El fruto de un asesino 1°saga los Miserables (Editando)

26: Sueños

Después de la decisión de Carlotta. Giovanni estaba más aliviado, ella se quedaría con él y formar su familia, está vez sin mentiras ni secretos.

Ambos se fueron a la cama, Giovanni la dejo una camiseta suya y la ayudó a ponérsela, juntos se acostaron abrazados como dos enamorados, frente a frente, con las piernas enredadas.

Carlotta lo miraba con una sonrisa, la luna llena que había esa noche, alumbraba la habitación donde estaban. Ella empezó acariciar su mejilla con esa perilla que a Carlotta le encantaba admirar. Giovanni abrió sus ojos y la miró con una sonrisa en sus labios.

—¿Qué pasa, tesoro? —preguntó Giovanni.

—Nada, solo miraba. —dijo obvia.

—¿Te gusta mirarme? —volvió a preguntar.

—Me encanta mirarte cuando duermes, mirar tu cara bella y varonil. — admitió con sinceridad, Giovanni la besó.

—Mañana tengo que volver a curarte. — cambió de tema el italiano.

—Lo sé, amore. —el volvió a cerrar sus ojos. —Te has enfrentado a mi padre. — Giovanni volvió abrir sus ojos y miró.

—No me gustó la forma en cómo te habló. —dijo serío.

—Giovanni, ¿qué sabes de mí padre? —él la miró con más intensidad.

—¿Por qué la pregunta? —fingió no saber.

—Porque dijiste, "no me hagas hablar" — repitió Carlotta las mismas palabras que dijo él.

—Yo no sé nada. — mintió.

—Dijimos nada de secretos. — exclamó Carlotta.

—Mañana hablaremos, descansa. — la dió un beso en la frente ignorando su exclamo.

Ella no preguntó más, cerró sus ojos y se quedó dormido.

*********

Sólo eran las cinco de la madrugada, cuándo Carlotta abrió sus ojos, a su lado estaba Giovanni dormido como un bebé. Ella con cuidado salió de la cama para no despertarlo, salió de la habitación y cerró sin hacer ruido.
Descalza caminaba por los pasillos de la mansión, el frío suelo penetraba sus pies. No se escuchaba nada, estaba todo totalmente en silencio.

Cuando llegó a la cocina, se sirvió un poco de agua en un vaso. Giró hacía la ventana que había en la cocina y el vaso que tenía bebiendo se le cayó de las manos. Un hombre totalmente de negro encapuchado estaba ahí mirándola, agitó su mano saludándola. Ella muerta de miedo corrió hasta la habitación donde estaba Giovanni, corría como nunca antes y cuando entró a la habitación fue hacia él

—Giovanni. —lo movía con sus manos, pero este no se inmutaba. —Giovanni.

Él con pereza abrió sus ojos y la vio ahí de pies

—¿Qué haces levantada a estas horas?— exclamó él serio.

—Hay alguien en el jardín. —dijo aterrada. Él solo al escuchar eso, se alertó y se levantó de la cama a toda prisa.

—¿Dónde estaba? —preguntó poniéndose el chándal.

—Fui a beber agua, y estaba en la ventana de la cocina y me saludó. — explicó, Giovanni cogió su pistola y salió del cuarto hacía la de su hermano. Sus amigos se habían ido a sus casas.

—Tú te quedas en la habitación. — le dijo Giovanni a ella.

Carlotta se fue hasta su habitación y se encerró.

Giovanni aporreó la puerta de su hermano, Mariano el boxer abrió la puerta con la cara adormilada.

—¿Qué pasa? —preguntó con voz dormida.