cambió cuando murió mi madre, no he vuelto a ser el mismo, ni lo volveré a ser, pero estos días que he estado con Samantha...

He vuelto a ser feliz.

Ha sido como que con ella, se me olvida absolutamente todo lo malo, ella me hace feliz.

La mierda es que va a tener que irse de aquí a nada...

Hoy, tardo más de lo que suelo tardar en ducharme, el reflexionar tanto me ha dejado más apagado que nunca, y es que me ha hecho poner los pies sobre la tierra.

Me ha hecho ver la realidad, y es que Samantha se va a marchar en una semana a Valencia, y yo me voy a ir de aquí unos días a Murcia, para seguir estudiando, acabar este año, vacaciones y otra vez a la rutina.

Cada uno va a seguir con su vida, y va a ser como si estas dos semanas no hubiesen existido, y eso... eso me mata por dentro.

Por eso me he prometido a mí mismo que voy a intentar estar el máximo tiempo posible con Samantha, voy a aprovechar esta semana.

Me seco el pelo rápidamente, y cuando bajo, la veo lavando y recogiendo todo lo que yo he dejado por medio en la cocina.

Si es que, no me merezco a esta chica...

Hablamos un rato, y cuando sacamos la pizza del horno, nos vamos hacia el sofá, para tumbarnos y encender la tele para ver alguna peli.

Abro el sofá, y así nos podemos tumbar mirando a la tele, cojo una manta, algunos cojines y lo acomodo todo mientras ella corta la pizza.

Cogemos una bandeja, y tras sentarnos y ponernos cómodos, ponemos esa bandeja en nuestras piernas y empezamos a comer.

-¿Qué peli quieres ver?- le pregunto.

Un Golpe de SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora