CAPÍTULO 30

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Ni Martin, ni mi madre ni yo hemos pegado el ojo en toda la noche. Julia sigue aún en la habitación tirada en la cama sin cobrar el conocimiento y aunque ya abierto los ojos casi al alba, no ha hecho ni un solo movimiento por cuenta propia. Me he quedado con ella desde que he visto que ha despertado. Según lo que escuché de parte de Martin, el sujeto que la sacará de la hipnosis aterrizó hace poco en la ciudad y ha tomado un taxi para llegar al hotel.

—Ya no debe de tardar... —menciona Martin caminando de un lado a otro cruzado de brazos.

Mi madre se encuentra preparando el desayuno junto a April y le he pedido que la mantenga tan detraída como pueda en lo que todo esto se soluciona.

Y yo sigo aquí, al pie de la cama acariciando la mejilla pálida de Julia sin parar de observarla, reteniendo cada vez menos las ganas imperiosas que tengo de besarla, sintiéndome miserable al verla de esa forma tan frágil.

Miro de soslayo detrás mío para darme cuenta que Martin ha salido de la habitación y nuevamente me ha dejado a solas con Julia, tomo la mano de la chica esperanzado que me escuche y la llevo a mi mejilla mientras la observo con una sonrisa.

—Hey...—susurro cerca de su rostro —Hace rato estaba recordando la primera vez que nos besamos ¿Lo recuerdas? —reprimo entre un pequeño sollozo —Estábamos bailando Robbers de la banda 1975 —me sonrío al traer aquella noche a mi mente— Recuerdo que al verte con aquel atuendo rojo oscuro solo pensé: "Carajo, que chica más linda" Me sentí por mucho, el chico más afortunado de toda la fiesta, y solo podía pensar entonces en que nadie más descubriera toda la belleza escondida que había tenido frente a mis ojos por mucho tiempo —admito con una amarga sonrisa —Y fue por ello, consciente e inconscientemente que preferí ser otro. No quería seguir siendo el chico problemático del cual te siguieras avergonzando, o del cual tuvieras que agachar siempre la cabeza cuando te señalaran por mi haberte enamorado de la persona que te hizo daño. Quería ser alguien diferente, alguien del que pudieras sentirte orgulloso. Fue por ti, Julia. —trago saliva al terminar de articular aquellas palabras.

Fijo mi mirada de nuevo en su rostro solo para descubrir ésta vez, que una lagrima se ha escapado de sus ojos.

¿Estaba escuchándome?

La emoción invade todo mi cuerpo ante aquella posibilidad y acuno su rostro con la yema de mis dedos mientras le doy un beso en la frente a la pelirroja.

—¿Estás escuchándome, Julia? —pronuncio en un hilo de voz —Ya pronto saldrás de esto, ya falta poco amor. Te amo —consigo decir.

El timbre de la residencia suena y me veo interrumpido tras la presencia del sujeto que ha convocado Martin para que nos ayude a sacar a Julia de aquel trance. Observo al hombre de unos cuarenta años entrar a la habitación luego de cinco minutos en los que Martin le ha explicado a detalle las circunstancias en las que fue sometida Julia a la hipnosis clínica.

Me mantengo en completo silencio y tomo un poco de distancia al instante en que veo al hombre tomar los signos vitales de Julia, entre tanto, Martin termina de explicarle la situación.

—¿Crees que puedas hacer algo para que vuelvan los recuerdos de su verdadera vida y olvide la que le hicimos creer? —inquiere Martin a espaldas del señor.

Éste voltea a verlo y luego me mira a mí.

—Francamente la chica ha sufrido un sometimiento demasiado complejo —asegura —Podría regresarla, pero corremos el riesgo de que sufra algún traumatismo —explica —Lo que puedo hacer para que no se vuelva una tortura para ella, es dejar los recuerdos que ya tiene y devolver los que tenía.

QUEMA ESTE AMOR EN TUS LABIOS (COMPLETA ✓ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora