11: Promesa Rota.

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Las seis de la mañana, Carlotta se despertó, sentía que alguien la abrazaba, miró hacia su lado y encontró a Giovanni dormido, con su torso desnudo. Le observó unos segundos y pudo detallarlo más. Tenía unas pestañas largas, perilla. Ella lo miraba con admiración, ese hombre que tanto la dijo que no le importaba, cuando dijo que su hijo no le importaba. Pero ahora Giovanni se estaba comportando de una manera que a ella le encantaba.

Algo de Giovanni estaba haciendo que Carlotta sintiera cosas que jamás ha sentido. Los dos eran inexpertos en el amor, pero... Ella se preguntaba ¿por qué me acosté con él hace dos noches? El embarazo la tenía por las paredes, el embarazo hacía que las hormonas las tengas disparadas y ella se sentía atraída por él.

Dejó de mirarlo y con cuidado salió de la cama, fue hasta el baño y encendió la llave de la ducha. Y empezó a desnudarse, se sentía incómoda al saber que Giovanni estaba detrás de esa puerta, que solos unos metros los separaba. Entró en la ducha y el agua empezó a mojarla, relajándose con el agua caliente. Necesitaba dejar de pensar.

Sintió unas manos por su vientre y por la espalda notó un cuerpo fuerte abrazandola, besando su hombro. Ella sabía de quién se trataba.

—¿Te ibas a duchar sin mi? —preguntó Giovanni con voz ronca y algo adormilado.

—Estabas muy tranquilo durmiendo, no quería despertarte. —exclamó ella.

—Si es para ducharme contigo, soy el primero en despertar. — admitió él.

—Sólo piensas en sexo. —dijo ella, a lo que Giovanni sonrió.

—Eso no lo pensabas cuando me buscaste. —siseo coqueto, ella se sonrojo —Déjate llevar. — le susurro en el oído.

Giovanni detrás de ella, deslizó su mano hasta su vagina y la penetro con dos dedos, Carlotta mordió su labio al sentir los dedos de él. Carlotta pasó su brazo por el cuello de él, y Giovanni apoyó su barbilla en su hombro.

—Me encanta lo húmeda que te pones para mí. —su voz sonaba más ronca.

Giovanni inclinó a Carlotta hacia delante, ella apoyó sus manos en las pared de la ducha, poniéndose en pompa. Giovanni agarró su pene y lo introdujo en su interior. Carlotta al sentir la polla de Giovanni soltó un gemido. Él agarró en su puño el pelo de Carlotta y con la otra su cintura. Empezó a penetrarla, mientras el agua caía por ellos.

Dio! Adoro come ti vesti per mi, principessa. (¡Dios! Me encanta como te pones para mi, princesa) —dijo el italiano.

—Giovanni.... No aguanto. — dijo ella con gemidos.

—¿Quieres correrte? — preguntó sin dejar de follarla.

—Si, quiero correrme. — Giovanni con ambas manos sujetó su cintura y la folló más rápido, el eco de sus gemidos golpeaban las cuatro paredes del baño, no les importó, ellos iban a su bola. Con el ruido de la ducha nadie les oía.

Poco después ambos llegaron al orgasmo, con respiración agitada. Giovanni besó la espalda de ella y salió de su interior.

Cuándo ambos terminaron de ducharse, salieron del baño. Giovanni le dejó un pijama suyo ya que su amigo Paolo estaba durmiendo en la habitación de Carlotta.

Grazie. — agradeció ella.

Prego. — respondió él.

Cuándo estaban vestido, bueno ella en pijama hasta que Paolo se despertará y pudiera vestirse. Ella miraba a Giovanni, tenía ganas de preguntarle algo pero las palabras no la salían.

—¿Pasa algo? — preguntó él al verla tan metida en sus pensamientos.

—No, nada. — respondió ella, con una sonrisa.

El fruto de un asesino 1°saga los Miserables (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora