Azul: -¿Viste cómo todos salieron corriendo? !Fue lo mejor! Y la cara del director jajaja. Aaah; La mejor broma sin duda-.
- Creí que no te agradaba Geraldine-. Mencioné a lo bajo. Estábamos en la biblioteca aprovechando que cancelaron las primeras horas en algunos salones, aún faltaba limpiarlos.Sentiría algo de culpa de no ser porque realmente necesitamos materiales nuevos.
Azul: - Esa broma fue buena, además, me gustan sus galletas-. Simplificó.
-Pues, quizá no tendremos de eso por algún tiempo-. Recordé el día anterior, ese abrazo se sintió en mi como una despedida implícita. Decidí dejar ese pensamiento de momento y me concentré en mi libreta.
Azul: -Ela, ¿Ya no le agradamos a Geraldine?-. Puso cara triste; Él era la extensión de mis emociones y pensamientos, quisiera o no, iba a echar de menos lo que yo también la echaba de menos.
-No estoy muy segura; Ella es algo extraña-.
Azul: -Lo dice la que esta hablando sola en la biblioteca-. Vaciló con una mirada burlona.
- Si quiero te desaparezco-. Recriminé.
Azul: -No. no puedes, soy inevitable-. Se reclinó relajándose en su silla.
- Odioso. Bueno, ¿Qué no eras tú el que decía que nos fuéramos con cuidado de las personas?-.
Azul: -Me gustaría que fueras con más cuidado de Everard que de Geraldine-. Se puso serio.
-Quizá no es un monstruo después de todo-. Confesé pensativa.
Azul: - Se puede decir que los monstruos suelen andar durante la noche-. El fijó su mirada hacia la puerta de la entrada y luego se escabulló entre los estantes. Yo voltee hacia dónde estaba su mirada y ahí estaba él, entrando con libros en la mano y acercándose a mí sonriente.
Everard: -Hola, ¿Escapando de la muchedumbre? -. Lo que pasa es que afuera era un caos, todos los que no teníamos clase estábamos desbalagados por doquier, el director y el prefecto no podían con todos.
-Quizá estoy escapando de ti-. Él puso un semblante triste y aparentó irse. - No, no. Solo estaba bromeando-. Sonreí; El relajó su expresión y se sentó junto a mí.
Everard: -¿Puedo hacer tarea a tu lado? Prometo no hacer ruido-. Usó un tono de sutil.
- Si, no veo por qué no-.
Estuvimos una hora en lo nuestro, de vez en cuando sentía su mirada penetrante sobre mí, para al voltear el esquivaba de inmediato su mirada volviendo a su libro, yo solo sonreía de su reacción.
Cuando nuestras clases se acercaban nos pusimos de pie y caminamos a la salida de la biblioteca para seguir hasta el pasillo.
Everard: -Hay una fiesta en el otro pueblo esta noche, ¿Quieres acompañarme?-. Se detuvo frente a mí.
-No me llevo bien con tus amigos, algunos han intentado sobrepasarse-. Bajé la mirada para dejar que me diera el doloroso recuerdo.
Everard: -Adrien ya no es mi amigo, dejó de serlo en ese momento-. Se le notaba avergonzado.
- Dame tiempo, Everard, no es sencillo-. El acento con la cabeza dándome una mirada comprensiva.
Everard: -Supongo que te veré por ahí luego-. Me dio un beso en la frente para ir a su clase de música; Si, el salón de música y de arte quedaron intactos.
ESTÁS LEYENDO
Todos Los Azules Del Mundo (TLADM).
AléatoireCoupvray en los 90's solía ser un pequeño y tranquilo poblado de Francia, mi familia solía tener esas características también, yo igual. Pero el amor nos pega como torbellinos de colores sobre el lienzo en blanco. Mi ansiedad me la pinte de azul y...