𝖇𝖎𝖗𝖙𝖍𝖉𝖆𝖞

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Inspirado en la donación que recibíó Doblas aquél día.

No sé si cuente para el rubegetta month, but aquí está salaverga

Vegetta se encontraba ansioso de ver lo que la puerta frente a si ocultaba, lo que sea que fuese era un regalo de su Doblas y su Guille quienes le habían insistido que entrara ahí

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Vegetta se encontraba ansioso de ver lo que la puerta frente a si ocultaba, lo que sea que fuese era un regalo de su Doblas y su Guille quienes le habían insistido que entrara ahí.

Su movil vibró, un mensaje de Willy diciendole que estaba listo. Respiró hondo y abrió la entrada para encontrarse en oscuridad.

—Cierra la puerta, De Luque.— Rubén susurró en la habitación de forma cantarina, Vegetta mentiría si dijera que pensó cosas santas al oír a su osito. Cerró como el rubio se lo había ordenado y quedo en espera de más instrucciones buscando en la oscuridad algún rostro conocido. No podía ver más allá de su nariz.

—Avanza y sientate cariño.— Era Willy usando un tono de voz simular al de Rubius, no sabía en donde se encontraba pero vaya que eso le ponía. Esperaba que no fuese alguna broma por parte de ese duo.

Avanzó con cautela tomándose su tiempo para cada paso hasta toparse con un sofá y sentarse como le habían indicado.

—Ahora solo relájate, y...

—No babees.— Acompleto Willy en un susurro. El ambiente había cambiado, una canción bastante seductora sonó de alguna parte y las luces se encendían gradualmente adoptando un tono violeta aunque no era lo suficiente para ver algo. El sonido de una luz encendiendose, y el rayo correspondiente iluminando un lugar vacío.

La pierna de un hombre en medias y tacones negros se asomó, iluminandosé con cautela a un albino de ojos verdes en lencería posando frente a él.

A la derecha del albino otra luz y la silueta de el híbrido de oso con las mismas ropas de su hermano oscuro se hizo presente. Samuel no podía ocultar su asombro, su calentura o su erección aunque quisiese.

—Feliz cumpleaños, Samuel.— Cantaron ambos para él antes de acercarse al amante del morado estupefacto, cada uno se coloco a un lado de él para susurrarle en el oído algo que no entendío muy bien. Ambos lo tenían hecho un desastre, su mirada iba de uno a otro con una cara que definiría la palabra deseo en totalidad.

El rubio pasó sus manos por su torso y el albino le acariciaba el rostro, estaba en el cielo. La canción de fondo pasó a ser una que conocía bastante bien, aunque no pegaba del todo con el ambiente. Era bastante rara de oír, pero parecía hacerse cada vez más y más fuerte. ¿Quién era el encargado de esa canción tan alegre que no terminaba de cuadrar con el color tan sensual de la situación? Si había colocado esa canción como su despertador por el tono tan movido.

Cayó en cuenta. Un susurro por parte de Rubén lo confirmó. Cuando despertó en su habitación con el corazón a mil y una erección mañanera aún seguía en su cabeza la voz del híbrido de oso.

—Estas soñando, tontito.

𝘀𝘂𝗽𝗲𝗿 𝗱𝗮𝘆𝘀 - 𝗿𝘂𝗯𝗲𝗴𝗲𝘁𝘁𝗮 𝗺𝗼𝗻𝘁𝗵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora