Capítulo 6: Marino

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Ese maldito lunes aperturaba no solo una semana si no también un mes; Septiembre ya nos había llegado y los parciales se acercaban, aunque no lo suficiente para rompernos los nervios.

Azul: -¿Hoy comeremos solos?-. Me preguntó casi en tono de suplica mientras caminábamos por los pasillos hacia el baño.

- ¿No crees que hemos pasado suficiente tiempo solos?

Azul: -Solo no quiero que la señorita de los pasteles interrumpa otra vez-.

- La señorita de los pasteles nos salvó la otra noche-. Le reclamé.

De inmediato escuchamos un montón de risas y murmullos detrás; Eran un grupo de chicos hablando de lo divertido que había sido la fiesta del río, burlándose ligeramente de uno que otro recién ingresado.

Me encogí y me escabullí al salón de clases; Geraldine entró unos 10 minutos después de mi, en cuanto me vio me sonrió y por un momento pensé que vendría conmigo, pero simplemente tomó la plática de su amiga de enfrente y comenzaron a hablar de algo que no alcanzaba a entender.

Azul: -Ella es así Ela, simplemente amable, no significamos nada en especial-.

- Yo no pretendía que fuera algo especial-. Me quejé avergonzaba mirando mi libreta.

Azul: - Por favor, siempre es lo mismo, sabemos que una persona no convive contigo más de dos semanas, somos un paquete poco digerible...somos deshechables-. Se le escuchaba rendido.

De cierta manera tenía razón, siempre guardaba la pequeña esperanza de significar algo para alguien, como la primera opción que deseas ver en cuanto llegas a cualquier lugar, pero eso no solía suceder, era fácil prescindir de mi..de nosotros.

- Estaremos bien solos-.

El receso llegó pronto, éramos solo Azul y yo hasta que fue interrumpido nuestro momento.

Xx: - Ela...¿Podemos hablar?-. Ni siquiera tenía el valor de verlo a los ojos, no sé porque este tipo no me deja olvidarme de su existencia.

- Tengo...voy apurada-. Respondí levantándome y casi echándome a correr pero me agarro fuerte del brazo. - Aquí nadie te va a creer que todo es un juego-. Contesté con ojos llorosos y llenos de frustración.

Everard: -Lo siento....no quería hacerte daño, solo quiero hablar contigo en paz, por favor-. Me quedé de pie, solo esperando sus palabras, no planeaba decir nada.- Discúlpame por haberte asustado la otra noche, fue una broma que se salió de control, sabes que nunca te lastimaría enserio ¿O si?-.

- Es demasiado tarde para afirmar eso... el año pasado-. Dije con la cabeza baja y tratando de contenerme.

Everard: -Eso fue una estupidez y también lo siento por eso; No espero que me creas, solo no quiero que me veas como un monstruo porque no lo soy-. Me tendió un tubo de pintura azul, era el color equivocado, pero parecía bien intencionado.

- Ese es azul marino, el que te derrame fue añil-.

Everard: -¿Cuál es la diferencia?-. Idiota.

- Deberías conocerla, pintaste mi bici con eso-. Él solo agacho la cabeza y susurro un "lo siento". Ya fatigada decidí seguir su lío. -Supongo que este también me hace falta-. Lo tomé sin darle importancia.

Everard: -¿Ese es un "Te perdono todo está bien?-. Preguntó algo tímido.

- Es un ya veremos, igual tu y yo no hemos tenido la opción de no convivir, no podré dejar de verte-. Sonrió divertido y tomó mi mano para dejar el tubo de pintura en ella, se acercó para darme un beso en la frente y decirme que encontraría el azul añil, después se fue sin más.

Todos Los Azules Del Mundo (TLADM).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora