CAPÍTULO 13

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Victor continúa rosando su arma contra mi frente, el reducido ambiente hace que las gotas de sudor corran alrededor de mi rostro debido a la amenaza que tengo frente a mí. Whald no se ha movido ni un poco de su posición y no espero tampoco que lo haga, sé perfectamente que si por mi propio hermano fuera estaría muerto.

—Finalmente obtuviste lo que querías Darren —prosigue Victor — Siempre supe que antes de matarte te diría toda la verdad. Ahora ya la sabes y lo que procede es que te mataré a ti y luego me encargaré de tu hija, pensaré muy bien qué hacer con ella —alardea en tono socarrón—podría matarla o venderla por ahí para que cada uno de sus días sean miserables mientras la utilizan a su antojo.

—Cuida tus malditas palabras cuando te refieras a mi hija —magullo entre dientes.

—¿Ah sí? ¿Qué harás al respecto?

Trago en seco mientras mi mente intenta enviar señales de calma a todo mi sistema. De pronto, el sonido de un arma siendo cargada se escucha dentro del recinto, estoy tan aturdido por la situación que me toma unos segundos darme cuenta que se trata de Whald.

—Más te vale que lo pienses dos veces antes de meterte con April —amenaza mi hermano apuntándole justo en la sien a quien considera su jefe.

Victor le mira por el rabillo del ojo mientras de manera nerviosa sostiene su arma contra mí. —Oh, vaya, vaya el hermano al rescate.

—Es mi sangre y por ella me hago matar sin importar quién. —quedo sorprendido ante la respuesta de mi hermano.

—Perfecto, eso es perfecto. —se burla el trigueño —Hagamos algo... —hace una leve pausa —Si te haces matar por tu sobrina, dame tu vida y perdonaré la de ella. ¿Qué dices?

—Estás loco, hijo de puta —le escupo entre ira.

—Darren... —volteo a ver a mi hermano —Me debes una.

—¿De qué estás hablando? De aquí salimos los dos. —le grito.

—Las despedidas son muy dolorosas —comenta Victor con sorna.

El silencio se hace presente entre los tres cuando afuera un sinfín de disparos escandaliza el lugar, sé que se trata de Simon, sé que esto ha comenzado, soy el primero en reaccionar y sacar mi arma para dispararle a Victor, pero es cuestión de nanosegundos para que este se dé cuenta y forcejee con él para intentar quitarle el arma, Whald hace lo mismo, en ese momento la puerta es abierta de golpe. Don, en compañía de Simon y otros dos tipos irrumpen en el lugar armados con metralletas y escopetas.

—¡Nos vemos las caras hijo de perra! —le grita Don a Victor quien se levanta apresuradamente y corre hasta la puerta trasera que tiene en el lugar, abre fuego a quemarropa para luego huir.

El disparo ha abierto un eco en la pequeña estancia, todos nos hemos escudado para no ser interceptados y cuando el peligro cesa, entre miradas revisamos que estemos todos bien, pero entonces, mi mirada busca a la de mi hermano y este, yace parado mientras toca su cuello.

Whald ha recibido el disparo.

—¡NO! ¡Whald! —grito mientras avanzo a zancadas hasta donde está.

Mi hermano ha caído desplomado en mis brazos, el balazo ha ido a parar a la carótida por lo que la sangre cae a chorros y nos empapa a ambos.

Whald tiene los ojos abiertos mientras intento hacer presión en el cuello, pero mis intentos son fallidos, el líquido sigue saliendo a cantaros, no me da tiempo de decirle nada, pues, sus ojos se agudizan y posteriormente adoptan un tono inerte indicándome tras el estado de reposo en que se encuentran, que mi hermano ha fallecido. —¿Whald? ¡Maldita sea, hermano! —intento reanimarlo aun cuando sé que es imposible, mis manos ensangrentadas acunan su rostro y observo sus pupilas completamente dilatadas.

QUEMA ESTE AMOR EN TUS LABIOS (COMPLETA ✓ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora