9. El jefe.

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Que no esté. Que no esté. Me repetía una y otra vez como si eso mágicamente hiciera que él no estuviera en esa oficina.

     Estoy a punto de tocar la puerta, indecisa en si largarme de aquí, buscar otro empleo que no tenga nada que ver con él o quedarme y soportar la humillación de saber que voy a comenzar a trabajar para mi ex. Cuando estoy por retroceder y voltear para irme, la puerta se abre al igual que mis labios, trago saliva al verlo y procuro desviar la mirada.

—Jess —susurró Jake. Escuchar su voz resulta tan emocionante para mi corazón, pero para mí, es como un balde de agua fría—. Así lo logro...

—Buenos días —salude tratando de que mi sonrisa falsa fuera lo suficientemente creíble—. El señor Kang me ha llamado.

—¿Quién es? ¿Es la nueva? —cuestiona el que parece ser Kang. En su voz noto una indiferencia y seriedad que no hace falta verlo para saber que es de esos jefes serios y exigentes—. ¿Russell?

—Es una maravilla —comenta Jake burlón abriendo la puerta de par en par mostrando al señor Kang. No puedo disimular la sorpresa al verlo, es demasiado guapo, me lo había imaginado viejo pero es todo lo contrario—. ¿Qué? ¿Te parece guapo?

   Mis mejillas se calentaron y estoy segura de que se han tornado de un carmesí intenso. Miro al suelo porque me siento avergonzada de mi reacción, y porque no soporto ver la cara burlona de Jake.

—¿Ahora eres tímida? —Cuestiona Jake con algo de ironía, es entonces que levanto la cara y lo veo sonreír—. No recuerdo que fueras así, de hecho eras...

—Cállate, Jake —murmuro entre dientes y este finge sorpresa al tocarse el pecho—. ¿Qué? ¿Crees que porque ahora trabajo aquí no puedo hablarte así? ¿Crees que siento me siento inferior a ti? Imbécil.

—Ahí está mi gatita furiosa —dice con una sonrisa maliciosa y mis ojos se abren de par en par—. Pero ten cuidado con tus palabras, ahora soy tu jefe, tienes que ser más formal en el trabajo, las discusiones de pareja las dejamos en la cama.

—Per... ¿Quién te crees? —suelto indignada y le tiro la carpeta de mi currículo en el pecho—. Prefiero morirme de hambre.

—¿Qué está pasando? Acaso... ¿Se conocen? —indaga el señor Kang mientras me volteo para irme.

—Te lo contaré después —murmura Jake, escucho cerrarse una puerta y sus pasos detrás de mí. Entonces me toma del brazo y en cuestión de segundo estoy atrapada en su pecho mientras nuestras miradas se cruzan—. ¿Por qué eres tan obstinada?

—¿Y tú tan idiota?

—Ya te dije que los insultos para después mi gati...

—Ya suéltame —me zafo de su agarre mientras tomo una respiración profunda—. Eres como una larva, una sanguijuela que no me deja en paz y me sigue a todos lados.

—Amo que peleas así conmigo —dice mientras su cara se ve tan adorable y yo solo puedo cerrar mis dientes con fuerza—. Lo siento ¿Sí? Te dejaré en paz, pero por favor no dejes el trabajo por mi culpa.

—No quiero trabajar para ti.

—Es que no trabajarás para mí, técnicamente lo harás para Kang, mi socio —explica encogiéndose de hombros mientras yo lo observo como esta vestido de traje, en uno marrón claro y se ve tan sexy, tan guapo que por un momento me distraigo—. Te prometo que no me entrometeré más, esta fusión no es mía, es de Kang, él será tu jefe y en algún sentido también es el mío.

—No te creo.

—Si lo es, pregúntaselo tu misma, solo... —me mira pícaro y por un momento casi sonrío—, seremos compañeros de trabajo.

A media noche, acaba nuestra noche© #2 AmedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora