Carlotta estaba inmóvil, no podía creerse lo que acaba de escuchar. «¿Líder de la mafia italiana? ¿Nuestro hijo si llegara a ser varón, será líder? ¿mataba gente?» Esas preguntas penetraban la mente de Carlotta. No podía asimilar eso.—¿Mafioso? ¿Matas a gente? — preguntaba ella aterrorizada.
—Mato a mis enemigos. —corrigió él. — Yo mate a los hombres que te hicieron daño.
—¡Dios mío! Pero... Eres un asesino. — exclamó levantándose de la cama. —Mi hijo será mafioso a la fuerza ¡Nuestro hijo!
—Tranquilizate. —pidió él. —Recuerda lo que dijo el médico y déjame explicarte mejor.
Carlotta se cruzó de brazos para escucharlo hablar.
—Nuestros padres hicieron como una especie de promesa, donde decía que Mariano, Enzo, Franco, Maurizio, Orlando, Paolo y yo. Seríamos los líderes de la Cosa Nostra y que el primer varón del líder sería el próximo en gobernar la mafia. — ella no dejaba de llorar, no podía ser verdad, todo esto tenía que ser una maldita broma. — ¿Ahora entiendes porque no quería ser padre? Porque no quiero que mi hijo sea el líder, esperaba que Mariano lo fuera primero, pero no funcionó.
—Necesito pensar, per favore, déjame sola. —rogó ella sin mirarle.
—Carlo...
—Per favore. — volvió a pedir. Él salió de la habitación para dejarla pensar y no agobiarla.
Ella se sentía mal, traicionada. En una vida llena de peligros, mentiras, intrigas. Él era un mafioso, se acostó y se embarazó de un mafioso.
La malditas lágrimas no dejaban de salir por sus ojos, él la engañó, jugó.
Por eso él la decía que lo abortara, que no quería ser padre. La a amenazó con matar a su propio hijo. No tenía escrúpulos ni sentimiento, era despiadado, mujeriego.Ella caminó hasta el balcón de la habitación y la brisa pura del aire golpeaba su rostro. Veía los pájaros volar, el sol en lo alto del cielo, la piscina el medio de un jardín enorme.
Giovanni era un mafioso, pero él la había salvado de aquel lugar, de ese infierno. Por ella había cambiado su forma de ser. Tal vez con sus enemigos era un hijo puta, pero a ella la trataba bien, con amor y cariño. Esa delicadeza en como la sostenía. Como si de una muñeca se tratara.
Ella lo amaba, de eso no había dudas, Giovanni es su primer amor. Aunque al principio fuera un canalla, ahora era todo un amor. Ella sonrió al pensar esas noches mágicas de sexo con él, esa dulzura el como la trataba cuando hacían el amor. En como acariciaba su cuerpo con toques delicados, con esos besos sabor a miel.
Ella sabía que corría peligro estando a su lado, pero también sabía que iban a formar una hermosas familia.
«Papà ci ama, non c'è dubbio. (Papá nos ama, no hay duda)» pensó ella acariciándo su vientre abultado.
**********
Giovanni en el despacho, tampoco andaba bien. Haberle confesado la verdad había hecho bien, Pero algo dentro de él le decía que ella le iba a abandonar y a dejar. Realmente se había enamorado de ella, ¿Y qué chica se enamoraría de un mafioso? Ella, ella lo hizo, Pero sin saber antes quién era él. Pero aún así, lo amaba.
Giovanni no quería ocultarla más la verdad, quería sacar ese secreto de su interior. Pero su hijo ese pequeño inocente, sería el próximo líder de la Cosa Nostra, siempre y cuando fuera varón. Y él rezaba por que fuera niña.
Las puertas del despacho fue abierta y entraron sus amigos y su hermano. Estos al verle tan destruido intuían que ella ya sabía la verdad.
—¿Ya lo sabe, no?— preguntó Mariano, Giovanni asintió. —¿Y cómo lo ha tomado?
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El fruto de un asesino 1°saga los Miserables (Editando)
RomantikGiovanni Ricci, un hombre de 30 años. Mafioso, despiadado, asesino, déspota. No sabe lo que es amor, nunca lo ha sentido. Una noche sale de fiesta con su hermano mayor y su amigo y bajo los efectos del alcohol tiene sexo con una chica, si saber que...