Capitulo 3. Mi Pastelito

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Disclaimer: Los personajes qué aquí aparecen son propiedad de J.K Rowling, lo demás es invención mía.

Mientras tanto...

Malfoy sonreía como un idiota enamorado, al recibir la nota de su nueva novia; estaba emocionado por tener una velada romántica a su lado, de vivir momentos juntos, cómo siempre lo había imaginado y ahora por fin veía qué la vida estaba a su favor. Aunque una pequeña vocecita en su mente le decía qué todo esto era extraño, no imaginaba a su chica rompiendo las reglas y siendo tan directa pero de inmediato desechó esos pensamientos, parecía qué el amor era lo único en lo qué pensaba.

Llegó al salón y tocó la puerta, no hubo respuesta. Giró la perilla y entró. Observó alrededor y lo primero qué vio fue un camino de pétalos de rosa qué llegaban hasta una cama con sábanas rojas y almohadas del mismo color, frunció el ceño ante su gusto tan Gryffindor pero lo dejó pasar, no iba a arruinar su velada con nimiedades. En la mesita de noche notó una botella de vino y dos copas de cristal, una de ellas había sido usada, ya qué una porción de vino aún permanecía en él. Notó también un pastelito de fresa rodeado de migajas de pan alrededor y por primera vez en esa alocada tarde sintió qué algo no iba bien. Nunca pasó inadvertido para él, los gustos de Hermione sobre postres y si algo sabía es qué los pastelitos de fresa no eran sus favoritos, ella prefería el chocolate.

Con esto en mente, decepcionado concluyó qué su castaña no tenía nada qué ver con la nota. Y más seguro estuvo cuándo escuchó la puerta cerrándose detrás de él, se dio la vuelta y encaró a la persona responsable del engañó.

─ ¿Tú? ─dijo incrédulo y con algo de susto en su voz.

─Espero sea importante lo qué tiene qué decirme, para levantarme a esta hora de la noche ─expresó severa, la ahora directora Mcgonagall, con su pijama de tartán, recargada en el marco de la puerta

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─Espero sea importante lo qué tiene qué decirme, para levantarme a esta hora de la noche ─expresó severa, la ahora directora Mcgonagall, con su pijama de tartán, recargada en el marco de la puerta.

─Lo es, profesora ─aseveró la chica de ojos verdes ─No sé cómo decirlo...es vergonzoso─ bajó la mirada fingiendo estar afligida, cuándo en realidad escondía una pequeña sonrisa naciendo en sus labios.

La directora miraba con desconfianza a la joven, puesto qué no era de su total agrado─ Hable ya, señorita ¿Qué es lo qué pasa?

Ella suspiró dramáticamente─ Es Malfoy...él hace uso indebido del mobiliario de Hogwarts y le falta al respeto a la escuela, a usted, ¡Al mismo Merlín!

La mujer cada vez más intrigada expresó─ Con mayor razón, debo saber de qué se trata, hablé por favor.

Después de otro suspiró dijo─ Malfoy tiene... ¡Merlín, es tan difícil!

Mcgonagall comenzaba a impacientarse ─Déjese de rodeos y dígame qué es lo qué está haciendo el joven Malfoy.

─Lo diré─ tomó aire y habló─ ¡Malfoy tiene encuentros sexuales en un aula abandonada del castillo!

violame grangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora