Zafiro iba caminando por los pasillos, aún tenía el corazón pesado y caminaba sin ganas, cuando Ennoshita la vió.
— Oh, Zafiro. Espera – le indicó él para que no huyera, puesto que ella al verlo había ido más rápido.
— Maldición... – masculló bajito para que no la escuchara, puso la mejor cara que pudo y contestó — Ennoshita–senpai, hola –
— Me dijeron que no fuiste a inscribirte al club femenil – la acusó él sin rodeos.
Ella volteó al piso algo triste.
Estaba un poco harta de que le preguntaran que había pasado, sus padres habían estado muy preocupados al respecto cuando les comentó que no se había inscrito y que mejor practicaría por su cuenta. Le habían hecho muchas preguntas como "¿Estás bien?", "¿Pasó algo?", "Pero, estabas muy emocionada al respecto". No quería hablarles de lo que había pasado con Tsukishima, estaba enojada aún.
— Realmente te afectó lo que te dijo Tsukishima, ¿cierto? – siguió Ennoshita.
Maldición, para aquel chico ella un libro abierto. Era muy tonto mentirle así que solo asintió.
— Intenté hacer que te aceptaran la solicitud está semana pero la capitana me dijo que no le parecía bien para las demás que sí lo habían entregado... Me siento responsable al respecto, así que hablé con el entrenador Ukai, aceptó que entrenáras con nosotros. – continuó aquel chico sonriendo.
— ¿Eh? ¿No los meteré en problemas? Aparte... Probablemente eso significaría trabajo extra para el entrenador... – comenzó a decir la chica muy apenada
— Para nada, mientras el director no nos descubra estaremos bien – insistió su senpai con una sonrisa.
No pudo negarse a aquello así que aceptó.
— Te espero en la tarde, entonces – se despidió aquel chico.
Agradeció vivir cerca de la escuela, por lo que Zafiro corrió a su casa por sus cosas en el descanso que tenía. También agradeció el hecho de que sus padres no estuvieran hasta la noche así no tendría que dar explicaciones.
Llegó la hora y se cambió al uniforme que tenía, debido a que no contaba con el de la escuela. Le gustaba que aquel uniforme no tuviera ni número ni nombre de alguna otra escuela o hubiera sido muy vergonzoso.
Se dirigió a la cancha de los chicos sigilosamente, intentando que nadie viera a dónde iba y entró.
El profesor Ukai la llamó de inmediato cuando la vió.
— ¿Qué hace ella aquí? – dijo Tsukishima en cuanto la vió.
— Zafiro entrenará con nosotros este año, por favor tratenla como parte del equipo – anunció el entrenador.
Shoyo dio de brincos de la emoción, Nishinoya y Tanaka se hincaron dando las gracias a algún Dios por dejarla quedarse, Narita y Kinoshita le dieron la bienvenida con una sonrisa e incluso Yamaguchi se le acercó diciéndole que ya quería practicar con ella. La única persona que no se acercó a ella fue aquel chico rubio que simplemente chasqueó la lengua a manera de desaprobación.
La práctica había sido muy diferente a la que Zafiro estaba acostumbrada, sabía que el entrenador le había dicho que no se sobreesforzara si le costaban mucho los ejercicios pero no podía dejar que Tsukishima la viera rendirse o aquello lo llevaría a decir que no debía entrenar con chicos.
Finalmente tendrían un partido tres contra tres como parte de la práctica.
— Zafiro, jugarás con Tanaka y Yamaguchi – anunció Ukai.
Ella abrió los ojos por la sorpresa, podría jugar con la estrella del equipo y también sabía que aunque no jugaba tanto Yamaguchi era muy bueno en el voleibol, algunas veces incluso había protestado en su casa por el hecho de que le daban poco reconocimiento.
— Kageyama, Tsukishima y Hinata son el equipo contrincante – continuó el entrenador.
Zafiro sintió su alma irse, aquello iba a ser demasiado difícil. Había visto la energía que tenían Hinata y Kageyama, parecía que no habían hecho nada y apenas comenzaban a calentar mientras que ella ya se sentía a morir.
Pero debía ganarles.
— ¡No te preocupes, Zafiro! Podemos lograrlo – dijo Tanaka alentándola.
— Sí, podremos ganarles y sino no hay problema. Siempre sirve de práctica – continuó Yamaguchi.
Ella sonrió y asintió.
El partido había comenzado con el saque de Yamaguchi, sin embargo Tsuki ya había encontrado la forma de recibir sus saques y no era problema.
Automáticamente Kageyama le dio un pase a Hinata, anotando el primer punto.
Kageyama hizo el saque de su equipo, Yamaguchi la recibió y se la pasó a Zafiro.
— ¡Tanaka-senpai! – gritó mientras ella hacía la colocación para él y anotaban un punto también.
Ambos chicos la felicitaron y continuaron el partido.
Había terminado 25 – 22 a favor del equipo de Hinata.
Pensó que se sentiría frustrada por aquello pero la verdad era que Zafiro estaba muy contenta por haber jugado con ellos, aunque se sentía a morir.
— ¡Zafiro! ¡Coloca para mí! – gritó Shoyo.
— Lo siento, senpai... Ya no tengo energía por hoy – contestó la chica mientras tomaba agua y se sentaba.
— Creí que te habían dicho que no te sobreesforzaras – dijo Ennoshita quien la veía con preocupación.
— Estoy bien, sobreviviré – contestó ella con una sonrisa.
Escuchó que alguien chasqueaba la lengua.
— Es por eso que no deberías entrenar con nosotros – y ahí estaba la frase que no quería escuchar.
— Puedo aguantar perfectamente, solo es cuestión de acostumbrarme. Es un entrenamiento diferente al que solía hacer en mi secundaria – contestó Zafiro intentando no perder la compostura.
— Ya veremos... – dijo el rubio, agarrando sus cosas para irse.
Un chico pecoso se acercó a ella sentándose a su lado.
— Tsuki no es una mala persona, dice las cosas sin filtro y no sabe convivir. Pero en serio, la verdad no es mala persona. No dejes que lo que te diga te afecte tanto – le aconsejó Yamaguchi sonriendo.
Zafiro hizo un puchero, odiaba ser tan obvia con el hecho de como le afectaba lo que le decía aquel chico.
— No es como imaginé que era... Él es a quien más quería conocer – admitió ella a Yamaguchi.
Antes de que el chico pudiera contestarle algo se escuchó un grito.
— ¡Vámonos, Yamaguchi! –
— ¡Lo siento, Tsuki! – gritó él de vuelta, luego volteó a ver a Zafiro
— Esta conversación no ha terminado, quiero saber más – dijo sonriendo, luego agarró sus cosas y se fue con el rubio.
Zafiro regresó a casa, varios de los chicos se habían ofrecido a acompañarla a casa pero ella se había negado diciendo que no estaba lejos.
Sin embargo, se sentía demasiado cansada que pensaba que en cualquier momento sus piernas fallarían y a pesar de no estar lejos sentía que no iba a lograr llegar a casa.
Una vez que llegó, cenó casi dormida, se metió a bañar y se durmió.
El dolor que sintió al día siguiente fue indescriptible, no estaba muy segura de si podría aguantar la semana completa.
Lo único que pedía era no desmayarse durante las prácticas.
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Te Quiero Aunque No Te Guste ~ Finalizada
FanfictionZafiro se enamoró de Tsukishima Kei viéndolo jugar, sin embargo no fue lo mismo una vez que tuvo oportunidad de conocerlo. Su actitud simplemente era horrible para ella, pero aún había algo...