Kei se había abierto más a Zafiro, cuando estaban solos era más cariñoso, le daba mimos e incluso le daba un par de besos.
Ella estaba más feliz de conocerlo más, por fin comprendía porqué Tsukishima Kei se comportaba así ayudándole a quererlo incluso más.
Sin embargo, un nuevo miedo se había desbloqueado en ella: no quería que aquel chico se fuera a la universidad.
Ni siquiera habían hablado de eso y Zafiro no sabía si Kei iría a alguna universidad lejos, eso la ponía más nerviosa.
Sintió como un balón pasaba cerca de ella sacándola de sus pensamientos.
Tsuki se había apresurado para ir a su lado.
— ¿Estás bien? – preguntó algo preocupado.
Zafiro sonrió.
— Sí, no te preocupes. Me distraje un poco – dijo intentando quitarle importancia.
Kei le dio un ligero golpe en la cabeza.
— Concéntrate, enana – le dijo con tono seco.
— Itai... – se quejó Zafiro.
Continuaron el juego, era curioso como después del año pasado el equipo femenil y masculino se llevaban tan bien que de vez en cuando practicaban juntos.
Habían terminado el primer juego de práctica cuando de repente abrieron la puerta del gimnasio.
— ¡Hey! ¡Hey! ¡Hey! – gritó una voz familiar.
Kei cambió su expresión a una completamente irritada.
— Bokuto-san... Por favor, no entres así a un lugar donde fuiste invitado. No es tu cancha – dijo Akaashi corriendo atrás del peli plata.
— ¡Oooooy! ¡Bokuto-san! – gritó Hinata mientras iba a verlo y comenzó a dar de brincos al rededor de él.
Otro chico pelinegro entró al final y con una sonrisa que a Zafiro le pareció un poco similar a la de Tsuki le habló a Hinata.
— No has cambiado para nada, ¿eh, Chibi-chan? – dijo un poco burlón.
— ¡Oy! ¿De qué hablas, Kuroo? ¡He crecido bastante! – se defendió Hinata dando brincos intentando parecer amenazador.
Zafiro no necesitaba que le dijeran quienes eran aquellos chicos, había idolatrado a Bokuto y Akaashi desde hacía tiempo también y había quedado impresionada con Kuroo cuando ocurrió la batalla del basurero durante las primeras Nacionales de Karasuno; así que simplemente se quedó impactada con su presencia.
— ¡TSUUUUKIIIIIII! – gritó Bokuto apresurandose para estar con aquel chico, llegó y lo rodeó fuertemente con sus brazos en un abrazo sofocante.
— Bo... Boku.. to – san... – fue lo único que pudo contestar Kei de que lo estaba aplastando, aún así se mantenía con una cara que mostraba que estaba molesto.
— Bokuto-san, si sigues así matarás a Tsukishima – lo regañó Akaashi.
El peli plata soltó automáticamente a Kei y le dió un golpe en el brazo.
— ¡NO PUEDO CREER QUE YA TE VAYAS A GRADUAR, TSUKI! AGAAASHII, ¿RECUERDAS CUANDO A PENAS ERA UN PEQUEÑO CUERVO? – gritó Bokuto mientras secaba unas lágrimas imaginarias.
Akaashi solo asintió y fue entonces que sintió la mirada fija de Zafiro sobre ellos.
— Oya... – comenzó Akaashi volteandola a ver.
— Oya Oya – siguió Bokuto poniéndose al lado de Akaashi.
— Oya Oya Oya – terminó Kuroo detrás de los otros dos.
Zafiro se sonrojó demasiado al tener a aquellos chicos viéndola y rápidamente hizo una reverencia hacia ellos.
— ¡Mucho gusto! ¡Soy Zafiro! Una gran admiradora – dijo rápidamente intentando que el rubor se fuera de sus mejillas.
— ¿En qué año vas, Zafiro-chan? – preguntó Kuroo.
— Segundo, soy armadora del equipo femenil – contestó ella con una sonrisa.
— Me interesa ver qué tan buena eres... – comentó Akaashi, quien a pesar de su voz tan monótona denotaba curiosidad auténtica.
— Estoy segura que no tan buena como tú – fue la contestación de Zafiro.
— ¡ES VERDAD AGAAASHII! ERES EL MEJOR – concordó Bokuto y fue entonces que Zafiro comprendió que no estaba gritando realmente, aquel era su tono de voz.
Los tres continuaron haciéndole preguntas, los demás chicos y chicas también comenzaron a acercarse a platicar con aquellos ídolos.
Mientras tanto Tsukishima Kei estaba experimentando lo que eran los celos en todo su esplendor. Había notado que Kuroo no se despegaba de Zafiro, había continuado su plática casual y sentía que se estaba acercando mucho a ella.
Por otro lado Zafiro estaba contenta de poder hablar con él, era curioso que de los tres con el que mejor se había llevado era con Kuroo Tetsuro y aquello se lo atribuyó a qué encontraba ciertos rasgos de Tsuki en él, siendo así con el que mejor podía entablar una conversación.
Bokuto se le había hecho una persona muy linda pero muy escandalosa y hacía que su cabeza doliera un poco, mientras que Akaashi era demasiado difícil sacarle plática alguna, solo se dedicaba a asentir; así que hablar con Kuroo había sido un alivio.
Tsukishima seguía viendo de lejos su interacción con su novia, Yamaguchi notó los celos de su amigo.
— No te preocupes, Tsuki. Es Kuroo, dudo que haga algo – dijo sonriendo, sin embargo justo después de aquello el gato negro pasó el brazo al rededor del hombro de Zafiro haciendo que ella se pegara más hacia él.
Kei se paró automáticamente y se dirigió hacia donde estaba su novia, quitó la mano de Kuroo y jaló a Zafiro a su lado.
— Kei... – fue lo único que dijo ella mientras lo veía confundido.
— Oh... Tsuki, ¿Qué demon...? – comenzó a preguntar Kuroo intentando comprender lo que había pasado pero se detuvo.
Todos se quedaron sorprendidos ante Tsukishima Kei besando a Zafiro frente a todos, dejando claro que era su novia.
De repente solo hubo silencio total en el gimnasio.
Kuroo rió rompiendo el silencio incómodo.
— Está bien, ya entendí. Lo siento – fue su contestación con un tono divertido dando a entender que no se había molestado para nada.
Fue después que comenzaron a preguntarle a Tsuki cómo era que estaba saliendo con aquella chica, sin embargo no dio muchas explicaciones.
La vista de aquellos tres había terminado con un partido mixto involucrandolos.
Zafiro estaba increíblemente emocionada porque ahora podía decir que había colocado para Bokuto Koutarou.
— ¡AGAAASHII! ELLA ES REALMENTE BUENA, TE ESTÁN PISANDO LOS TALONES – dijo Bokuto después del juego.
— Espero sigas jugando después de la preparatoria – contestó Akaashi con una sonrisa.
— Eh... La verdad que no lo había pensando – admitió Zafiro.
— Deberías de pensarlo – concordó Kuroo.
Después de aquello dieron por terminada la práctica, todos se despidieron con mucho gusto y algunos pidieron tomarse una foto con los chicos.
Kei y Zafiro se encontraron en su ida a casa como todos los días, el primero estando de peor humor del que normalmente estaba y ella estando un poco emocional.
— Kei... – lo llamó intentando que su voz no le fallara.
— ¿Um? – respondió sin voltearla a ver.
Zafiro tomó la mano de su novio fuertemente para llamar su atención, se encontraba con un par de lágrimas en los ojos.
Al verla así Tsuki la abrazó con ternura preguntándole que pasaba.
— ¿Te molestó lo que hice hace rato? – preguntó sintiéndose un poco mal de que aquello fuera la razón por la que ella estuviera así pero Zafiro negó con la cabeza mientras lo abrazaba muy fuerte.
— Tengo miedo – contestó Zafiro entre llanto.
— ¿De qué? –
— No me has dicho a dónde irás a la universidad, no quiero que me dejes y ahora no sé si deba continuar jugando después – explicó comenzando a llorar más fuerte.
Kei la abrazó más fuerte y no pudo evitar reír un poco.
— Tonta... No tengo pensado dejarte, no iré a ningún lado. Me quedaré aquí, acepté la oferta de jugar para Sendai Frogs – comenzó a explicar él, Zafiro comenzó a enjugar sus ojos y lo volteó a ver — En cuanto a seguir jugando es tu decisión, si es lo que quieres hazlo, debo admitir eres muy buena para estar enana – continuó con tono divertido.
— Eres un idiota celoso, ¿sabes? – contestó Zafiro un poco más calmada.
— Fue culpa de ese gato tonto... – se excusó él
— Si claro... – dijo ella con poca convicción.
Tsukishima la dejó de abrazar y volvió a darle un beso.
— Sigamos – dijo después agarrándola de la mano nuevamente.
Zafiro estaba más feliz y calmada, seguía siendo extraña la sensación que le causaba aquel chico y jamás lo cambiaría por nada, ni siquiera por aquel gato que había sido notorio que había coqueteado con ella.
ESTÁS LEYENDO
Te Quiero Aunque No Te Guste ~ Finalizada
FanfictionZafiro se enamoró de Tsukishima Kei viéndolo jugar, sin embargo no fue lo mismo una vez que tuvo oportunidad de conocerlo. Su actitud simplemente era horrible para ella, pero aún había algo...