#CalP-Confinadas en París P.1

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Nota de introducción

Fanfic con fines recreativos y para darme el gustillo de escribir el cómo hubieran vivido (según yo) esta etapa tan particular "mis" Maite y Camino. Esperando que alguien se sienta un pelín identificado con lo que pase o deje de pasar. 

La actualización de este fanfic será menos regular que su predecesor (cada 2-3 días posiblemente) excepto que me anime mucho. Y otra cosilla es que será bastante más corto también.  Podremos ir leyendo de a 3 días por capitulo. 

Agradecimiento a @YaSan23 por la portada (déjenle un besito que se lo merece por aguantarme). 

Otra vez con imágenes de Ylenia y Aria por lo mismo que en Camino a la Pasión. No encontramos ninguna en la red en la que estén juntas y se vea bien así que, pues, separadillas. 

Disclaimer: Acacias 38 es una creación de Aurora Guerra y Televisión Española.

Advertencia: Igual una jarrita de agua puede ser apropiada


Sin nada más que agregar, empecemos...


Día 0

-Entonces, ¿está confirmado? – preguntó Maite mirando la pantalla de la televisión que acababan de instalar.

Camino suspiró – Sí, fronteras cerradas en España hasta nuevo aviso.

-Aquí también, cariño – la morena se sentó a su lado en el sofá y la abrazó dulcemente -, pero no te preocupes, yo voy a cuidar de ti.

-No me preocupa – aseguró Camino – en absoluto me preocupa esto, lo que sí me preocupa es el estado de nervios de mi madre – le mostró el teléfono – tengo 7 llamadas perdidas en los últimos 30 minutos.

-Y atiéndela, amor mío – le pidió la pintora – pobre mujer.

-Es que quería confirmarlo oficialmente – la joven rodó los ojos – allá que vamos – dijo llamando a su madre por video llamada – suerte que nos han instalado el wifi a tiempo.

La imagen que Felicia utilizaba de ella y sus hijos en WhatsApp se desplegó en la pantalla del móvil de Camino y la llamada sonó 2 veces antes de que su madre la cogiera.

-¡Camino! ¡Te he llamado como 10 veces! – se quejó nada más hacerse escuchar – ¿no podías atenderme?

-Fueron 7, mamá – la joven meneó la cabeza mirando a su progenitora y sonriendo – y no, no podía – mintió para no ponerla más a la defensiva todavía -, pero ya estoy aquí.

-¿Es verdad que se quedarán allí? – preguntó la mujer - ¿No volverás a Madrid?

-Madre, aunque quisiera no podría – aventuró su hija – ni sería prudente, ¿no cree? Tengo entendido que en Madrid se está desmadrando mucho la cosa, ¿no?

Felicia suspiró – Lamentablemente sí, hija, pero con estas medidas espero que lo puedan contener rápido – hizo un gesto de inquietud – no me gusta nada que estés tan lejos.

No era lo mejor, pero las cosas se habían dado así. Ellas se marcharon a comienzos de marzo hasta Paris para poner en orden las cosillas que no querían dejar en pendientes y con el objetivo de comprar la nueva casa de Maite, bueno, de las dos. Lo que no esperaron era que las pillara una pandemia en medio de la mudanza. El tío de Maite, Armando, le había concretado algunas reuniones en posibles pisos que serían, según él, de su gusto y lo cierto es que acertó de pleno porque pillaron un piso de los que llaman casas de ciudad en Paris. Muy luminoso y con buena distribución.

#CalP Confinadas en París [MAITINO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora