Usted se encuentra en Leteo, por favor, recuerde esta como una ciudad que vela por su salud.
Avance procurando no olvidar los detalles, de lo contrario...
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Ganadora 1° lugar en Aloha Awards.
#496 Ciencia fi...
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El paso del tren desaliña de una rápida ráfaga mi oscuro cabello en dirección a su partida, acomodando una vez más mis negativas.
Si solo mi interés no hubiera despertado, ¡debía dejarlo ahí, no tenía sentido seguir adelante! , ahora me encuentro perdido en esta situación inmanejable en la que yo mismo me he metido e incluso yo mismo era el que debía sacarme, la situación había logrado superarme, y no creía poder cargar con ella.
Ese momento, esa sensación exacta del frío metal posándose en mi sien derecha, ya no me encontraba en la estación, ni en un lugar que reconociera, aunque ni yo mismo lo hago.
Solo veo la lámpara causante de mi encandilamiento.
-Ashter Miller, días después.
*
100 Días antes.
Y el sello del vaso.
Para estas alturas no entiendo el porqué no recurrieron al divorcio, simple y básico ante la justicia de Leteo que de un soplo le daba fin a la situación como si nada de eso hubiera pasado.
El maltrato por ambas partes se nota a leguas. Mamá le da al cigarrillo tanto como papá al alcohol, como si eso inhibiera sus instintos de odio mutuo; me resulta increíble como del concepto del amor podemos pasar al del odio y viceversa, cómo dos sentimientos tan contradictorios pueden volverse tan seductores uno del otro, de eso trata su ambivalencia después de todo.
A veces me consuela pensar que solo se trata de un episodio muy frecuente, al principio me oponía, porque su psicosis parecía afectar más a mí que a ellos, hasta que escuche los primeros sollozos de mamá a medianoche (cuando se suponía que yo estaba en mi quinto sueño) recuerdo la sensación de mi corazón encogerse desolado en mi pecho, y me prometí no entrometerme porque lo único que hacía era volverme en un tercero en discordia, pero yo si llevaba todas las notas del amor en los corazones de Nathaniel y Lauren Miller ; por suerte nunca llegan al maltrato físico, pero si rompen una que otra cosa, canalizando, supongo, cada uno comprende sus propios métodos de catarsis ¿no?.
Pero como la ambivalencia lo trata, no es nada más que las cenizas y el recuerdo de un gran amor, monótono, pero aún palpitante.
O eso quiero pensar, no me juzguen, no es nada fácil pasar una adolescencia así, los episodios de depresión a ciertas edades se volvieron frecuente y me castigaba en un sinsentido día a día acurrucado en la frazada de mi habitación con la compañía de una inerte almohada, afirmaba incoherencias desde mi pobre entendimiento:
"Si no estuviera aquí nada de esto hubiera pasado, nada, asfixiaste algo que estaba más que vivo."
"Claro, que eres el personaje terciario de una historia en la que no perteneces, si algún día llegarás a pensar que fuiste suficiente, recuerda cada miserable discusión."
