CAPÍTULO 25

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He parado en un parque para poder descansar de mi agitada forma de ejercitarme, mientras nivelo mi respiración estiro un poco mis músculos que yacen tensionados. Hace mucho tiempo había dejado de hacer ejercicio y tal parece que me ha afectado notoriamente en el rendimiento que suelo tener al entrenar, no es normal para mi cansarme con la mitad de rutina que solía tener, es por ello, que he decidido retomarlo de manera disciplinada hasta alcanzar el nivel que llevaba antes. Tomo un poco de agua mientras peino las hebras húmedas de cabello que obstaculizan mi visión y luego continúo corriendo hasta casa, debo reposarme un tiempo prudente antes de arreglarme para acompañar a Grace a la boda de su prima.

Apenas anoche he tenido tiempo de comprar un buen atuendo para poder presentarme en la boda, he quedado de recoger a las nueve en punto a Grace para ir juntos al jardín que ha alquilado su familia para poder llevar a cabo la ceremonia.

Al llegar a casa noto que aun mi madre y April se encuentran durmiendo, el sol apenas está comenzando a colarse por los rincones de toda la ciudad, así que, tras darme cinco minutos de reposo decido prepararnos el desayuno a los tres, hago un par de tostadas y huevos revueltos con salchichas para April, a mi madre le preparo un omelette de espinacas, yo por mi parte me frio un par de huevos con tocino, dos tostadas y los acompaño con unos tomates cherry asados.

—Papá... —resuena en la estancia una débil voz, me doy vuelta para encontrarme a mi pequeña hija tallándose los ojos, coloco su plato en la mesa auxiliar y la cargo en mis brazos dándole un beso en la mejilla.

—Buenos días princesa —le dedico una sonrisa que ella por su humor matutino no corresponde, apoya su rostro en mi pecho y respira con pesadez. —¿Dormiste bien? —me intereso a lo que ella simplemente asiente.

—Hambre —esboza a lo que rio y le planto un segundo beso en la sien para ubicarla en el puesto donde he colocado su desayuno.

La pequeña comienza a devorar todo el contenido en su plato, mientras, yo le alcanzo un poco de leche tibia y la coloco a un costado de su comida.

Mi madre aparece también en la estancia.

—Buen día hijo — se sienta junto a su nieta.

—Buenos días mamá —le sirvo el desayuno acompañado de una taza de café, yo me uno a ellas y en cuanto mi café está listo me siento a comer.

—Creo que amanecí con un poco de alergia —resopla mi madre con irritación su nariz.

—¿Quieres que compre algún antialérgico? —pregunto mientras doy un sorbo a mi café.

—No hijo, lo pediré a domicilio ¿Dijiste que tenías que ir a un evento con aquella chica...? Grace?

—Sí, pero puedo salir un momento a comprarlo antes de irme —ella niega con la cabeza.

—No es necesario, de verdad —resopla su nariz por segunda vez —Llevaré a la niña a la terapia para que estés más tranquilo.

—No, creo que puedo llegar a tiempo.

—Tu ve tranquilo, caramba —protesta.

—De acuerdo mamá —ruedo los ojos y culmino con mi desayuno para entrar a bañarme, coloco la temperatura del agua un poco más caliente de lo que habitualmente suelo hacerlo, salgo de la ducha unos seis minutos más tarde y me coloco el traje de color gris que he comprado, me lo coloco con cuidado y luego acomodo muy bien mi corbata, al ver que mi jodido cabello demora en secarse, opto por tomar el secador de mi madre para pasarlo de manera rápida mientras con la mano alboroto las hebras húmedas para que se apuren a secarse, cuando tengo el efecto que quiero simplemente lo peino para fijarlo. Por ultimo coloco mi reloj y esparzo un par de gotas de loción alrededor de mi cuello.

QUEMA ESTE AMOR EN TUS LABIOS (COMPLETA ✓ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora