Capítulo 11

132 9 0
                                    

POV Ruggero.

Llegó la noche, eras las 8 casi a ser las 9, me metí a bañar y comencé a arreglarme, supuestamente le dije a mi mamá que iría a jugar videojuegos con mis amigos. Me vestí con unos jeans y una remera blanca algo pegada que hacía notar mis músculos. Ya tenía la dirección y ya pedí el taxi, obviamente no para que paré en el mismo lugar porque que verguenza, lo pedí un poco más antes para caminar y llegar tranquilo.

~Ya me voy, mamá.-dije bajando rápidamente las escaleras para abrir la puerta pues ya estaba llegando el taxi.

Mi mamá se despidió a lo lejos de mí y salí, entré al auto y comencé a entablar una conversación con el que manejaba el auto, algo que no acostumbraba. Y al fin llegamos, le pagué al señor y le agradecí. Comencé a caminar hacía aquel burdel, no estaba tan lejos así que llegué rápidamente.

~Hey, chiquito, nuevo, ¿verdad?, ¿qué te gusta?, ¿una madurita o alguien en específico?, ¿mhm?-se acercó a mi una señora no tan mayor con un baby doll puesto.

~Nuevo pero no si experiencia.-dije y se rió algo conmigo.~Busco a Luna, ¿es de aquí?-la miré, esperaba que Mike no me hubiera engañado.

~Si, es así, ¡Carolina!-gritó y se acercó una morocha muy bonita, le dijo algo en el oído, ella me miró y se fue.~Bien, pasa, bebito, a esa habitación, ya llega tu petición y luego hablamos de cuanto es.-dijo para luego retirarse.

Me dirigí hacía la habitación que me dijo, entré y me senté en la cama, esperando a que llegara.

POV Karol.

Veía como las demás chicas ya estaban con los demás viejos, yo pedí que me esperaran un rato y que hacía mi trabajo puesto a que es difícil dejar de saborear el cuerpo riquísimo de Ruggero por el de un viejo asqueroso.

~Karol, Ruggero está aquí.-me dijo Carolina mirándome seria.~Quiere estar contigo, es en la habitación 7, buena suerte, amiga, tengo que atender.-tomo mi brazo y se fue caminando sensualmente hacía un ruco.

Tenía que comprobar que era él pero no sin mi protección, tomé un antifaz de la mesa y me lo puse, fue hacía la habitación 7 y entré sigilosamente. Ahí estaba él, tan perfecto como siempre. Vino hacía a mí y me besó desesperadamente, para luego mirarme.

~Te extrañe, Luna.-me susurró jadeante, se notaba lo desesperado que estaba por entrar en mí.

~Calmate, yo sé que este es mi trabajo pero sé que eres más civilizado que la porquería de viejos que vienen.-le dije pusiendo mis manos en su pecho para pararlo.

~Perdoname, ya quería tenerte.-susurró algo apenado.

Fue tan tierno que lo tomé de sus mejillas y le di un pequeño beso y acaricie su nariz con la mía.

~No te preocupes.-le susurré y vi su sonrisa, es tan lindo.~¿Viniste a hacerme el amor, eh?

~Si, pero si no quieres está bien, puedes estar cansada y lo que quiero contigo no es sólo tener sexo contigo, quiero darte mi amor.-me respondió, me hizo sonreír aún más con su respuesta.

Es tan lindo, no sé que hacer, si comérmelo a besos y mimarlo o hacerle con tanta ternura el amor.

Dos vidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora