65 días antes.

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Si alguien alguna vez (fuera de las circunstancias actuales) hubiera tan siquiera osado platicarme sobre Jack Robinson lo hubiera ignorado con total naturalidad

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Si alguien alguna vez (fuera de las circunstancias actuales) hubiera tan siquiera osado platicarme sobre Jack Robinson lo hubiera ignorado con total naturalidad.

Y es que de no haber aparecido muerto en las orillas del río estaría tras la reja, como todo aquel que levantara falsas acusaciones en contra del gobierno. Con tal impedimento para las autoridades lo único que quedo por hacer es recurrir al mito, el cual no era tan siquiera nombrado en la pequeñez del pueblo, miento, tan siquiera existía, por tanto se vieron presionados a ingresar miles de documentos al archivero, de dónde no lo sé.

Hoy en día su cuerpo se encuentra bajo kilos y kilos de tierra, dejando solo como evidencia de sus incoherencias: su propia casa.

Así que deben imaginarse a dónde me había llevado a parar la que ya había asimilado como objetivo propio la resolución de vaya a saber qué, Dadae me había llevado al Barrio Paramount.

Frente a nosotros se extendía la celeste vivienda, con sus vidrios ya rotos, y las telarañas reinando en cada rincón, la puerta a pesar de estar algo astillada por su antigüedad y falta de cuidado podría considerarse intacta, siendo que podría haber sido simplemente arrancada por el casi inexistente vandalismo en las calles.

Había un plan, no iba a permitir que entráramos en vivienda ajena, siendo que podrían arrestarnos por invasión, claro que la familia Robinson había pasado a ser la propietaria, pero se rehusaban a asistir o firmar los papeles (hasta donde sé) con miedo de que el alma del pobre viejo loco anduviera perturbando su estadía.

Di una última mirada a Dadae, quien me miraba con una lánguida sonrisa incentivándome a seguir, antes de avanzar con seguridad hacia la puerta que para mí grata sorpresa se encontraba cerrada.

Se rumoreaba que en su expediente databa que su muerte había sido caso de un suicidio pero nunca fue investigado a profundidad; en lo personal, y con mi cabeza carburando a velocidades extravagantes, creo que no fue así, quién saldría de su casa y cerraría con llave, si fuera a suicidarse, aparte de que morir ahogado debe ser una de las formas más crueles y difíciles de hacerlo, cómo sería capaz el mismo de hacerlo sin siquiera luchar.

Pero, en fin, solo son suposiciones.

Había perdido el hilo del plan al ver que la puerta estaba cerrada, por tanto, debía ver la forma de entrar sin dañar la propiedad o dejar pruebas de que alguna vez estuvimos allí.

Pero para cuando dedique mi tiempo para pensar en la escalinata principal de la casa, la pelirroja había seguido sus impulsos lanzando la primera roca a su disposición contra la ya dañada ventana.

La miré a ojo regañador e interrogante.

-No ibas a hacerlo, alguien tiene que tomar las riendas.-dijo devolviendo una mirada inocente ya instalada en el marco a punto de entrar.

Pasó sus delgadas piernas por la abertura poniendo el dorso de su mano disponible a favor de los restos de vidrio y debajo de su corto short de jean, mientras apoyaba su larga mano sobre la mía ejerciendo la presión necesaria para sostenerse y a su vez yo la sostenía por la cintura en un intento de darle más estabilidad.

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