Giovanni estaba en el hospital, en la sala de espera, quería ver de una vez a Carlotta.
El médico se acercó a él y Giovanni se levantó para ponerse en frente de él.
-—¿Cómo está? —preguntó, el médico estaba serio, no sabía cómo empezar para decirle.
—Señor Ricci, su mujer no... No sobrevivió, en la noche tuvo un paro cardíaco y no pudimos hacer nada. — Giovanni estaba que no se lo esperaba, unas lágrimas cayeron por su mejilla, Mariano al ver a su hermano derrotado, corrió hacia él.
—¿Que ha pasado? —preguntó Mariano.
—Murió, Mariano. ¡Ella murió! ¡Murió junto a mi hijo! —gritó desesperado, Mariano le abrazó y Giovanni empezó a sollozar por la muerte de sus dos tesoros.
—Lo siento muchísimo. —su hermano empezó a consolarlo, pero no era suficiente.
Giovanni se apartó y miró al médico.
—¿Puedo verla? —preguntó echándole una mirada al médico de advertencia.
—Si, sígame. —Giovanni así lo hizo, siguió al doctor hasta donde se hallaba su bella Carlotta. El médico le hizo una seña con la mano, señalándole la puerta donde estaba ella, Giovanni puso su mano en el pomo de la puerta y lo giró.
Al entrar, lo que vio le destrozó el alma. Ella estaba boca arriba, pálida y la máquina ya no mostraba sus signos vitales. Con pasos lentos se acercó a ella y la cogió de la mano.
—¿Qué voy hacer sin tí? Me he acostumbrado a tenerte en mi vida, ahora no... No estás. ¡Dios! Me parte el alma saber que ya no estás, principessa. —mordió su labio para sollozar. —Ya me había hecho a la idea que iba a ser papá, que íbamos a ser una familia, donde tú, el pequeño y yo estaríamos juntos. Pero la vida me arrebata todo lo que amo. ¿Sabes algo? Me enamoré de tí, y fui tal estúpido que te dejé marchar, amore, este corazón es tuyo. —puso la mano de carlotta en su pecho. —Y siempre lo será, me arrepentiré toda mi puta vida por no haber luchado por ti. Te amo más que a mi propia vida...
Giovanni se levantó de golpe, estaba sudando, la respiración agitada. Miró a su alrededor y era de noche, no había amanecido. Miró el reloj y marcaba las cinco de la madrugada. Se volvió a tumbar y se quedó mirando el techo.
—Era solo un incubo, un dannato incubo. (Fue solo una pesadilla, una maldita pesadilla) —dijo mirando el techo.
Se levantó de la cama y salió de la habitación, escuchaba voces que provenían del salón. A Giovanni le pareció extraño que a estás horas alguien estuviera despierto. Bajó las escaleras y vio a sus amigos y a su hermano en los sofás sentado. Miraron a Giovanni pero él no reconoció a uno. Era de piel blanca, ojos grises y estaba lleno de tatuajes. Giovanni, caminó hasta ellos.
—Te has levantado muy temprano. —dijo su hermano.
—He tenido un mal sueño y me he despertado. — respondió Giovanni, miró al chico y estrechó su mano para presentarse. —Giovanni Ricci.
—Mijail Volkov. — dijo el tatuado estrechando su mano para saludarlo de la misma manera.
—Has llegado muy temprano. —habló Giovanni al ruso.
—Si, en el momento que Paolo me habló, vine cuánto antes. —Giovanni asintió.
—¿Vas a ir a ver a Carlotta? —preguntó su hermano.
—Si, en un rato iré y veré cómo está. — dijo serío y se sentó al lado de su hermano.
—Bueno, ya que estamos todos. — empezó a hablar Paolo. —Vamos a contarle Mijail.
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El fruto de un asesino 1°saga los Miserables (Editando)
RomanceGiovanni Ricci, un hombre de 30 años. Mafioso, despiadado, asesino, déspota. No sabe lo que es amor, nunca lo ha sentido. Una noche sale de fiesta con su hermano mayor y su amigo y bajo los efectos del alcohol tiene sexo con una chica, si saber que...