Cuando Josh emprendió su viaje al pueblo de sus abuelos, se reencontró con un viejo amigo, Carter, fueron realmente unidos desde que se conocieron, tal vez demasiado cariñosos en cuando a contacto físico.
No podía negar que tuvieron cierta química durante un tiempo, pero después Josh tuvo que irse y decidieron dejar atrás su pequeño romance.
Por eso mismo, cuando Josh volvió al viejo pueblo Carter no tardó en intentar revivir esa llama que alguna vez hubo entre ellos. Así fue como Josh lo invitó a quedarse unos días en la ciudad, ya que, Carter nunca había salido del pueblo. Al principio el pelinegro fue cauteloso ante la actitud de su amigo, pero después se dejó llevar ante la sensación agradable de sentir que alguien estaba interesado en él.
Fue entonces cuando permitió los roces entre ellos, el sostenerse de las manos y los besos, Josh se sintió querido de nuevo, así que dejó que todo fluyera sin algún rumbo en específico. Creyó que todo respecto a su vida amorosa mejoraría un poco, pero supo que ahora se hundiría en un gran dilema al ver Tyler. Todo fue inesperado, una parte suya rogaba que el castaño hubiera podido seguir con su matrimonio así él no tendría ningún sentimiento de culpa, pero no fue de ese modo.
Claro que estaba feliz de ver a Tyler, pero era consciente de que si entraba de nuevo en su vida, muchas cosas se complicarían.
Pero así, no pudo negarle la entrada, por más que se dijera a sí mismo que podría pasar algo malo, Josh no podía esconder esa felicidad dentro suyo y ese deseo de que los días donde Tyler llegó a su vida y ambos vivieron juntos volvieran.
—Desde ayer te ves distraído—la voz de Carter sacó a Josh de sus pensamientos.
—Lo siento—Josh agitó levemente su cabeza—Estaba pensando, no tiene importancia.
—Claro...oye, entre a una habitación y hay un retrato enorme de un chico, ¿es él que vino ayer, cierto?—preguntó queriendo sonar cauteloso.
—Sí, es él, pero no está terminado...tal vez pueda terminarlo ahora—dijo Josh en voz baja, moviendo su cuchara en circos dentro de la taza de café.
—No sé si me agrade la idea—comentó Carter.
—Sabes que mis pinturas son por pura pasión y amor al arte, Carter—explicó Josh.
—Sé que ese retrato nació de algo más que amor al arte, Josh—Carter uso un tono de voz serio.
—No te conté lo que sentí por Tyler para que ahora me reclames por eso—respondió Josh.
—Lo sé, lo sé, perdón—se retracto rápido, moviendo su silla para sentarse junto a él—Sé que ya pasó mucho tiempo desde eso pero ayer cuando los vi me dieron celos y...
Las palabras de Carter fueron cortadas con rudeza cuando Tyler apareció en el jardín delantero, tocando la campana que servía como timbre esperando que Josh apareciera.
Carter se puso de pie, dando pesados pasos mientras se acercaba a la puerta con Josh yendo detrás suyo. La sonrisa que apareció en el rostro de Tyler se borró rápidamente al ver que no fue el rizado quien abrió la puerta.
—Hola—Carter sonrió, mirando a Tyler quien era más bajo que él.
—Hola...vine a ver a Josh—dijo el castaño con una sonrisa, solo que era muy notorio que no era una amistosa.
—Tyler, hola—Josh se asomó por detrás del cuerpo de Carter.
—Hey, ¿puedo pasar?, te traje algo—dijo Tyler esta vez mostrándose feliz de verlo.
—Mmm, claro, pasa—dijo Josh, pero Carter no se quitaba de la puerta—Carter...
El nombrado sin apartar su mirada de Tyler, retrocedió levemente, la tensión de la habitación era demasiada y fue Josh quien más sufría por eso, no sabía que hacer, no quería echar a Tyler pero sabía que para Carter era incómodo e incluso molesto ver a Tyler ya que estaba al tanto de todo lo que había ocurrido.
