#CalP-Confinadas en París P.20

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Respiro profundamente. Esa fue la última vez que escribo un capítulo más para el Confinadas. Estoy muy sensible jajajajaja. En fin, me acompañaron 7 meses prácticamente y crecieron conmigo. Las voy a echar de menos. No nos pongamos ya nostalgicxs que no es hora en todo caso. Yo solo espero haberles hecho honor en este final. Y que les guste a quienes han pasado estos 7 meses con nosotres.

Nos volvemos a leer al final.

Día 58

Maite dio algunos pasos por la casa luego de dejar a Luna muy tranquila en el sofá del estudio. Demandante como era, su pequeña ama peluda había solicitado atenciones nada más dio pasos por el estudio luego de un momento de relajación por algún otro sitio de la casa. Maite aceptó que su labor era mimar a una gatita pequeñaja y exigente hasta volverla al estado K.O. habitual. Lo hizo sin ningún arrepentimiento, gozando de los ronroneos y el pelaje suave de la gata. Un pelín de caricias aquí y allá, y Maite estuvo lista para salir en busca de la otra pata de esa, su familia. Ahora mismo era lo que eran, una familia de 3 niñas. ¿Estaba mal verse a ella, a Camino y a la pequeña Luna así?

Iba directa al salón donde podía oír hablar a Camino cuando un papel cuidadosamente colgado de la puerta de la cocina frente a la que pasaba. Vio un pequeño número 1 garabateado arriba y una nota en la parte de fuera.

"Antes que el confinamiento se apague y la nueva normalidad nos "escupa" donde quién sabe quién siento deseos de mantener la magia. Busca en la habitación la siguiente parte de este puzzle".

Había más escrito, pero no lo leyó. Algo lo decía que Camino quería que tuvieras todas la piezas. En la habitación tropezó con la siguiente nota que tenía una nota escueta. "Puerta de salida".

Allí estaba la tercera. "Lavabo". La cuarta y la quinta estaba en el salón junto a Camino. Entró mostrándole su hallazgo y la joven sonrió, pero cambio el gesto casi inmediato.

-Sí, profesora -anunció con diligencia. Los exámenes. Maite tomó la pieza final y se sentó a leer el todo, a la vez.

Era como una suerte de carta parecida a las que se enviaban en aquellos momentos de juego. Pero con una sutil diferencia.

"Maite"

En esta ocasión, la carta comenzaba con su nombre.

"En estos días que hemos estado juntas he comprendido algunas cosas sobre mí, otras sobre ti y las últimas sobre el mundo que nos rodea. Sé que parecerá extraño que 60 días no sean suficientes para conocerme o conocerte por muy cerca y solas que hayamos estado, pero es que no somos así de sencillos. No somos simples por mucho que a veces la rutina nos quiera conformar. Todos anhelamos, todos tenemos deseos y sueños, aunque nos hundan en un trajín de horarios y renuncias por dinero o un lugar en la sociedad. Nos dormimos, pero seguimos vivos en los rincones más oscuros de nuestro ser. Dormidos hasta que alguien nos despierta.

"Bajo la piel se ocultan deseos no formulados, aflicciones recónditas, marcas invisibles...". Todos esperando a quien los renueve, los descubra o los reconstruya. Como tú en la academia despertaste deseos que yo no creí poseer. Como yo te quite aquel velo que habías puesto entre tú y tus propios anhelos. Da igual el esfuerzo que hagamos, lo que el destino ha elegido es lo que tiene que suceder. Recuerdo hoy la frase de aquel libro que decía: "Hacia esfuerzos por no mirarla, pero sus ojos se clavaban en ella en contra de su voluntad". Una vez que nos miramos la primera de las veces, fue imposible resistirnos. Una vez que me miraron me quedé pérdida en la forma que brillaban tus ojos al mirarme. Usted y su sonrisa cóncava, mi hermosa mentora, mi hermosa amiga, mi hermosa amante. También mi mujer. "Usted me ha hechizado en cuerpo y alma". ¿Crees que está bien que parafrasee a los clásicos para hablarte a ti?"

#CalP Confinadas en París [MAITINO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora