" Por ejemplo la tristeza que haz visto, yo la transformaré en una agradable historia.
Por ejemplo las veces que tú sonríes, inconsientemente sonreímos los dos. "
Rubegetta Month, Mayo 2020
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Samuel atrapó al niño quién estuvo cerca de sentir el agua bajo sus pies.
—No, no, no. Primero el bloqueador solar, después al agua.— Sonrío el mayor alzando en brazos al pequeño Brayan, para llevarlo a donde el otro padre de su hijo extendía algunas toallas. Se aproximó al su bolso para sacar aquel bote de protección solar y embadurnar al niño inquieto.
—Samuel, mi amor, ya dejaste al niño todo blanco.— Rubius habló riendo al final de una manera suave. El moreno dejó ir a Brayan el cuál salió con júbilo hacia las olas.
—¿Y lo dejas ir así nada más?, se me va a ahogar mi hijo.— Rubén se había estado peleando con la ancha sombrilla que trajo para la ocasión.
—Tú eres el que dice que no lo consienta.
—¡Yo nunca digo eso!— Replicó inmediatente y se rindió con la tarea que hacía. —Tú siempre lo dejas a su suerte para que se haga "más hombre".
Vegetta reía mientras veía a su futuro esposo quitarse la playera y dejar sus zapatos.
—De Luque, no me mires así.— El rostro del rubio se tornó carmín.
—¿Así cómo?— El rubio estaba poniéndose bloqueador en cada pedazo de su ser, odiaba quemarse después de un largo día en el sol.
—Embobado.— Rubén le miraba fijamente.
—Es solo que me gustas mucho, Rubén.— Vegetta sonrío y se sorprendió de que el rubio le correspondiera, normalmente solía entrar en pánico cuándo le ofrecía su amor. Doblas se inclinó hacia él para besar su frente.
—Apúrate, y vamos a nadar los tres.— Vegetta observó al rubio correr hacia su hijo, no pudo sentirse más feliz. Esa era su familia.
