Bueno, chiquis, 4 en la cuenta regresiva. Tener jarrita por ahí, puede que haga falta.
Día 49
Desde el día anterior solo habían estado elucubrando posibilidades. Lo querían hacer todo y era evidente que sus planes llevaban mucho más tiempo del que en realidad dispondrían. Faltaban 11 días para el primer paseo oficial cuando desayunaron esa mañana y volver a España no sería una realidad hasta el mes siguiente. Tendrían algo así como 20 días o un poco más para dedicarlos a este París en desescalada. El tema dominaba el día de manera continua y era lógico. En medio de su rutina surgían preguntas, propuestas y hasta momentos de ensueño. Porque aunque el tiempo no jugara a su favor, podían seguir soñando. Tenían un futuro en blanco en el que salpicar sueños y deseos.
Desde el primer día viendo el sol libremente hasta el día que tuvieran que volver obligadamente a París por el nuevo curso, había unos pocos meses. Y Camino y Maite querían aprovecharlos en la mayor medida posible, para que cuando llegara un la rutina a encerrarlas con su ritmo vertiginoso o la llamada nueva normalidad, que venía con potenciales rebrotes, les pudiera barreras no sintieran que no habían aprovechado la pausa. Siempre con mucho cuidado de no romper las reglas y la buenas nuevas costumbres que imponía la pandemia.
-Lastima que las galerías del calendario que me diste no estarán abiertas - Camino suspiró tomando un poco de zumo de naranja.
-Pero abrirán de nuevo algunas, seguramente - Maite le sonrió a su avecilla - podremos ir a las que estén, ¿Vale?
-Vale - dijo y luego añadió - ¿Alcanzaremos a visitar al menos dos?
Maite se encogió de hombros - No lo sé, cariño mío, pero no te preocupes que tengo otros planes para las dos - le aseguró y luego se puso de pie - ve a estudiar que yo recojo.
-¿Qué? ¿No me dirás cuáles son esos planes? - preguntó la muchacha con absoluta incredulidad.
-¿No sabes tú que existe algo llamado el factor sorpresa? - replicó la artista - vete a estudiar.
Refunfuñando la joven se marchó al salón y ella recogió la cocina con Luna apostada en la encimera, de la que era fan porque siempre la bajaban, siguiendo sus pasos.
-¿Cuánto crees que tardará en regresar a exigir una compensación? - le preguntó la morena a su gata y la pequeña maulló- coincido, más bien poco.
Llenó el lavaplatos y lo encendió, dedicándose a darle unos mimos a la pequeña peluda que correspondió con múltiples ronroneos.
-Vale, no puedes decir eso y esperar a que me concentre - Camino apareció en la cocina 5 segundos después - no puedes torturarme así.
-Tenías razón - le dijo a Maite a Luna y se giró a ver a Camino - ¿Qué pasa con usted, Señorita?
-Dime planes - exigió la chica y la morena se acercó totalmente cautivada por ese espíritu tan espontáneo que la caracterizaba.
-Sí es que... vale, pero solo uno - vio que Camino iba a quejarse y la interrumpió - solo uno o no hay trato - dejo claro.
-Vale - la chica aceptó a regañadientes.
Maite la tomó entré sus brazos y la giró para poder envolverla con ellos y susurrar en su oído.
-Imagínate, tú y yo, en la esquina más bohemia de París - vio como Camino sonreía - nos sentamos en este café que está en la vía más grande y disfrutamos del poco sol de la mañana, el Sena resplandece y alrededor baila el brillo del día entre una y otras manifestaciones de arte que inundan esa esquina - Maite le besó la mejilla - mi favorito es ese hombre mayor que se sienta cada día a tocar el acordeón y a musicalizar el momento.
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#CalP Confinadas en París [MAITINO]
Fiksi PenggemarYa que se estuvo especulando en como vivirían o se comunicarían en cuarentena, dado que mis Maite y Camino están juntas en este momento, se me ocurrió con fines recreativos continuar con su historia en función de lo que nos estuvo pasando estos mese...