Capítulo 8: Pavo Real

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La tarde fue muy tensa, nos sentamos los cuatro en la mesa y no salía ninguna palabra de nadie; Geraldine llamo a su casa para decir que comería con nosotros, la señora D'alembert no le vio problema porque sabía que mi madre ya había llegado.

Everard miraba hacia mí y Gerl en algún intervalo para sonreírnos.

Everard: - Mis padres harán una fiesta para este octubre, celebraran mi cumpleaños, están las familias Legrand y D'alembert  cordialmente invitadas, se lo digo con anticipación para que preparen sus vestidos, señoritas-. Sonrío coqueto.

Mamá: -Es muy atento de tu parte, ¿Van a hacer algún tema en específico? 

Everard: - Quisimos aprovechar las vísperas para organizar una mascarada. La verdad estoy bastante emocionado por que llegue octubre-. Me miró profundamente y yo me removí en mi lugar, no podía con la idea de vivir nuevamente el año pasado. 

La comida paso sin escuchar una palabra de Geraldine, era más que evidente que la presencia de Everard le incomodaba sobre manera. Tenía que arreglármelas para que ellos no se fueran juntos.

- ¿Te quedarías a dormir? -. Cuestioné desesperada, ella me miró interrogante, cualquier cosa con tal de no dejarla a solas con él. - Mamá, ¿Puede quedarse a dormir, Geraldine? Por favor-. Supliqué. 

Mamá: - Hay escuela mañana, Ela, y tu aún no mejoras del todo-. 

- Pero puedo prestarle ropa y...-. 

Mamá: -Lo siento Ela, no creo que la mamá de Geraldine esté de acuerdo-.

- En realidad no hay clases, es el día del festival ¿Podemos preguntar?-. 

Mamá: -Esta bien, lo intentaremos-. Cedió por fin.

Everard: - Bueno ha sido un gusto, espero que mejores Ela-. Interrumpió sabiendo que no se saldría con la suya. - Me acompañarías a la puerta-. 

-Bien-. Me levanté sin ganas y lo despedí en la entrada.

Everard: -Me gustó verte, de verdad quiero que me creas que no pretendo hacerte pasar un mal rato-. Me abrazó y me dio un beso en la frente.- Hasta luego, Ela-.

Se perdió entre la vereda que conducía a su casa, de verdad las cosas estaban saliendo de lugar, como un error en la matrix.

La señora D'alembert venía a lo lejos saludando, sonriente y entusiasta como suele ser. 

Genial, más visita. 

Agnés: -Ela, que gusto verte entera. ¿Sabes algo de Geraldine?-. Se asomó a los lados.

- Si, está adentro, disculpe, de verdad necesitaba a alguien que me acompañara y se nos fue el tiempo-. 

Agnés: -Oh pierde cuidado, solo venía a ver que todo estuviera bien, ¿Colette está en casa?-. Ya viendola de cerca, marcaba una sonrisa algo falsa para mi gusto, como si realmente le incomodara el verme; Pero no me detuve mucho en eso. 

- Si, adelante-. Cuando entramos Geraldine y mi madre estaba riendo a carcajadas por un chiste que solo ellas entendían, en cuanto vieron a la señora D'alembert mamá se puso de pie y la saludó con entusiasmo, en realidad ninguna familia se llevaba mal en este poblado..... aparentemente.

Tomaron el té mientras Geraldine y yo jugábamos cartas en la mesa, ella iba ganando, miraba triunfante su puñado de lunetas y comió algunas. 

Geraldine: - Bien, apuesto todas mis rojas-. Movió las lunetas al centro de la mesa. 

Todos Los Azules Del Mundo (TLADM).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora