𝖋𝖑𝖊𝖈𝖍𝖆𝖟𝖔

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—Alesbi— Arrastró la última sílaba rodando los ojos. Odiaba cuando Alejandro se ponía tan insistente.

—Vamos, Rubius, no puedes seguir sufriendo.— El de menor estatura pellizcaba la mejilla del teñido que estaba acostado en su sofá.

—No estoy sufriendo, ya superé a Mangel. Simplemente no quiero volver a intentar algo con alguien en un rato.

—Finjamos que te creo.— Rubius alzó la mirada otra vez para girarse dandole la espalda a Alexby. —¡Hazlo por mí! Fargan va a estar ahí y no quiero que piense que solo voy por él. Voy solo por él, pero no puedo dejar que él lo sepa.

—¿Me vas a dejar solo en la barra mientras coqueteas con Fargan?— Rubén contesto fingiendo indignación.

—Esa es la idea.

El rubio soltó una carcajada sacástica pero aún así se levantó de su lugar estirándose.

—¿Pasas por mí a las diez?

Rubén no había puesto esfuerzo en como iba vestido esa noche, al contrario de Alexby que parecía listo para opacar a todos en aquel club

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Rubén no había puesto esfuerzo en como iba vestido esa noche, al contrario de Alexby que parecía listo para opacar a todos en aquel club.

Apenas llegar fue directo a pedir un trago, lo necesitaría para la larga noche que le esperaba. Fargan era bastante agradable, pero cuando estaban los tres era bien en claro que el noruego salía sobrando. Probablemente esperaría un poco hasta que alguien le pidiera irse con él y poder largarse. No era por presumir pero era bastante popular.

—¿Lo de siempre?— Preguntó la de cabellos naranjas con su característica sonrisa. ¿Cuántas veces había llorado frente a esa mujer? Demasiadas.

—Ahí esta Fargan.—  Asintió a Nieves y volteó a donde la vista de Alexby lo llevaba. Fargan saludaba pero lo único que podía ver era al hermoso hombre de ojos morados que estaba a su lado. Podía jurar que la luz caía en el como si fuera un ángel, los botones abiertos de su camisa podían dejar ver su musculatura, sus brazos fuertes caían sobre los bolsillos de su muslos, más si no fuera suficiente con un cuerpo de ensueño tenía una cara que parecía tallada por los dioses. La vida era demasiado injusta

Soltó un quejido, Alejandro le había pellizcado uno de sus brazos. ¿Con qué derecho había interrumpido fangirleos?

—No babees.— Le dijo por lo bajo para después levantarse a saludar de beso a Fargan. Rubén también se levantó tratando de disimular la escena sucedida hace apenas segundos.

—Rubén, él es Samuel.— Fargan presentó con algunas palabras de más que el rubio no escuchó, incluso el nombre de aqule hombre era bonito.

—¡Rabos!— Volteó de pronto para encontrarse a Nieves quien traía lo que había pedido en sus manos.

Lo pagó y se sorprendió de la presencia de Samuel a su lado pidiendo otra bebida.

—¿Vienes aquí seguido?— Rubén preguntó sin saber mucho que decir. Tanteando terreno antes de sus siguientes movimientos.

—No es tanto mi estilo, pero seguro que un chico guapo como tú viene todos los fines.— Sonrío el azabache y juró que su corazón se derretía. No sabía quién era este chico con linda sonrisa y figura envidiable, pero lo descubriría.

 No sabía quién era este chico con linda sonrisa y figura envidiable, pero lo descubriría

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🌼Primer día listo

🌼Stan Rubegetta

🌼Gracias por leer~

𝘀𝘂𝗽𝗲𝗿 𝗱𝗮𝘆𝘀 - 𝗿𝘂𝗯𝗲𝗴𝗲𝘁𝘁𝗮 𝗺𝗼𝗻𝘁𝗵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora