Te Quiero Aunque No Te Guste ~ Finalizada

Primavera

Salir con Tsukishima había sido más difícil de lo que Zafiro había imaginado.
A diferencia de como ella quería Tsuki seguía siendo frío y distante, casi no sabía sobre él; de lo único que hablaban fluidamente era sobre voleibol y música, aunque debía admitir que gracias a eso estaba conociendo bandas muy interesantes.
El contacto físico con él solo se había limitado a que la tomara de la mano y revolver su cabello cada vez que la dejaba en casa, sin embargo le gustaba molestarlo con abrazos sorpresas para que no la detuviera.
La mayoría de las personas en la escuela sabía que estaban juntos y se preguntaban cómo podían estar saliendo si ni siquiera convivían.
Ahora que Tsuki había pasado a tercero era un poco más difícil verle, pero no había evitado tampoco que Zafiro convenciera nuevamente a Yamaguchi que le diera su horario para irlo a buscar.
Y ese día no había sido nada diferente.
La primavera había llegado, los grupos se habían concentrado en decorar para el Hanami y las actividades de los clubes habían parado ese día.
Zafiro fue corriendo hacia Tsukishima con los brazos abiertos, logrando colocarlos al rededor de la cintura de aquel chico.
- Deja de ser tan empalagosa... - se quejó Tsuki.
Zafiro negó con la cabeza sonriendo, pero él se deshizo rápidamente del abrazo y recargó su brazo en la cabeza de la chica.
- ¡Quítate de encima! - gritó Zafiro tratando de mover el brazo de su novio sin éxito.
- No quiero - contestó serio
- Me vas a encoger... - insistió Zafiro.
- No es como si pudieras crecer más - dijo Tsuki con su tipica risa burlona.
- Cállate, megane de dos metros... -
Yamaguchi, quien se había mantenido sin decir nada y solo viendo aquella escena, se rió. Seguía sin poder creer que su amigo hubiera conseguido salir con alguien que lo aguantara tanto como él.
- Cállate, Yamaguchi - dijo Tsuki como de costumbre.
- Lo siento, Tsuki. Pero es que son iguales, cada día comprendo más porque están juntos - contestó su amigo aún riéndose.
- Tadashi, ¿te lo puedo robar el día de hoy? Quiero ir a casa temprano - dijo Zafiro sonriendo al pecoso.
- Claro, de todas formas iré al Hanami con Yachi hoy - comentó Yamaguchi sonrojandose un poco.
Zafiro sonrió y asintió llevándose a Tsukishima jalandolo de la mano para que la acompañara mientras éste ponía los ojos en blanco.
Tsuki no dijo nada más mientras iban por el mismo camino de siempre, eso se estaba volviendo muy monótono.
Ella comenzó a pensar en algún plan para hacer algo diferente cuando supo perfectamente que era lo que quería.
- ¡Tsukiiiii! Vamos por un helado - le pidió Zafiro mientras brincaba de emoción.
El rubio solo asintió con un ligero "Um".
Desviaron un poco el camino a la heladería más cercana, donde Zafiro pidió un helado de chocolate y Tsuki uno de fresa.
- Realmente no me gusta mucho el helado - confesó Kei mientras comía un poco.
Zafiro sonrió, por fin conocía algo más de él.
- A mí me gustan las cosas dulces - respondió ella.
Kei se rió burlonamente.
- No me sorprende, por algo eres tan empalagosa -
Ella solo se limitó a sacar su lengua a aquel chico.
Iban caminando por un lindo camino de árboles de cerezo, Tsuki tomó la mano de Zafiro. Aquel pequeño contacto siempre hacía que ella se sobresaltara un poco y se pusiera nerviosa.
Iba viéndolo de reojo cuando quiso intentar algo.
- Kei... - dijo para llamar su atención, él volteó a verla.
Zafiro hizo un gesto de que se agachara un poco y así lo hizo.
- Es que tienes un pétalo en el cabello - dijo como excusa cuando su novio la vió con duda.
Se agachó entonces aún más para que ella pudiera alcanzarlo, sin embargo aquella había sido una mentira de parte de la chica y en cuanto lo tuvo lo suficientemente cerca le dio un pequeño beso en los labios.
Eran realmente suaves como lo había imaginado siempre, se quedaron unos segundos así y luego Tsuki se separó de ella con un rubor muy notorio.
- Idiota... - fue lo único que dijo él.
Continuaron su camino sin palabra alguna, Zafiro terminó su helado con una sonrisa e incluso iba dando pequeños saltos y meciendo sus manos entrelazadas. Por otro lado aunque Kei iba con expresión seria el rubor de sus mejillas aún seguía ahí, lo cual ponía aún más feliz a Zafiro.
Llegaron finalmente a la esquina de siempre, Tsuki se paró y sin verla a los ojos revolvió su cabello a modo de despedida.
Después de aquello Zafiro pudo quedarse más tranquila, sabía que aquel chico realmente tenía sentimientos por ella y estaba dispuesta a encontrar una forma de hacer que los exteriorizara.