TURBO.

CAPITULO 3

No puedo describir lo manipulada que me siento en este momento.

- ¡VAMOS, PERROS!- Exclamó un hombre detrás de mí haciéndome sobresaltar y girar los ojos.

Los pongo en situación.

Nunca incumplo una promesa de meñique, se lo prometí a Dallas y aunque deteste este caos y este bullicio, ellos estaban dando lo mejor de sí y estaban a segundos de salir ganadores.

Mi celular en el bolsillo de mi pantalón deportivo no dejaba de vibrar, era mi jefe, pero no podía contestar entre tanto escándalo, sería poco profesional.

Un jugador del otro equipo se acercó a donde yo estaba, en el asiento en primera fila que Dallas prometió, y me sonrió entre su casco. Regresé la sonrisa con incomodidad y saludé con la mano.

Eso le bastó para ir donde su equipo tomaba agua para continuar con el partido.

Mi vista se posó donde estaba el equipo de mi hermano. Dallas me observaba atentamente, le sonreí con tranquilidad y al parecer eso le bastó para sonreír y regresar la vista al campo donde estaban por comenzar los últimos momentos del juego.

¿Qué sucedía con mi sonrisa? Digo, no es fea pero tampoco es colgate.

El juego finalizó dando el triunfo al equipo de mi hermano, caminé y esperé en la salida del estadio hasta que terminaran de ducharse y esas cosas para salir.

- Hola.- Una chica de tez blanca y rubia se me acercó muy sonriente.- ¿Tu eres Amelié, cierto?- Asentí con una pequeña sonrisa, no tengo idea de quién es esta chica.- Soy Emma, amiga de los chicos, ellos me dijeron que estarías aquí y que te hiciera compañía. Cuando tu hermano me dijo que te parecías a él no le creí.. Pero no mintió- Sonreí y le tendí mi mano la cual aceptó.

- Es un gusto.- Dije suave.

- Me gusta tu acento, Wendell no lo tiene tan marcado.- Dijo haciéndome sonreír sin mostrar los dientes.- Aunque él suena como Terminator.- Lancé una carcajada sin poder evitarlo.

Los chicos se acercaron a donde estábamos y lo primero que hice que abrazar a mi hermano. Su mano me acariciaba la espalda con ternura y mi cabeza estaba enterrada en su cuello.

- Gewinnen oder verlieren, Sie werden immer ein Champion sein... [Ganes o pierdas, tú siempre serás un campeón...]- Me separé un poco para que me mirara a los ojos, tenía una sonrisa melancólica en los labios al igual que yo y las lágrimas se agolpaban en sus ojos.- Mein Held. [Mi campeón.]

Volvió a apretarme contra su cuerpo y sentí como respiraba lentamente. Es primera vez que iba a un partido suyo y aunque esta no es la final, está emocionado con locura y feliz de tenerme consigo. De no ser por mi incomodidad al salir de casa, estaría en todos y cada uno de sus partidos.

Cuando nos separamos, la sonrisa socarrona de Donovan llegó a mi y se acercó para abrazarme con fuerza.

- Donovan, eres un bruto, la vas a romper.-Dijo Walter separándome de él, lo cual agradecí porque me estaba quedando sin aire, todos ellos son muy musculosos y yo no soy la persona más alta en la tierra honestamente.

Walter me sonrió brevemente y me ofreció un "chócalas" que no pude dejar de aceptar.

Y entonces, Dallas apareció ante mis ojos con una enorme sonrisa. Me tomó en brazos y me elevó haciéndome reír fuerte, él amaba hacer eso, me bajó u me abrazó contra su cuerpo.

- Pensé que no vendrías.- Dijo separándose de mi lentamente.

- Tú nunca fallaste a mis promesas, yo no lo haré a las tuyas.- Dije solo para que él me escuchara.- Bien chicos, andando a casa, mi jefe no ha parado de llamarme.- Anuncié más alto para que todos me escucharan y asintieron para comenzar a caminar al auto.

- Turbo, parece ser que ya conociste a Emma.- Asentí hacia Walter, quién abrazaba a la chica por los hombros.- Es muy parlanchina, a veces solo debes ignorarla.

Donovan se carcajeó, y la rubia golpeó a Walter en el pecho haciendo que riera también.

- Al menos no tengo más músculos que cerebro.- Dijo ella haciendo a todos reír más alto.

Apenas estaba dentro de la camioneta de Dallas, junto a Emma y la puerta derecha, mi celular volvió a vibrar, recordándome a mi jefe.

- Chicos, ¿Podrían guardar silencio un momento? Es que tengo una llamada del trabajo.- Todos asintieron y Dallas arrancó el auto.- ¿Bueno?

- Wonisch, pensé que nunca responderías.- Regañó mi jefe.

- Lo siento, estaba en un juego de Rugby y había mucho ruido.- Me Excusé.

- Bien, tranquila, al menos ya contestaste.- Dijo y tomó una respiración.- Aconsejo que empaques tus cosas para unos meses.

- ¿Qué?- Pregunté con confusión, haciendo que todos volteara a verme menos Dallas, quién permanecía concentrado en el camino.

- ¿Recuerdas el proyecto del que te hablé? Sobre el comportamiento peligroso de las aguas.- En ese momento recordé con claridad el momento.

Los departamentos de biología marina del país estaban moviéndose para descubrir qué ocurría con el agua en las costas, unos buzos estaban sumergidos cuando dicen que una corriente los haló con una fuerza inexplicable hacia el fondo, de echo uno estuvo a punto de morir pero se salvó por poco; no sé sabe bien porqué o desde cuándo exactamente, pero puede ser u peligro para buzos y todo el que entre al agua. Gracias al cielo, fueron rápidos y la plata está cerrada desde entonces.

- Lo recuerdo, dijo que estaban solicitando personal capacitado en el comportamiento de el agua.- Contesté recordando lo que dijo cuando pregunté para hacer la solicitud.

- Pues llevé tus documentos e hice la solicitud por ti, te necesitan en la costa antes del próximo domingo.- Abrí los ojos y cubrí mi boca sorprendida.

- Pero señor, ni siquiera me he graduado, no creo estar capacitada para trabajar en el proyecto, además hay solo pocos biólogos en él.- Dije sin poder creerlo.

Miles de alumnos y personal de biología marina se postuló para participar del proyecto de salvaguardaje que se está proponiendo para detener este desastre. Me faltaba aún para graduarme, tengo mis conocimientos pero no pensé que lo suficiente como para participar en un proyecto de tal magnitud.

Mi hermano me observaba atentamente esperando algún indicio de explicación, al igual que todos los presentes en el auto.

- Pues estoy igual de sorprendido que tú, Wonisch.- Respondió con tono alegre.- Ven el lunes a mi oficina y te explicaré mejor los detalles, que tengas un feliz fin de semana.- Y colgó.

Miré el celular atentamente luego de eso, era imposible, mi profesor y jefe me había dado esta oportunidad. Debía hablarla mejor con él y con mi hermano, nunca había estado tan lejos de mi hermano ni mucho menos por tanto tiempo.

Al parecer esta propuesta durará tres meses, los cuales se pueden alargar si no da resultados tan contundentes. Ni siquiera estoy segura de dónde me quedaré hasta entonces, estoy jodidamente nerviosa, esto puede abrirme muchas puertas en el mundo de la biología marina.

- ¿Y?- Preguntó mi hermano con suavidad.

- ¿Qué ocurre?- Preguntó ahora Donovan desde el asiento delantero.

- Lo hablaré en cuanto tenga más información.- Dije y aparte mi vista del celular.

- ¿Pasa algo malo?- Preguntó Walter desde las piernas de mi hermano.

- No creo que sea malo pero no hablaré hasta saber bien lo que sucederá ahora.- Expliqué.- Así que esperemos hasta el lunes.- Dije sin más y el viaje continuó.

En multimedia Dallas.