Capítulo 7: Cerúleo

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Desperté con el sonido automático que hace la radio a las 6:30 de la mañana "Hoy tendremos un día nublado y húmedo, guarden sus gafas de sol, el verano terminó" . Escuchaba la voz chistosa de a interlocutora con música de fondo, no podía odiar más ese sonido.

Mi cabeza se sentía más pesada que mi cuerpo entero y me palpitaba de una forma tortuosa; Hice un débil intento de levantarme pero caí rendida por el sueño de nuevo, al menos así fue hasta que tocaron a mi puerta.

Mamá: -Ela, arriba, se hace tarde-. La imaginé asomando la cabeza desde la puerta entre abierta.

- Mmm-. Me quejé entre las cobijas y me cubrí la cabeza con la almohada, ahora era todo el cuerpo el que me palpitaba.

Mamá: -No puede ser que ni siquiera te has bañado, ¿Éstas bien?-.

- No lo creo-. Respondí sin muchas ganas.

Mamá se dirigió a mi y puso su mano en mi cabeza para después dar un salto fuera de la habitación y gritar desde el pasillo.

Mamá: -Estás hirviendo en fiebre, tenemos que bajarla a como dé lugar-. Regresó de inmediato con una compresa de hielo y un termómetro. También tenía el teléfono sosteniendo con uno de sus hombros rogando por que le contestaran del otro lado de la línea.

- ¿Puedo volver a dormir?-. Supliqué con el termómetro en la boca y la compresa en la cabeza.

Mamá: - Ahora no mi amor, es peligroso con esta fiebre y...¿Si? ¿Con el  doctor Jouvet?...Si mi hija tiene 40 de temperatura, tiene algo de migraña y...-.El resto era inaudible porque salió de la habitación para moverse por toda la casa con el teléfono en la oreja.

Miré a mis pies y ahí estaba azul, temblando y con la nariz roja; Yo podía decidir si el se enfermaba conmigo o no, esta vez lo hice así porque no lo quería escuchar recriminarme por meternos al río.

Nadar en septiembre ¿Qué es lo peor que podía pasar? gracias Geraldine.

Azul: - !Nos vamos a morir! - El pobre estaba pasmado, supongo que no paso bien la noche.

- Tu ni siquiera estas vivo-. Le dije alzando las cobijas de mi cama para invitarlo a acostarse junto a mi, se puso del lado de la pared y se encorvo en posición fetal. -Quizá y si nos morimos-. Consideré al sentir nuevamente las punzadas en mi cabeza.

El médico llegó en veinte minutos, me hizo chequeo médico rutinario y volvió a tomar la temperatura.

Doctor: -Bien, la temperatura baja, lento pero baja; Este si que debe ser el resfriado de tu vida-. Guardó el termómetro en su estuche. -Antinflamatorios, descongestionantes y quizá un té serán más que suficientes. Pero dudo que puedas ir a la escuela al menos un par de días-. Aseguró pasándole la receta médica a mi mamá; Después de algunas otras recomendaciones, mi mamá lo acompañó y a la puerta y volvió conmigo a la habitación dónde según yo seguía agonizando.

Mamá: - Bien Ela, el doctor nos dejó medicamentos suficientes para este día por lo pronto, toma dos de estas y una de estas-. Puso las pastillas en mi mano y me acercó un vaso de agua. -Estoy preparando sopa, la comes en cuanto este lista o los medicamentos te alteraran.

Tengo que ir al taller, hay un pedido de vestido que necesitamos terminar, volveré por la tarde, pediré que me pasen cualquier llamada para que no dudes en hablar si te sientes muy mal-. Tenía bastante prisa, me daba indicaciones mientras terminaba de alistarse para salir. - Le avisaré a Madeleine si puede venir a verte, descansa pero no olvides comer antes-.

Todos Los Azules Del Mundo (TLADM).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora