Primer contacto

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Zafiro estaba nerviosa, se había escapado de la secundaria para ir a ver el partido de voleibol de Shiratorizawa contra Karasuno. Conocía perfectamente a los de Shiratorizawa, eran bastante buenos pero últimamente había habido una tendencia entre jugadores a hablar sobre los de Karasuno.
Cómo colocadora del equipo de voleibol femenil de su secundaria sintió mucha curiosidad al hablar sobre aquel par de chicos con el número 10 y 9, según había escuchado el número 9 era un genio y le era bastante fácil colocar.
El partido comenzó, no podía cuestionar que Shiratorizawa era el mejor de los equipos pero en cuanto vio aquel ataque combinado de los de Karasuno quedó impactada, no sabía que algo así podía suceder.
Comenzó a ponerle más atención a los de Karasuno, Zafiro pudo ver el potencial de todo el equipo. Sin embargo, de repente aquel chico con el número 10 había desaparecido un tiempo.
Fue entonces que puso sus ojos en aquel chico súper alto, con gafas deportivas. Parecía bloquear sin problema y sin esfuerzo alguno, su sorpresa fue aún más grande cuando pudo parar el ataque de Ushijima Wakatoshi y sintió una gran preocupación después cuando vió que salió con una herida pero regresó.
Todo aquello había sido muy intenso y no pudo más que celebrar cuando los de Karasuno ganaron.
Después de aquello tuvo que regresar a casa, no le fue de gran sorpresa el hecho de que sus padres se hubieran dado cuenta de su escape, sin embargo no fue el regaño que ella esperaba por lo que fue entonces que hizo su gran anuncio.
— ¡Quiero ir a Karasuno el próximo año! – había dicho muy contenta.
Sus padres se habían extrañado un poco por el cambio de elección que había hecho pero se lo cumplieron sin ningún problema.
Durante el tiempo que siguió en la secundaria comenzó a investigar más a los de Karasuno y no les perdió el rastro durante las nacionales. Los vitoreaba y siempre estaba en su casa gritando cada uno de los nombres de aquellos chicos, se había convertido en una verdadera fan de ellos y no podía esperar a conocer a sus senpais aunque no tendría el privilegio de convivir con Sugawara, Sawamura ni Azumane.
Ahora se encontraba poniéndose el uniforme de su escuela, finalmente entraría a Karasuno y no podía estar más feliz. Después de desayunar rápidamente por la emoción corrió por el camino a la escuela.
Solo sintió cuando dos cuerpos chocaron contra el suyo lanzandola lejos.
Ambos chicos se pararon en seco y fueron hasta donde estaba Zafiro, ella estaba un poco desorientada por el golpe por lo que no entendía muy bien lo que pasaba.
— ¡HINATA, IDIOTA! ¡VE LO QUE HICISTE! DISCÚLPATE – gritó uno de aquellos chicos.
— ¡¿YO?! ¡TAMBIÉN FUE TU CULPA, TONTOYAMA! – contestó el otro.
Fue entonces que Zafiro comenzó a comprender lo que estaba pasando, abrió la boca y los ojos llenos de sorpresa y se levantó repentinamente.
— Hinata-senpai... Kageyama–senpai – murmuró sorprendida.
Hinata puso de lado su cabeza con duda.
— ¿Te conocemos? – preguntó con curiosidad.
La chica comenzó a negar con las manos y la cabeza.
— He seguido mucho a su equipo desde el año pasado, son una verdadera inspiración para mí – comenzó a explicar la chica.
Kageyama fue ahora quién puso la cabeza de lado con signo de interrogación.
— ¿Una fan? – preguntó extrañado.
— ¡Sí! Así es, Kageyama–sepai. Yo... Yo también juego, soy colocadora – siguió explicando Zafiro.
Hinata sonrió y comenzó a brincotear.
— ¡Debes colocar para mí alguna vez...! ¿cómo te llamas? – dijo Hinata con la misma emoción.
— Hozumi Zafiro, por favor llámame por mi nombre – pidió ella.
— ¿Zafiro? ¿Es extranjero? – preguntó Kageyama.
— Sí, mi madre es Americana y mi padre Japonés. Así que estoy más acostumbrada a que me digan por mi nombre – explicó ella.
— ¡Está bien, Zafiro! Puedes llamarme Shoyo entonces – contestó Hinata aún con una sonrisa.
— A mí si llámame Kageyama – dijo el otro chico en tono más serio.
— Ok, Shoyo–senpai y Kageyama–senpai – reafirmó ella.
Los dos chicos se disculparon con ella por haberla empujado en medio de su carrera y decidieron acompañarla caminando.
Fueron hablando de voleibol durante todo el camino, Zafiro le pedía consejos a Kageyama para mejorar sus colocaciones y fue entonces que Hinata tuvo la idea de que Zafiro los acompañara ese día a la práctica de voleibol, ya que la convocatoria de los clubes no empezaban hasta la próxima semana y tal vez la podrían convencer también de entrar al club femenil de voleibol.
Zafiro aceptó muy emocionada, tendría la oportunidad de conocer a todo el equipo y sobretodo... A Tsukishima Kei.
Odiaba admitirlo pero había desarrollado un crush enorme en el rubio, se había hecho la idea de que seguramente aquel chico debía ser caballeroso, lindo, tierno y decidido en cuanto al voleibol. Lo que más le encantaba de él eran sus ojos color miel, suponía que tenía una voz grave y que lo más seguro era que varias chicas estuvieran detrás de él.
Pasó sus primeras clases un poco distraída y había convivido poco con sus nuevos compañeros pero no podía evitar pensar que pronto estaría en el mismo lugar que Tsukishima.
Cuando dio la hora nuevamente fue corriendo a dónde le habían indicado Hinata y Kageyama, esta vez fue ella la que chocó contra ellos.
— Perdón... No me pude detener – dijo ella haciendo una pequeña reverencia.
Ambos le dijeron que no se preocupara y la acompañaron adentro de la cancha.
Zafiro abrió los ojos de par en par al ver el lugar y luego se percató del equipo, estaban sentados en el piso. Reconoció rápidamente a Ennoshita Chikara, sabía que él se había quedado como el capitán del equipo. Hinata se había acercado a él a brincos.
— ¡Ennoshita! ¡Tenemos una fan! ¡Decidimos invitarla hoy! Es de primer año – gritó Hinata.
El capitán rápidamente la volteó a ver con una sonrisa y se acercó.
Oh por dios, aquello no podía estar pasando.
— ¿Eres nuestra fan? – le preguntó con voz cálida.
— S...Si, los fui a ver contra Shiratorizawa el año pasado... Y..yo yo también juego, así que me han inspirado mucho – explicó Zafiro muy nerviosa.
Otro chico al cuál reconoció como Nishinoya corrió rápidamente junto a ella.
— Oh, ¿cuál es tu nombre? – preguntó con ojos brillosos.
— Me llamo Hozumi Zafiro, por favor llámenme por mi nombre – contestó ella.
Los chicos se habían reunido al rededor de ella, sin embargo Tsukishima y Yamaguchi se habían quedado lejos de ella.
— ¿En qué posición juegas? – por fin preguntó Tanaka.
— Soy colocadora – contestó ella con una gran sonrisa.
Fue entonces que se escuchó una risa burlona.
— ¿Con ese tamaño puede realizar colocaciones si quiera? – dijo una voz que no reconoció, por lo que supuso que era la voz de algunos de los otros dos chicos apartados de ella.
Se acercó a ellos, puso sus manos en la cintura. Estaba realmente enojada.
— ¿Disculpa? – preguntó ella.
Fue entonces que el rubio se paró frente a ella, llegaba a la cintura de aquel chico pero no dejó que eso la intimidara.
— Dudo que puedas hacer una colocación correcta con ese tamaño – volvió a decir Tsukishima.
— ¡Oy! ¡El tamaño no importa, Saltyshima! ¡Soy un muy buen ejemplo de ello y también está Kenma! – la defendió Hinata.
— En eso tiene razón, Tsuki – concordó el chico pecoso a su lado.
— Cállate, Yamaguchi – contestó su amigo.
— ¡Lo siento, Tsuki! – dijo rápidamente.
Zafiro no podía creer lo que estaba pasando, aquel momento estaba rompiendo por completo su corazón. Aquel chico se estaba burlando de ella por la manera más tonta del mundo.
— Seguramente no podrías hacer una colocación para alguien tan alto como yo – concluyó Tsukishima para después darse la media vuelta y volver a sentarse.
Ennoshita se disculpó con ella después de eso y le pidió que por favor se quedara a ver la práctica. Decidió quedarse a verlos, pero ya no estaba siendo lo mismo. Comenzó a cuestionarse en ese momento de sus habilidades dentro del juego y comenzó a pensar que tal vez aquel chico había tenido razón en lo que había dicho.
Después de la práctica se fue a su casa con el corazón pesado, realmente la realidad había dolido.
Al llegar no quiso cenar y fue directamente a su cuarto, quitó cada uno de los pósters que ella había realizado e imprimido de Tsukishima Kei.
Nunca debió haberse creado una idea sobre él cuando nunca lo había conocido.
Ese había sido problema de ella, no de él.
Sin embargo, aquellas palabras la habían hecho dudar demasiado por lo que a la semana siguiente nunca presentó su formulario para el club femenil de voleibol.

Te Quiero Aunque No Te Guste ~ FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora