32: la propuesta

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Giovanni se había pasado el día durmiendo por el calmante que le dio el doctor, había estado muy débil pero por suerte la bala había dado en el hombro. Carlotta no se separaba de él, quería ser su talismán. Giovanni la protege a ella, ella le protege a él. Así son las relaciones, donde ambos se cuidan mutuamente, donde había amor, respeto y más o menos sinceridad.

Cada cierto tiempo, Carlotta le curaba la herida como le había dicho el doctor a Mariano. Giovanni no abría sus ojos, y tampoco hablaba.

Las horas pasaban y Giovanni seguía durmiendo, Carlotta tenía hambre así que salió de la habitación para comer algo. Ese bebé cada día crecía más, en poco tiempo ese bebé estaría con ellos dándole amor al hogar, aunque corría peligro.

Cuando ella llego a la cocina estaba Gianna haciendo cosas, Carlotta pasó de ella y fue al frigorífico y cogió frutas. La sirvienta de reojo la miraba.

«¿Qué habrá visto Giovanni en ella?» dijo mentalmente la sirvienta.

-Cada día estás más gorda. -dijo Gianna con malicia, Carlotta sonrió.

-Si, porque aquí. -tocó su vientre. - Esta el hijo de Giovanni. -dijo Carlotta sabiendo que ella seguía enamorada de él.

-Eres una puta, que se embarazó aposta para amarrarlo. - dijo llena de cólera.

-No soy tu espejo, ragazza. - se cruzó de brazos. -Yo no soy como tú, él fue el que me buscó y me trajo, él es el que me busca para hacerme el amor, él es que me dice que me ama.

-¿Sabes? Anoche lo besé, él me lo pidió. - Carlotta se rió a carcajadas

-Confío en Giovanni y sé que si lo hiciste fue cuando estaba débil, el preguntaba por mi no por ti. - dijo y se puso sería. -Ahora te voy a dar un ultimátum ¿O te vas por ti misma o hago que Mariano o Giovanni te saquen?

La criada se quedó incrédula, jamás imaginó vivir lejos de Giovanni.

-Ellos jamás me despedirán.- dijo segura.

-Claro que pueden si yo les digo que tu me estás provocando, ellos te pueden proteger estando lejos. No me toques las narices porque soy capaz de sacarte de aquí y si no me crees hagamos la prueba. -dijo saliendo de la cocina la sirvienta la siguió y fue hasta el despacho. Tocó y escuchó la voz de su cuñado.

-Buorgiorno, cara. ¿Pasa algo? - preguntó él al ver que la sirvienta estaba detrás.

-Mariano sabés cómo soy, sabes que me puedo tragar muchas cosas. Pero si está maldita mujer me sigue provocando yo juro que la mato. - dijo ella apretando sus dientes.

«¿Él le había dicho que la besará? ¿O es un invento de ella?» se preguntó así misma.

-¿Qué le has dicho, Gianna? - preguntó serío Mariano a la sirvienta, la chica estaba asustada.

-Le dije que besé al señor Giovanni. - dijo con la voz temblorosa.

-¿Eso es cierto? - preguntó Carlotta.

-Si, pero fue porque mi hermano deliraba por la fiebre y creo que ella se aprovechó de la situación. - respondió él. -Gianna recoge tus cosas, te irás a trabajar a casa de unos de nuestros amigos, desde ahí te estaremos protegiéndo.

Gianna había perdido, ella se había metido con alguien que ya era de la familia y se iba a ir.

-Señor no me despida, prometo no provocarla ni acercarme a ella. - dijo la chica con lágrimas, Mariano miró a Carlotta y asintió.

-Última advertencia, Gianna. -la chica asintió y salió.

Mariano vio a Carlotta sonreír y arrugó su ceño.

El fruto de un asesino 1°saga los Miserables (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora