˗ˏˋ Cartas al chico lindo © ˎˊ˗

˗ˏˋ𝘌𝘭 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘴𝘦 𝘢𝘱𝘢𝘨óˎˊ˗

    ¡𝙶𝚛𝚊𝚌𝚒𝚊𝚜 𝚊 𝚝𝚘𝚍𝚘𝚜 𝚙𝚘𝚛 𝚎𝚕 𝚊𝚙𝚘𝚢𝚘 𝚒𝚗𝚖𝚎𝚗𝚜𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚕𝚎 𝚑𝚊𝚗 𝚍𝚊𝚍𝚘 𝚊 𝚕𝚊 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊! 𝙽𝚘 𝚝𝚎𝚗𝚐𝚘 𝚙𝚊𝚕𝚊𝚋𝚛𝚊𝚜 𝚜𝚞𝚏𝚒𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚎𝚡𝚙𝚛𝚎𝚜𝚊𝚛 𝚖𝚒 𝚊𝚐𝚛𝚊𝚍𝚎𝚌𝚒𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘. ♡

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Con manos nerviosas y respiración agitada, estaba tratando de abrir la puerta de su casa. Las llaves resbalaron un par de veces de sus manos por el constante temblor pero finalmente logro hacerlo.

–¡Hola hijo, ¿cómo te fue en la...?–

–No tengo tiempo mamá–

Y sin más, dejando a su madre con la palabra en la boca, subió a toda prisa a su habitación. Al entrar, lanzó su mochila lejos y tiró su cuerpo sobre la cama, sosteniendo entre sus manos temblorosas aquel sobre magenta, mirándolo como sí se tratase de una ilusión, como sí en cualquier momento aquella carta fuera a desvanecerse de entre sus manos.

"𝓟𝓪𝓻𝓪 𝓶𝓲 𝓭𝓾𝓵𝓬𝓮 𝓬𝓪𝓫𝓪𝓵𝓵𝓮𝓻𝓸."

Aún no podía creer que esto fuera real.

Su chico lindo...le había escrito una carta.

Y cuando finalmente cayó en cuenta de eso, a toda velocidad abrió el sobre y sacó la hoja que se hallaba dentro.

¡Hola, acosador! Lo escribo
de buena manera.

Yo...vaya, no puedo creer que esté haciendo esto. Que finalmente, después de tanto tiempo, esté escribiéndole una carta al chico que me ha hecho sentir querido durante todo este tiempo. No sé qué escribir, bueno sí sé pero es que son tantas cosas que no puedo formar una idea clara en mí cabeza.

Primero, creo que debo comenzar con lo importante.

Quiero que sepas que...te quiero.

¡Te quiero demasiado! Y es que me era imposible no hacerlo después de leer todas las maravillas que piensas de mí.

Y es por ese mismo cariño que te tengo, que quiero que sepas que cuentas conmigo para lo que sea. A través de tus cartas  puedo darme cuenta que no te encuentras bien, que quizá éstes pasando por un momento muy fuerte en tu vida.

Y sí es así, déjame estar contigo. Déjame abrazarte y hacerte saber que todo estará bien. Déjame susurrar cosas a tu oído para tranquilizar tus pensamientos. Déjame estar ahí para ti.

Por favor, quiero verte, conocerte, saber quién eres. Quiero ser tuyo y que tú seas mío.

Creo que ya es tiempo de que todo lo que quieras decirme a través de las cartas, me lo digas directamente, abrazándome.

Ya es tiempo de dejar las cartas de lado, y convertirnos en algo real...¿no lo crees?.

Atte:
Tu chico lindo.

La sonrisa que tenía en ese momento era imborrable, tan grande que podía sentir el dolor por la tensión en sus mejillas, acompañado por las lágrimas que deslizaban por sus mejillas. Nolan...lo quería.

Estaba feliz. No, no estaba simplemente feliz, esto era un nuevo sentimiento que jamás había experimentado, algo que causaba cosquillas en su vientre y hacía que le doliera el pecho de alegría . Finalmente un rayo de luz había entrado a su vida, una oportunidad de dejar su desgracia de lado y ser feliz. Amar a Nolan y tenerlo tan pegado a su cuerpo, haciéndole saber sin necesidad de palabras todo lo que sentía por él.

Tomarlo en brazos y respirar su aroma, perderse en sus ojos y observar cada rincón de su bello rostro. Experimentar por cuenta propia el escuchar su suave risa, sus sonrojos, incluso sus lágrimas. Él también quería que se convirtieran en algo real.

Estaba decidido, mañana iría junto a Nolan a decirle que era él el dueño de las cartas. Que era él a quien sus ojos enamoraron.

Con aquella idea en la cabeza e irradiando felicidad, bajo a toda prisa dispuesto a contarle a su madre, sabiendo lo feliz que le haría a ella y a su padre ver a su hijo tan contento.

Pero...como todos sabemos, el destino es un hijo de perra, que no le deja las cosas muy fáciles a nadie. Y es que mientras bajaba corriendo las escaleras, el mundo a su alrededor comenzó a desvanecerse mientras se desconectaba de su entorno. Sentía su cuerpo caer, con la sensación del viento abrazándole, mientras su sonrisa llena de felicidad y anhelo comenzaba a borrarse.

Pero es que a pesar de aquello...jamás dejó de pensar en Nolan.

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Que sepan que ya falta poco para que lleguemos al final de esta historia.

Final que ya tengo preparado en mí mente...