Quizá estaba mal, tal vez estaba aprovechándose de Josh al ser tan bueno con él, ¿estaba siendo egoísta al solo esconderse de su realidad olvidándose por completo de su familia y amigos?. No quería pensar mucho en eso, y de alguna forma, Josh siempre lograba hacer que lo olvidara, siempre con sus historias de cuando era más joven, con su actitud dulce y alegre, con solo tenerlo cerca, parecía olvidar todo lo malo en su vida.
Además, cada día era algo diferente viviendo con él, esta vez era una sesión de Yoga, jamás lo había hecho porque realmente nunca se interesó mucho en ese tipo de cosas, pero Josh dijo que le ayudaría a relajarse y sentirme menos tenso, en definitiva Tyler lo necesitaba.
—¿Después de esto puedo comer del postre de ayer?—preguntó Tyler.
—Claro que sí—respondió Josh riendo—Ahora, voy a enseñarte paso a paso, tranquilo, es muy fácil.
—Bueno, confío en ti—dijo Tyler, soltando un suspiró.
Josh sonrió al escucharlo—¿De verdad lo haces?.
—Claro, ¿por qué lo dudas?—preguntó Tyler frunciendo el ceño.
—Te conocí hace como una semana, no tendría problemas si no confiaras en mi realmente—respondió Josh.
—Oh, ¿en serio una semana?—dijo Tyler, sorprendido—Nunca nadie me había agradado tanto en tan poco tiempo.
Josh sonrió sin dejar de mirarlo, provocando que Tyler se sintiera muy observado, sus mejillas tomaron color con rapidez, sacándole una risita al rizado.
—Tenerte aquí conmigo estos días, me hizo darme cuanta de lo lindo que es tener compañía—dijo Josh, sonando un poco triste—Ojalá pudieras estar aquí conmigo siempre, pero eso es egoísta.
—No me molestaría—dijo Tyler soltando una risita adorable, sintiendo vergüenza de admitir aquello.
Josh hizo una mueca—Tyler, yo realmente no quiero que solo huyas de lo que paso.
—Lo sé, sé que está mal, pero es que...—se retractó Tyler deprisa—Pero es que estar aquí contigo realmente me hace pensar en que no me molestaría vivir así.
—No digas cosas sin antes pensarlas bien, Tyler—dijo Josh tocando la punta de la nariz del castaño, mostrándose serio—Puede que te agrade estar aquí conmigo pero no sabras si tu lugar realmente está en otro lugar con alguien más si decides solo quedarte estancado aquí.
—Pero yo no me siento estancado, Josh, es todo lo contrario—Tyler suspiró, sintiéndose estúpido de decirlo en voz alta.
—De acuerdo, no es como si fuera a echarte de aquí, pero...—Josh tomó los hombros del castaño, hablando cerca de su rostro—Tienes que prometerme que regresarás a arreglar las cosas.
—¿Y si no vuelvo?—preguntó con preocupación.
—Pensaré que decidiste quedarte porque así tu quisiste—respondió Josh—Porque quedarte era lo que te hacía feliz, y yo estaré bien con eso, aunque no vuelva a verte de nuevo.
En ese momento, por alguna extraña razón, Tyler sintió la necesidad de llorar, pensó en que algún momento en el futuro, Josh desaparecería de su vida, y eso lo entristeció de sobremanera. El castaño bajó la mirada, pero levantó la cabeza cuando la cálida mano de Josh se colocó sobre su mejilla, mostrándole una sonrisa.
—Pero me gustaría que algún día vuelvas para decirme lo feliz que eres, Tyler.
La comisura de los labios del castaño subieron lentamente hasta formar una sonrisa, apartó la mano de Josh y se acercó para abrazarlo, sorprendiendo al rizado, pero aún así correspondió sin dudar.
—Oye...creo que puedo darte algo de mi para que me recuerdes—sugirió Tyler con pena.
—¿Qué cosa?—preguntó Josh curioso.
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La brillante luz del sol entraba por la ventana, iluminando la piel bronceada de Tyler, la cual estaba cubierta por una simple sábana de seda un poco transparente, sus mejillas estaban sonrosadas y su rostro mostraba una expresión de vergüenza, se encontraba sentando sobre el suelo debajo de dicha ventana. Josh movía el pincel sobre el lienzo, marcando bien las caderas del castaño así como su dulce mirada y sus grandes labios, aunque no estaba sonriendo ya que trataba de concentrarse, la felicidad que llenó su pecho desde que Tyler dijo que posaría para él no disminuía ni un poco, y sabia que no lo haría en un tiempo.
—Creo que con esto me confirmas que si confías en mi—comentó Josh—Puedes descansar un momento.
Tyler soltó un suspiro y se cubrió con la sábana—Esto es muy vergonzoso.
—Si te sientes incómodo podemos parar—dijo Josh sin problema.
—No, no, no me siento incómodo solo...esto es nuevo para mí, digo, estar así sin que sea para...tu sabes.
—Tyler, la desnudez no solo es para sexo, puede ser para muchas otras cosas—Josh se acercó a él, sentándose a su lado—Por ejemplo ahora, me estás confiando tu cuerpo para poder plasmarlo para siempre en un lienzo, la intimidad va más allá de eso, podemos estar solo tu y yo hablando sobre cualquier cosa, hablando desde aquí...
Josh colocó su mano sobre el pecho de Tyler, sintiendo los rápidos latidos de su corazón.
—Y eso es incluso más íntimo que mostrarse sin ropa frente a alguien—Josh sonrió, cerrando los ojos al hacerlo—Has hecho ambas cosas conmigo, Tyler.
—B-Bueno, es que...tu...nosotros—Tyler comenzó a tartamudear, la mano de Josh ahora estaba sobre su muslo, no sabía porque estaba tan nervioso.
La cerca entre ambos apenas dejaba a Tyler respirar con normalidad, la profunda mirada de Josh no se apartaba de él, al igual que su mano la cual subió un poco cuando se acercó aún más para que con la otra mano, acomodarla el mechón de cabello que caía sobre su frente. Tyler se mostró un poco intimidado ante eso, haciendo reír a Josh.
—No voy a morderte, tranquilo—dijo Josh riendo, guiñandole un ojo.
La sonrisa que Josh le mostró en ese momento, y el tono entre burlón y coqueto que usó, hizo que Tyler se petrificada y una muy conocida sensación le recorriera entre los muslos, haciéndolo abrir los ojos con sorpresa.
—¡Dios!, ¿puedes darme un minuto?—pidió Tyler con prisa apartando la mirada, su sonrojo ahora estaba sobre todo su rostro mientras apretaba las piernas y se cubría bien con la sábana—M-Mejor, ¿p-podemos terminar otro día?, es que yo...
—No tienes que darme excusas, Tyler, es tu primera vez haciendo esto y lo entiendo—respondió Josh con voz amable—Te dejaré solo para que puedas vestirte.
Tyler asintió sin mirarlo, escuchando que la puerta se cerró luego de unos segundos, casi de inmediato colocó ambas manos sobre su rostro, esta vez quería llorar pero de vergüenza, no podía creer que Josh había logrado hacer que tuviera una erección.
—Mierda, ¿ahora qué hago?—murmuró con miedo—¿Por qué tenías que sonreír así?.
Un largo y tembloroso suspiro salió de entre sus labios, primero pensó en que tal vez estaba equivocado y no fue Josh el causante de su problema, tal vez fue cosa del roce de la sábana, pero en cuanto más pensaba en Josh, aquella penosa situación se ponía peor, haciéndole soltar un jadeo. En definitiva no podría ver a Josh a los ojos después de eso.
