CAPITULO 16

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Ryan

Una semana después...

Ha pasado una semana de que trato de ignorar a esa chica, pero es imposible porque ella está en mi mente y en todos lados que la encuentro ya que trabaja conmigo

— Estás siendo estúpido —me regaña Luke mientras se cepilla los dientes.

— ¿Por qué? — pregunto

— Tratas de alejarla de tu vida, Ryan. Se que no somos los mejores hombres, pero se nota también que ella quiere estar contigo — habla.

— Deja de hablar de mi vida amorosa y métete en tus asuntos — hablo entre dientes y con mucha paciencia.

Ya me están cansando.

Horas más tarde...

Entro en el restaurante y veo que Aiza está aquí.

Es una hermosa mujer que me trae loco en todos los sentidos, no puedo más evitarle ni tampoco puedo correr de ella y lo tengo muy claro.

Ella alza la mirada y me observa con sus hermosos ojos, se sonroja al darse cuenta de que la estoy también mirando. Escucho que se abre la oficina con un azote, veo a un chico furioso saliendo del restaurante y lo miro confundido a Diego cuando entro.

¿Qué carajo pasó?

— No preguntes — comenta cansado, me siento en la silla para esperar a los demás.

— Creo que la pandilla está en peligro — menciona de la nada.

Yo también lo creo

— ¿Porque lo dices? — pregunto con interés.

— Los chicos acaban de cancelar por cuestiones personales y tus hermanos también — explica cuando quiero hablar, bufo porque escucho mi celular y miro que William me llama, contesto ahora mismo.

— ¿Qué pasa? — pregunto

— Ven al hospital, es mamá, está enferma de nuevo, dicen los doctores que no sobrevivirá esta noche — informa y miro a Diego. Cuelgo la llamada.

— Tengo que irme, hablamos luego — apresurado salgo y me voy hasta el departamento para buscar a Luke ya que no tiene auto y está con mi hija.

Minutos después...

Llego al destino, entro y veo que paso un terremoto. Respiro hondo para tener paciencia.

— Luke tenemos que irnos — grito y el sale con mi hija en brazos. Frunzo mi ceño porque observa que mi hija tiene al revés su ropa.

— Enseguida, espérame un rato. Estaba preparando las cosas de la mocosa — dice, gruño ante el apodo de mi hija y me acerco a ellos. Samira enseguida ríe al verme, me pide para que le alce y así lo hago

— Luke una cosa más, ¿Porque mi sala está desordenada? — pregunto con voz tranquila y se rasca la nuca.

— Esa es otra historia — dice nervioso. Hago una seña, llamo a Aiza, pero no contesta.

Cinco minutos más tarde...

Estamos llegando al hospital, conduzco lo más rápido posible.

Dejé a Sami en la casa de Aiza y sus hermanos recibieron muy bien a la niña. eso me tranquiliza, escucho mi teléfono sonar y observo la pantalla, contesto suspirando

Hola, Ryan. Mis hermanos dijeron que tu hija está en mi casa – dice.

— Si, lo siento tengo una urgencia familiar, mi madre está en el hospital y no quiero llevar a la niña allí, hay muchas enfermedades — explico. Suspira desesperada.

— Les diré a mis hermanos que la cuiden por su vida. Estoy todavía en el restaurante — dice tranquila. Si ella confía en ellos, adelante.

— Gracias, te debo una — agradezco

No hay de que - dice y cuelga.

Un minuto más tarde...

Estamos en la sala de espera para alguna noticia. Mi padre está nervioso igual que todos. Según, William todavía no ha dicho o se informó nada, sólo informe esa situación.

— Mamá es fuerte, ella superará está enfermedad. Estoy seguro de eso — hablo con seguridad y todos asienten estando de acuerdo conmigo.

— ¿Familiares de la Señora Rahman? — pregunta una doctora y todos nos levantamos.

— ¿Cómo está mi esposa? — pregunta mi padre.

— Está bien puede irse a casa — dice la doctora tranquila y nosotros confundidos sin comprender, la doctora se da cuenta y se apresura para explicar.

— La señora tiene síntomas de queja, el otro doctor confundió la planilla con otro paciente — explica, todos suspiramos aliviados por la noticia.

— Muchas gracias, doctora — agradecemos a todos y ella asiente.

— Con permiso — dice y se marcha. Vemos a mamá que sale del consultorio comienza a reírse, se aproxima hasta nosotros.

— Las caras de ustedes cuando el doctor dijo iba a morir, era épica. Chicos todavía no voy a dejarlos, no se sulfuren por eso — dice en broma y todos le miramos mal.

Carajo, en verdad nos asustó a todos. 

Los Hermanos Rahman (#1 H.R)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora