Capítulo 13: Zafiro

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Que demonios. Ni siquiera había caído en cuenta de lo que acababa de hacer, solo de lo que acababa de sentir. ¿Nos habrá visto?

- Oum. Ya conseguimos el índigo-. Levanté la caja para desviar el tema.

Azul: - Parece que los pastelillos dejan buenas ganancias-. Se acercó para sentarse en la cama junto a mí.

- Tu...¿Dónde estabas?-. Intenté averiguar.

Azul: - Aquí. Otra vez me desapareciste así que me guarde un rato en el armario-. Señaló la puerta que había dejado abierta.

El que él se guardara en el armario significaba que indagaba en mis recuerdos; Ahí está todo, mis viejos patines, mis primeros pinceles, una guitarra con una sola cuerda, el libro que mamá nos leía para dormir, absolutamente todo. 

Estando dentro  volvía a convivir con mis recuerdos y los ordenaba. Era como el guardián de esos recuerdos, en realidad, protegía cada cosa con sumo detalle y dedicación. Juraba que así nunca lo olvidaría.

Azul: - El dibujo que te dio Geraldine, el de la vez pasada ¿Recuerdas?-.

-Si-.

Azul: - Bueno lo estaba guardando y mira. Tú hiciste uno igual a los seis años-. Me extendió la hoja vieja y la tomé con intriga.

- No puede ser, ¿Crees que ella realmente haya recordado es dibujo todo este tiempo? Ni siquiera yo lo recordaba-.

- Pues parece ser que si. Solo que pusimos el marco de macarrones que hicimos para mamá, por eso no lo teníamos muy claro -. Le dediqué una mirada pensativa.

Él es yo en todas mis facetas, de hecho, guarda las peores para que yo pueda sobrellevar la vida. Jamás he entendido por qué lo necesito, porque no puedo vivir el mundo sin de pronto sentir un miedo profundo a qué todo salga mal, para después, joderlo de una manera que pareciera intencional.

Sabe todo de mí a excepción del pequeño cuaderno que me guardo, ¿Qué pasaría si le digo? ¿Le dolería?¿Se preocuparía? ¿Se enfadaría conmigo? A veces creo que el es lo más real que tengo.

- Oye -. Opté por llamar su atención.

Azul: ¿Si? -. Me abalance sobre el y lo abracé muy fuerte. El se quedó inmóvil con la sorpresa y después me correspondió. - Hey, cuanto cariño -. Rió un poco.

- Desearía que fueras real -. Lo abracé más fuerte. Tenía miedo, no sabía que iba a ser de mí ni lo que estaba sintiendo, si Geraldine y yo habíamos concordado en llorar era quizá porque el sentimiento que emanaba traería consecuencias, jodernos. Somos unos mounstros, bueno, yo lo soy, ella solo está visitando mi guarida de debajo de la cama.

Azul: - Ela, ¿Que pasa?-. Retiro el abrazo y me miró. Yo estaba al borde de las lágrimas.

- Yo...estoy algo cansada, durmamos ¿Si? -. De suerte accedió pronto. Me dormí abrazada a él esperando a que la tristeza no me alcanzara, lo que es irónico con mi amigo tan melancólico al lado.

                             (......)

- ! Esta maldita cosa de otra vez!-.

Tenía un nudo en el estómago. Estaba luchando con mi casillero otra vez, de nuevo llegaría tarde a la primera hora.

Me ponía nerviosa la idea de ver a Geraldine, aunque una parte de mi esperaba que todo siguiera  igual y la otra imaginaba que haría lo mismo de siempre, de dejarme de lado, para mí mala racha, paso lo que imaginé.

Todos Los Azules Del Mundo (TLADM).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora