𝖑𝖔𝖇𝖔 𝖓𝖔𝖈𝖙𝖚𝖗𝖓𝖔

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Songfic de la canción Time To Love de Red Velvet, un temazo.

Lobo nocturno, Rubius Hermandad Oscura.

Lobo nocturno, Rubius Hermandad Oscura

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Sueño con estar contigo en la nieve.
Parecía que estabas muy lejos,
y ahora estas junto a mí.

Rubius había salido de su casa cargando cosas importantes en su mochila. En esos tiempos de invierno su traje de la hermandad oscura no bastaba para cubirlo, así que por debajo de su capa venían varias capas de ropa oscura. Si alguien lo perseguía no podría moverse con tanta agilidad más no tenía opción. Además, no creía que fuera necesario correr, con Vegetta a su lado protegiéndole siempre había un plan de repuesto.

En los días fríos como ese era más sencillo hacer sus planes. Las personas solían dormir más temprano y los guardias custodiaban las casas desde adentro, dejando los caminos principales desiertos.

Se acercó al área del bosque más cercana a la alcaldía. Silvó para llamar al azabache concentrado en poder distinguir entre la maleza un traje de lobo cuando no lo encontró suspiró, había llegado temprano supuso.

Sintió un toque ligero como el aleteo de una mariposa en sus hombros y podía jurar que casi se rompía el cuello de lo rápido que volteó. Era Samuel, quien reía por lo bajo, o tal vez era que su máscara amortiguaba su voz.

—¡Coño, Vegetta, no me asustes así!

—Shhhhh...— El del traje de lobo llevó su mano a donde se suponía que debían estar sus labios.

—¿Primero la alcaldía o vamos a nuestro lugar?

—¿A qué venimos Samuel? Claro que primero la alcaldía.

—Conforme sigas diciendo mi nombre te parto a ostias.— Después de una risa por parte del oso, añadió. —Usa el modulador de voz.

Y ambos partieron con una misión en la mente.

Terminó el azabache de colocar el índigo del arcoíris en la pared izquierda y observó su obra por un momento

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Terminó el azabache de colocar el índigo del arcoíris en la pared izquierda y observó su obra por un momento. Su compañero se colocó a su lado.

—Espero que el cerdo tarde en limpiar esto.

Me da vergüenza verte a la cara,
aún así quiero hacerlo.
No puedo armarme de valor.

Creo que estamos teniendo el mismo sueño, mi amor.

Volteo a ver al más alto sonriendo por debajo. A veces Samuel se preguntaba si Rubén podía saber lo que estaba pensando porque no podía ser coincidencia que el rubio siempre supiera que decir en estos momentos. Como si el destino le contestara Rubén le extendió la mano, e inmediatamente la tomó. Le parecía tan curioso como acciones tan simples eran tan cargadas de significado. A traves sus guantes aun podía sentir el calor que el contrario le transmitía, era reafirmar que él estaba ahí, que estaban juntos y que no había poder que fuera a cambiar eso.

Seguimos caminando y entonces nuestras manos se rozan,
y junto a ellas nuestros corazones.

Parece un sueño, como la primera nevada que hemos estado esperando como un regalo.

Observó como en el gorro del rubio se iba llenando de puntos blancos. Estaba nevando. Aparto su vista y volteó a ver la alcaldía.

—¿Todo esta listo?

—Sí, apenas nos alejemos volaré todo con el control.— Asintió y aun sujetando al rubio por su mano partieron en dirección del bosque al que habían vuelto. Se irían por ahí intentando que nadie los rastreara hasta casa del azabache.

Estoy sorprendido. Brillo en tus ojos al igual que las luces.
Esto no tiene sentido, haces que mi corazón se acelere.

Cuando las cosas estallaron hubo un resplandor, Samuel volteó y su boca había quedado abierta ante la imagen que podía observar. El rubio iluminado de sombras naranjas, incluso en su disfraz era capaz de quitarle el aliento, no podía entenderlo. Si quiso a alguien con la intensidad con la que amaba a Rubius no lo recuerda.

Una sonrisa sin sentido llegó a su rostro y permaneció durante todo el trayecto corriendo de la mano de Rubén.

Una sonrisa sin sentido llegó a su rostro y permaneció durante todo el trayecto corriendo de la mano de Rubén

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Estoy entre tus brazos y esta noche invernal es más cálida que el resto.

¿Desaparecerás si cierro los ojos?
No quiero perder un solo segundo, por favor, quédate así.

Creo que sé que dos personas se han enamorado, ¿Deberíamos empezar?

Ahora es nuestro momento de amar.

Apenas saltó en el ascensor se permitió respirar. Habían llegado al bunker ilesos.
Rubén se recargó en la pared y llevó sus manos a su cabeza para quitarse la máscara. Sonreía aun con el cansansio que le exigía el hacer tanto esfuerzo físico.

Vegetta comenzó a reír contagiando al rubio después, el ambiente entero parecía brillante, embriagador. Rubén miraba a su futuro esposo y podía sentir ese cosquilleo tan especial que se amontonaba como una pila de nieve.

Samuel se acercó a su lado y se dejó caer junto a él. Se volteó para estar viendo a Rubén y comenzó a pasar sus dedos por las mejillas del rubio de una manera casi ceremoniosa. Pasó a arreglar su cabello, llevando mechones rubios por detrás de su oreja.

—Te quiero, Samuel.— Habló para depositar un beso en los labios del azabache. El contrario lo tomó entre sus brazos deseando fundirse en él.

—Yo también te quiero, Rubén.

𝘀𝘂𝗽𝗲𝗿 𝗱𝗮𝘆𝘀 - 𝗿𝘂𝗯𝗲𝗴𝗲𝘁𝘁𝗮 𝗺𝗼𝗻𝘁𝗵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora