85 días antes (Parte 1)

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Me hallé a mí mismo en un profundo picor mental que iba en crecimiento desde ya hacía cinco días

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Me hallé a mí mismo en un profundo picor mental que iba en crecimiento desde ya hacía cinco días.

Hasta ahora podría asegurar, ¡no! afirmo que esa impropia marca en la piel de Derek Pons había sido perfilada no una sino innumerables veces, no era un aspecto para nada nítido, por lo contrario, era similar a la mancha que deja un marcador al intentar ser quitado; hay cosas que no puedo simplemente asegurar, ya que mi mente es tan débil como la de todos, no puedo confiar en la distorsión de mis recuerdos, pero si no fuera por ello aseguraría que a su alrededor se detallaban bordes rojos casi idénticos a los que dejarían múltiples rasguños, incluso con una leve hinchazón.

No logro salir de este bloqueo, donde no hay lugar para argumentos lógicos que justifiquen el hacerle algo así a alguien tan cercano, como si de alguna forma estuvieran buscando marcarlo como si fuera de su propiedad. Se encontraba la posibilidad de que sólo buscarán que su primogénito no se rehusara a seguir el protocolo de su legado familiar, y yo le buscará la quinta pata al gato.

Si bien, los Pons son relacionados por excelencia con la alta cuna, nunca había visto una marca similar en los Brown y eso que prácticamente he vivido con ellos 12 hs al día desde que entró Caleb en mi vida. Mi mejor amigo no era exactamente el primogénito pero de ser marcados me lo habría dicho o al menos lo hubiera visto, si esto funciona de la manera que trato de encabezar, Caleb debería al menos tener una serie distinta en su "código" si es que esa mancha lo era.

Tampoco lo ví en alguien común y corriente, con esto no quiero tratar a nadie despectivamente (yo formo parte de este grupo), es decir, me refiero a como si fuéramos parte de un experimento y tal, no es como que tuviera mis sentidos visuales agudizados en cada momento, (aunque parezca) no soy esa clase de paranoico, creo ser más racional, aunque no voy a mentir: en este tiempo he estado observando (más que de costumbre) la piel de las personas sin encontrar nada más allá de un lunar; así que rápidamente descarté esta teoría.

—¿Qué hacías?. —Para mi gran sorpresa, y digo gran porque últimamente con acciones simples suelo ser mucho más sensible que lo habitual desde la aparición de cierto individuo en mi ventana, Dadae observa atenta las anotaciones de la pizarra.

—¿Qué haces aquí? No recuerdo haberte abierto siquiera la puerta —le digo en una especie de regaño.

Abre la boca, seguramente buscando las palabras correctas, y vuelve a cerrarla repetidas veces.

—Me invito sola porque no me invitas, abrí la cortina de mi habitación y ví que estabas a punto de mutilarte las uñas ¡Y era obvio que se trataba de mi ausencia! No te dejo negarlo, tu orgullo es más fuerte que tus deseos —contesta totalmente divertida con la situación, porque sabe que me ha pillado en algo grande, puede llegar a ser muy intrusa cuando quiere, y uno de los puntos que compartimos es el dramatismo junto con la curiosidad.

—No podrías haberlo explicado mejor. —Me ha logrado despejar y no dudo en dedicarle mi más sincera sonrisa.

—Ahora volviendo al tema, ¿Qué es eso de manchas?, no sabía que querías entrar en la cima de la pirámide de Leteo. —Mira totalmente extrañada, este tipo de gente es la que le quitó el trabajo a papá sin permiso a replica.

Leteo: error 404 | #PGP2020 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora